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Un muro por saltar

  • El Unicaja aún no ha ensartado dos triunfos seguidos cuando los partidos semanales han sido a domicilio

  • Sexta oportunidad en los próximos días

Dragan Milosavljevic penetra ante la defensa de DeShaun Thomas.

Dragan Milosavljevic penetra ante la defensa de DeShaun Thomas. / javier albiñana

La sugestiva madurez que ha alcanzado el Unicaja de finales de noviembre a esta parte le coloca de aquí a final de curso en disposición de atar objetivos ambiciosos, de los que subyacen jugosos réditos, incluso para las estrategias más cortoplacistas del club.

Buena parte de ello se pone en la mesa en un marzo devastador, con 10 partidos en el horizonte. Realizando una media, sale a un encuentro casi cada tres días, con el poco descanso que acarrea esta extenuante hoja de ruta. "El equipo va compitiendo y está preparado para ese asalto final, donde nos esperan rivales muy duros. Creemos en nosotros", decía Plaza tras vencer al Maccabi. El técnico sostiene desde hace algunas semanas una visión muy positiva de la progresión de la plantilla como equipo, que debe plasmar en esta frenética montaña rusa.

Quedan aún varios retos que amarrar, pero uno de ellos, más allá de montar la alambrada en el Carpena, es darle brillo al balance en la carretera. No llega el porcentaje de victorias al 50% (7-15) si se conjugan los resultados de la Liga Endesa y la Euroliga. Un balance con amplio margen de progresión. De siete partidos en la competición nacional se ataron cuatro; algo peor en el torneo continental, donde de ocho se ganaron tres. Un promedio que debe ir al alza para que la brecha con los rivales pierda metros.

Sin ir más lejos, el Unicaja aún no consiguió enlazar dos triunfos a domicilio en la misma semana. En cinco ocasiones se dio un doble compromiso fuera y en ninguna de ellas se completó el pleno. Bien es cierto que la tendencia camina hacia él. En octubre, coincidieron en un lapso de dos días unas de las visitas más complejas de la temporada. De El Pireo y del WiZink Center se volvió de vacío el equipo de Plaza, así como lo hizo del pabellón blanco -esta vez en Euroliga- y de Andorra. Comenzó a arañar en el pack de Baskonia y Tecnyconta Zaragoza, donde venció en la capital maña. Mismo balance de encadenar los compromisos en Tel Aviv y Bilbao y, más tarde, Kaunas y Barcelona. Un quinteto de oportunidades sin premio, aunque otorgan kilómetros para las futuras. Como la que se presenta esta semana, con visitas al Estrella Roja y Estudiantes. Sendos choques vitales por no perder el hilo en los objetivos de ambas competiciones.

Una vez ensartó el club de Los Guindos en esta campaña un par de victorias fuera de casa, aunque no coincidieron semanalmente. Tras asaltar el Palau hizo lo propio en el Menora Mivtachim Arena israelí, aunque con el triunfo a Milán en Málaga entre medias. Un muro a saltar en unos días, que tiene suelo en Belgrado y cumbre en Madrid.

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