La NBA pone como ejemplo al Unicaja: "Ahora tiene una clara limitación..."
“Estas conversaciones se acelerarán las próximas semanas y meses, pero seguimos en fase de estudio”, dice el director ejecutivo de la NBA en Europa, George Aivazoglu, sobre la nueva competición
Declaración de intenciones
Ha transcurrido casi un mes desde el anuncio, de la declaración de intenciones, de NBA y FIBA para la creación de una competición más potente a nivel europeo. 2026 es la frontera temporal que se maneja para lanzar la competición, siempre dentro de un contexto volátil y de muchas informaciones todavía por refrendar de manera oficial sobre el modelo de competición. Si esos 12 fijos con cuatro cambiantes por resultados deportivos que se esbozó o un contexto más amplio. El Unicaja está posicionado como miembro del Bureau de la Basketball Champions League. El presidente, Antonio Jesús López Nieto,valoraba que las condiciones y premios no discriminarían, como sí hace la Euroliga ahora mismo, entre los fijos y los discontinuos: "La NBA llega, yo no digo si será mejor o peor, con la idea de hacer más viable y acercar a la sostenibilidad del baloncesto europeo". El hecho de que hubiera una segunda competición más potente y unificada, seguramente el punto de partido malagueño, también le haría aumentar su valor e interés.
Se van conociendo actores de la película y uno de ellos es George Aivazoglou, director ejecutivo de la NBA en Europa y Oriente Próximo. El ejecutivo griego (curiosamente, comparte nacionalidad con el CEO de la BCL, Comninos), de 44 años, natural de Salónica, hablaba en El País sobre este proyecto de la NBA y utilizaba al Unicaja como ejemplo para reflejar que hay clubes que tienen limitado el crecimiento en la coyuntura actual. “Los efectos de aquella fragmentación del año 2000 todavía están presentes hoy, y siguen entorpeciendo y limitando el verdadero potencial de este deporte ¿No sería maravilloso que todos los equipos tuvieran la oportunidad de clasificarse? Hoy en día, el Unicaja de Málaga o el PAOK, por citar dos ejemplos, tienen una clara limitación, donde no solo el rendimiento y mérito deportivo importa”. El ejemplo no es casual. El PAOK, histórico del baloncesto griego, juega estos días la final de la FIBA Europe Cup y es el club del que era seguidor. El Unicaja es el equipo fuera de la órbita Euroliga con mejores resultados en el último trienio. Acumula ahora tres Final Four consecutivas. Los 15 años consecutivos en la Euroliga dejaron también un poso. Ambos clubes han pasado de la esfera Euroliga a la FIBA en diversos momentos del proceso.
“Se trata de crear una colaboración, y me gustaría subrayar de nuevo que el papel de la FIBA es ayudar al desarrollo y crecimiento del deporte”, respondía el directivo de la NBA cuando se le cuestionaba sobre su control de la competición creada en África y el interés en hacerlo en Europa también en un contexto en el que la fuga de talento a edades muy tempranas a Estados Unidos para jugar en la NCAA, donde ya se pagan sueldos de jugadores buenos de Euroliga a chavales jóvenes, preocupa bastante en las entidades de este lado del Atlántico: "Por este motivo, precisamente, no hay que tomarse a la ligera la economía del deporte. Si logras generar más valor, puedes devolvérselo a los equipos de formación e incluso dar más opciones viables para ganarse la vida a los jóvenes talentos. Hay que generar más valor (comercial y económico) para todos los miembros del ecosistema, porque así todo el mundo se beneficia”,
“Obviamente, reconocemos el fantástico trabajo que la Euroliga ha hecho a lo largo de las últimas décadas, y hemos hablado con la organización de forma recurrente. Desde que estoy en la NBA, nos hemos sentado al menos tres veces con la Euroliga y la FIBA para discutir la situación, y hace tan solo dos semanas hablé con el CEO de la competición”, reseñaba Aivazoglou sobre la apertura a discusiónes con la Euroliga y sobre el hecho de que Motiejunas, CEO de la competición, hablara de "amenaza" con el nuevo panorama que se avecina: “Nosotros no lo vemos con los mismos ojos y reiteramos que estamos abiertos a colaborar y asociarnos, y que nuestra única intención es llevar el baloncesto europeo al lugar que se merece dentro de las disciplinas deportivas del continente”.
“Estas conversaciones se acelerarán las próximas semanas y meses, pero seguimos en fase de estudio”, cerraba su explicación el directivo griego. Es el estado actual en un ambiente que, 25 años después de aquella escisión entre FIBA y Euroliga, recuerda, con los cambios de mundos diferentes, en cierta forma a aquel cisma que viró el rumbo del baloncesto continental. El Unicaja dejó clara su posición y su idea a través de su presidente en un momento que históricamente puede ser determinante.
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