Cuatro minutos y 19 segundos disputó Pablo Sánchez este miércoles, un año y cuatro días después de debutar con el Unicaja. Aunque no lo hubiera hecho, ante el Trento se hubiera convertido en el más joven de la historia del club de Los Guindos. La lesión de Alberto Díaz y las molestias de Jaime Fernández le abrieron esa puerta. Sólo le faltó la canasta al jienense, más hecho físicamente y más maduro en su juego. Es el primer canterano que sale a pista esta temporada. No lo hizo aún Morgan Stilma, penalizado por por la alta competencia en el alero y ala-pívot. 

Una lesión después de ese punto álgido le sacó un poco del foco, que cogieron Lucas Muñoz y el fichado Boatright a pares. Sánchez, a sus 17 años, experimenta un crecimiento interesante en su último año junior. Tiene un importante año por delante para seguir con esa línea ascendente. En el EBA, donde es pieza fundamental para Antonio Herrera, tiene buenos números pese al irregular arranque del equipo. Le beneficia esa apuesta por la velocidad y promedia en 24 minutos 11.7 puntos, 3.3 rebotes y 4 asistencias. 

Sobre él hablaba después Luis Casimiro, que evaluaba esa progresión y se mostraba exigente. "Lo hace mucho mejor entrenando que jugando. Tenemos que ser exigentes con los chicos jóvenes y él es capaz hacer cosas mejores que las que ha hecho", asegura, mientras seguía: "Nos ayuda entrenar, hace muy buenos entrenamientos con nosotros y por eso es una lástima que no haya puesto en práctica lo que hace en entrenamientos. Creo que será producto de los nervios, pero poco a poco, si va teniendo la posibilidad de entrar, irá desarrollando lo bien que lo hace en los entrenamientos".