El pujante momento del baloncesto femenino malagueño: Luces y sombras

El ascenso del CAB Estepona y la trayectoria del Unicaja Mijas dibujan el mejor instante, aunque hay retos por delante

Darío, con problemas en un isquio

Fiesta y lágrimas en el CAB Estepona-Unicaja. / CAB Estepona /Florin Novac / Unicaja B. Fotopress

El fin de semana dejó un ascenso para la historia del CAB Estepona. El hito se había confirmado ya el sábado, cuando las esteponeras y el Unicaja Mijas ya habían asegurado, al ganar sus semifinales, que un equipo de la provincia jugaría por primera vez en la Liga Endesa, la máxima categoría del baloncesto nacional en categoría femenina. Las mujeres juegan al baloncesto y compiten desde décadas atrás en Málaga, uno de los focos de desarrollo en Andalucía, pero la realidad es que el talento que salía debía emigrar para pisar la élite.

El talento sigue emigrando, esta vez a Estados Unidos. El fenómeno es todavía más intenso que en categoría masculina. Recientemente, una preselección de España para el Mundial sub 19 incluía a nueve de 15 jugadoras que militaban en universidades de la NCAA. Sucede también en Málaga. Jugadoras tanto del CAB Estepona como del Unicaja, también las internacionales en categorías inferiores que han tenido los dos equipos en los últimos años, emigran para compaginar baloncesto y estudios. Carla Viegas, Laura Vera, Daniela Abies, Clara Vieitas o María Arrebola son algunos de los nombres que han cruzado el charco en los últimos años o lo harán en este. Y parece que el fenómeno irá en aumento.

En este contexto, la jugadora malagueña ahora tiene varias vías para desarrollarse, pero, como advertía el presidente del Unicaja, Antonio Jesús López Nieto, también es más complicado tener una base malagueña cuando se va ascendiendo en la pirámide y se pretende que los equipos sean competitivos. El CAB Estepona, en este ascenso, ha contado con una base de jugadoras andaluzas, con la malagueña Patri Soler, la granadina Marina Gea y la almeriense Conchi Satorre, más la valenciana Noelia Masiá y la cántabra Marta Gómez. El resto, con algún cable de canteranas durante la temporada, jugadoras foráneas. El Unicaja, que ha tenido lesiones importantes durante el año, tambián ha menguado su rotación en el último tramo, con las malagueñas Elena Moreno, Marta Ortega y Carmen Ruiz más otras nacionales y extranjeras con minutos para las canteranas durante la temporada regular. Pero ha crecido más rápido que el club que la base de jugadoras locales, con el agravante de la NCAA.

Francis Tomé, entrenador del CAB Estepona, valoraba en Cope Málaga por dónde irán los tiros en la composición de la plantilla para competir en la élite. “El hecho de que dos equipos malagueños se jugaran una plaza para la Liga Endesa es bueno para demostrar que en Málaga no solamente hay baloncesto de chicos y ya no solamente en Málaga, en Andalucía, porque el único equipo que va a haber en Andalucía, en la Liga Endesa, va a ser el Estepona. Hay que cambiar un poco en todo, pero ahora mismo lo que más nos preocupa es qué hay que hacer con la plantilla, cómo la podemos mejorar. Para mejorarla hay que cambiar, porque quizás la gran diferencia que hay entre una categoría y otra no es en el nivel de baloncesto de las jugadoras, sino en el nivel físico, lo grandes que son, lo rápidas que son. Hay que intentar adaptar el equipo lo más posible a esa categoría, pero claro, sin perder lo bueno que ya tiene”, analizaba.

Un gran reto, deportivo y administrativo, el que tiene por delante el CAB Estepona con el ascenso del equipo. Para ello se prepara también a medio plazo el Unicaja, que ha encontrado una base con una plantilla que se entiende que debe tener continuidad para subir al siguiente escalón.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último