Cuando sonó el pitido final se echaba las manos a la cara para contener las lágrimas que afloraban después de meterse en la final de un Campeonato de Europa. Saltaba con sus compañeros, aunque rápidamente pedía calma, a lo que le hacían caso, para inmortalizar ese momento inolvidable. Era la emoción que sentía Mario Saint-Supéry después de asegurarse una medalla en el Europeo sub 16. En la grada del pabellón macedonio también mostraban una tremenda alegría sus padres, siempre al lado del joven. Un nuevo éxito para el baloncesto de base español en un verano impresionante y, de manera particular, para Los Guindos. Álvaro Folgueiras y Rubén Vicente ya se colgaron una plata mundial en el Carpena hace unas semanas. 

España se impuso con contundencia en Skopje, dominando de principio a fin una semifinal de una cita de un calibre grande. Abrió hueco y ya nunca perdió el gobierno del duelo, manteniendo una distancia de seguridad que no peligró en ningún momento. De hecho, se amplió con el paso de los minutos. A los galos, terceros del ránking mundial, no les llegó para competir de verdad el partido (64-78). Mucho físico, como es costumbre, pero faltaban más cosas. El que mandaba a su antojo sobre el parqué era de nuevo el rinconero, que en su categoría domina con mucha suficiencia. Es uno de los mejores jugadores del torneo sin duda. 

No necesitó irse por encima de la treintena como en los cuartos, pero completó otra exhibición. 33 minutos en pista, el tope en el campeonato, donde metió 21 puntos (6/11 en tiros de dos, 2/8 en triples y 3/4 en tiros libres), tres rebotes, seis asistencias y cuatro robos para 19 de valoración. Su impacto mientras jugó fue de +8. Numéricamente sólo estuvo por encima Jorge Carot, que completó una muy buena noche (16 puntos y 8 capturas). Pero la sensación de dominar era del canterano del Unicaja, que es el líder de la España de Ángel González Jareño. Sus números en el Europeo son impresionantes, de candidatura a MVP. 20.3 puntos, 5.7 rebotes y 4.3 asistencias. 

Este sábado, a las 21:00 horas, tiene el desafío de ponerle la frutilla al postre. Al otro lado estará Lituania, que se impuso a Grecia (77-61). Los bálticos son la séptima selección en el ránking planetario. Los griegos, los únicos verdugos en Macedonia del combinado español. Defiende el oro continental España, que se asegura otra medalla en el baloncesto de formación. Y ahí vuelve a tener de nuevo presencia el Unicaja. Es por medio de Mario Saint-Supéry, uno de los mejores jugadores que hay en Skopje. De momento ya tiene una medalla. Busca el oro.