Salvo sorpresa mayúscula el juego interior del Unicaja ya está cerrado para la próxima temporada. Aún no se oficializó el fichaje de Tim Abromaitis, pero se da por cerrado desde hace casi una semana. Una composición de la pintura de cinco hombres que deja una rendija abierta a un sexto, que va a ser Yannick Nzosa. El congoleño va a estar a caballo entre el Carpena y Los Guindos. En dinámica de primer equipo para los entrenamientos y competirá con el junior de Antonio Herrera. Una fórmula que se usó en temporadas anteriores para otros canteranos como Morgan Stilma, Ignacio Rosa o Ismael Tamba. Sólo el último sigue en el club cajista.

Los planes con este pívot de 2.08 metros y 16 años están claros. Un diamante por pulir, un prospect NBA. Son conscientes en el equipo malagueño del potencial del africano, que fue una gran apuesta el verano anterior. Después de una temporada marcada por el tema burocrático, ahora llega su verdadera oportunidad. Pese a todo, los que tratan con él a diario, hablan de un chaval muy maduro y que además rinde de manera excelente en el aspecto académico. Además, su comportamiento es ejemplar y se ha integrado muy bien en la residencia donde están los jugadores becados de cantera.

"Él desde el primer momento va a estar en pretemporada con nosotros, ahora mismo sería nuestro jugador 14", confirmaba Luis Casimiro en una entrevista en Cope, mientras hablaba de sus grandes condiciones para jugar al baloncesto: "Es un chico que tiene que definirse también su posición, si es un cinco o es un cuatro. Tienes unas condiciones físicas impresionantes, sobre todo a nivel de envergadura, tiene unos brazos muy largos. También una capacidad y una coordinación... muchas habilidades".

La hoja de ruta con Nzosa ya está marcada. "Lo vamos a meter en dinámica del primer equipo, aunque va a seguir trabajando con Antonio Herrera en el junior. Hasta donde pueda llegar y se pueda ganar. Que forme parte del equipo va a depender del trabajo de él, que pueda tener confianza para desarrollarlo y nos devuelva esa confianza. Y si es verdad que puede apretar a los compañeros que todo el mundo esté compitiendo por un puesto y será uno más dentro de la partido desde el 10 de agosto", explicaba el entrenador. Él, junto con Souleymane Pinda y Pierre Sené, es uno de los que continúa entrenándose en Los Guindos.

Hay que decir que el plan inicial no era exactamente así. Antes de la pandemia del COVID-19 la idea es que el congoleño fuese uno de los pilares para el proyecto de LEB Plata, que se abolió finalmente dadas las circunstancias económicas. Un nivel superior al EBA, donde competirá y donde iba a poder verse su impacto. De momento como cajista sólo jugó el Adidas Next Generation en Valencia, donde dejó una gran impresión y entró en el quinteto ideal del torneo, y un torneo en Linares. Ocho partidos.

"Muchas veces nos asusta el potencial que tiene", decía a este periódico Antonio Herrera, director técnico de la cantera. La apuesta por él es clara y se le blindó cuando la FIBA dio luz verde hace unos meses. Tiene contrato hasta 2024 y una cláusula alta de salida. Nadie tiene vínculo hasta ese año en la primera plantilla.