Unicaja

El ritmo o los pulmones

  • El Unicaja prepara un choque contra el Valencia que ejemplifica la diferencia entre jugar la Euroliga o no

  • Tres derrotas consecutivas valencianas antes de jugar con el Zalgiris hoy

  • La carrera de Brizuela y Díaz

La plantilla del Unicaja hace piña en un tiempo mueto.

La plantilla del Unicaja hace piña en un tiempo mueto. / ACB Photo / M. Pozo

El Unicaja experimenta esta semana un choque de tendencias y volumen competitivo con el Valencia Básket. El equipo malagueño ha podido medir descansos y entrena fuerte estos días mientras que el rival, que espera el domingo en La Fonteta, está en plena semana competitiva en la Euroliga. Perdió el martes ante el Real Madrid (73-80) y juega este viernes ante el Zalgiris Kaunas en su pabellón. Hay cierto nerviosismo en Valencia, que está fuera de los puestos de Copa del Rey y acumula tres derrotas seguidas en las dos competiciones. “No hay que dramatizar, es complicado compaginar la Euroliga con la Liga Endesa. En diez días vamos a jugar cinco partidos. Hay que saber dónde estamos y quién somos y seguir trabajando todos los días con un buen esfuerzo”, señalaba este jueves su entrenador, Álex Mumbrú, en la previa del partido ante los lituanos.

Va quedando ya lejano en el recuerdo, pero en el Unicaja se sabe bien cuáles son los beneficios y perjuicios sobre lo que supone jugar la Euroliga. La exigencia es brutal, los físicos de la mejor competición del continente son diferenciales, más fuertes y altos, con espacios que se reducen. Pero también hay un evidente desgaste y una dosificación de esfuerzos, a veces inconsciente en la ACB. En esa dicotomía, quienes han jugado Euroliga en el ritmo actual aseguran que el castigo físico existe, pero que también jugar cada semana contra los mejores equipos de Europa da un bagaje, ritmo y piernas, que también marca diferencias.

Se están dejando en este arranque de ACB más victorias de las habituales los equipos de Euroliga (de hecho lidera el Lenovo Tenerife), que tardan en arrancar con internacionales del Eurobáket y demás competiciones, pero empiezan a ser intratables cuando alcanzan velocidad de crucero, punto que se suele llegar a partir de noviembre. En ese punto también hay un factor psicológico. Si el Unicaja gana en Valencia el domingo, al equipo local se le pondría la Copa bastante complicada y los de Ibon Navarro pegarían un salto cualitativo en la tabla y en confianza. Es esa victoria que se busca ante un rival superior para aumentar el crédito de un proyecto que tiene buena pinta y con el que se ha creado una buena onda colectiva, pero que aún debe sellar salvoconductos para pensar en cosas grandes.

La decisión del Unicaja con la llegada de Antonio Jesús López Nieto de abandonar el sueño de la Euroliga y optar por una BCL con menos volumen de partido estaba encaminada a recobrar el músculo competitivo en la Liga Endesa. Se juega contra un club con el doble de presupuesto, pero que deportivamente parece en un punto más abordable. Cuestión de piernas y ritmo o de pulmones.

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