Sin Alberto Díaz y Abromaitis, con Eric lesionado durante el partido. El Unicaja necesitaba pulmones, corazón y algo de baloncesto. Llegó con cuentagotas, como una derrota más hiriente.

Jaime Fernández (*)

Lo intenta, no se esconde, le duele. 11 puntos, nueve asistencias, tres robos. Falla (2/8 en tiros de campo), perdió algún balón tonto, pero dentro del contexto general es básico y el equipo debe empezar en él.

Jonathan Barreiro (-)

Pasado el ecuador de la temporada, el gallego está decepcionando. Ni un rebote en 22 minutos cuando el rival está destrozando el aro. La dureza suya debería ser innegociable.

Darío Brizuela (-)

Dos triples en el segundo cuarto seguidos y poco más. Cuatro pérdidas, desaparecido en ocasiones... Está desenfocado.

Francis Alonso (**)

Algo de orgullo y algunos triples para intentar rescatar al equipo. Acabó con 17 puntos, se le salió un triple a dos minutos que podía haber cambiado el partido.

Norris Cole (-)

Fantasmagórico partido del americano en un día que hacía mucha falta sin Alberto. Dos puntos, -4 de valoración y -22 con él en pista.

Rubén Guerrero (*)

Muy dignos minutos pese a que salió en el último cuarto por primera vez por la lesión de Eric.

Yannick Nzosa (-)

Engullido por la mediocridad del equipo, le está costando gestionar la segunda temporada en la élite, la más difícil para el joven que explota.

Carlos Suárez (-)

El capitán no estuvo bien. Tuvo más minutaje, pero le costó atrás y no engrasó el ataque como suele.

Micheal Eric (*)

El nigeriano estaba fajándose, había cogido siete rebotes y había colocado cinco tapones. Pero la rodilla le hizo un mal giro al caer. “Muy mala pinta”, era la primera impresión que dijo Katsikaris.

Axel Bouteille (*)

Otro que se salva dentro de lo malo. Metió 16 puntos y no se escondió.