El sudoku defensivo quedará sin resolver esta temporada en el Unicaja. Se mejoró con la llegada de Fotis Katsikaris, pero han vuelto a aflorar las terribles carencias en ese segmento del juego, fruto de una mala confección de plantilla y, no hay que olvidarlo, un deficiente trabajo de los jugadores. En dos de los últimos cuatro partidos se han vuelto a encajar tres cifras. Tanto San Pablo Burgos como Casademont Zaragoza endosaron 101 puntos, concediéndose muchas canastas fáciles, inexplicables al alto nivel.

Luis Casimiro era un defensor de que no se podía medir con trazo grueso los puntos encajados de media, sino que había que acudir al número por posesiones. Pero lo cierto es que la media de la temporada de puntos encajados es, a falta de seis partidos para el final de la temporada regular, 83.7 tantos. Es la más alta desde que en la campaña 1988/89 se recibieran 94.1.

Es evidente que el baloncesto ha oscilado bastante en este tiempo, desde la reducción en el año 2000 de 30 a 24 segundos de posesión hasta el uso masivo del triple. Entonces al Unicaja le tiraban 11 por duelo. Ahora es ampliamente más del doble.

El caso es que esos 83.7 puntos son el peor registro defensivo en más de 30 años. La siguiente marca es la 1989/90, con 82.8. Y ya viene la campaña 2018/19, primera de Casimiro, con 81.5, seguida de la última de Plaza (2017/18), con 80.0, cierto es que con presencia en la Euroliga. El pico más bajo fue en la era de Maljkovic (67.6 en la 99/00). Tres de los siguientes registros más bajos corresponden a tres temporadas con títulos (73.5 en el año de la Liga, la 05/06; 73.6, el año de la Copa, la 04/05; y 73.9, el año de la Korac, la 00/01), algo nada casual porque entronca con aquel aserto de que “el ataque gana partidos y la defensa campenatos”. Entre medias, el primer año de Aíto (final de Copa y semifinales de ACB a un tiro de la final), con 73.3; el año de la Final Four (06/07), 74. Y 72.5 puntos en la campaña de Repesa (2012/13), con un baloncesto más contenido.

Aunque la tendencia en el baloncesto moderno es mayor número de ataques y triples, lo que eleva la puntuación, el equilibrio con la defensa es básico para tener éxito. Y cuando se elaboró la plantilla actual del Unicaja no se tuvo en cuenta. La baja prolongada de Suárez, la actual de Nzosa y el ímprobo esfuerzo que está haciendo Alberto Díaz con su rodilla izquierda muy tocada tampoco ayudan a que haya una solidez.