Unicaja

La séptima medalla de Ángel Cañete, un cerebro ganador

Ángel Sánchez-Cañete, a su llegada a Málaga.

Ángel Sánchez-Cañete, a su llegada a Málaga. / Javier Albiñana

Ángel Sánchez-Cañete (Málaga, 1969) suele estar en un discreto segundo plano, pero ha sido un cerebro de las mejores épocas del Unicaja y de la selección española en lo que va de siglo. El técnico paleño ha formado parte del staff técnico de Sergio Scariolo en este oro europeo junto con otros malagueños, como el delegado Javi Salvo, el preparador físico Enri Salinas y el doctor Carlos Salas. Hombre de confianza del italiano desde la época dorada de Málaga, encargado de estudiar todo lo relacionado con la vertiente ofensiva de la selección, a su llegada explicaba las sensaciones de la que ha sido su séptima medalla con la selección. Empezó a colaborar con ella a las órdenes de Javier Imbroda en 2001, con el bronce de Turquía. También estuvo con la plata de 2003 con Moncho Fernández en Suecia. Y después se integró en la segunda etapa de Scariolo con la selección, desde 2015. Oro en Francia'15, bronce en los Juegos de Río'16, bronce en el Europeo de 2017, oro en el Mundial de Pekín'19 y oro en la fase final de Berlín'22. También un palmarés muy lustroso de un técnico que colaboraba con Maljkovic, el citado Scariolo y Plaza en los cuatro títulos de la historia del club.

Tomaba tierra Cañete en Málaga después de ver vídeos del Den Bosch, uno de los posibles rivales el viernes en la fase previa de la BCL. "Me lo acabo de empapar en el tren. Pero tenemos un gran cuerpo de entrenadores en el club que ya lo tienen todo preparado. Vengo para ayudar un poco a lo que ellos ya tienen. He visto los partidos de pretemporada, incluso Alberto y Darío también. No sólo nosotros, todos los jugadores y técnicos que estamos tenemos un ojo en nuestro club, en lo que va pasando su equipo. Yo estoy trabajando ya", decía el entrenador malagueño, ya inmerso en la dinámica del club. Pasó por la tarde por el Carpena y ya este miércoles se incorpora a la doble sesión diseñada junto a los otros campeones de Europa.

"El secreto es una combinación de mucho trabajo, no sólo cantidad sino calidad, unido con el ingrediente fundamental, que los jugadores han hecho de química entre ellos"

Cada medalla es especial, pero esta conseguida en el Eurobásket hace que "lo inesperado del resultado sin duda te hace saborearlo más. Después del partido de Lituania es cuando vemos que se abre un camino que está ahí, fue el momento. El secreto es una combinación de mucho trabajo, no sólo cantidad sino calidad, unido con el ingrediente fundamental, que los jugadores han hecho de química entre ellos. Todo ese trabajo nuestro y ellos ha explotado en la pista, han generado algo muy bonito", explica Cañete sobre el proceso hasta el oro, al tiempo que era cuestionado por su labor concreta en el organigrama: "Específicamente es un poco de coordinador de ataque, llevar el entrenamiento y el estudio de ese sector. Luego estudiamos muchas cosas. Cómo repartimos minutos, cómo ajustamos, lo hacemos profundamente para que nadie se pase y se canse. Todo eso coordinado con los preparadores físicos, viendo también quién juega en cada momento del equipo contrario para ver en qué momento conviene que haya ciertos emparejamientos favorables para ti. Hay un montón de cosas, en la selección me ha tocado de todo un año u otro".

Reflexionaba Ángel sobre lo que supone esta medalla, dos décadas después de la primera. "Por ser la última es especial y la puedes juntar con la primera también por lo inesperado. No me esperaba hace 21 años, gracias, tengo que decirlo, a Javier Imbroda, ir con la selección y él se acordó de mí. Y tampoco esperábamos con un equipo muy joven lograr el bronce que conseguimos en Turquía. Era inesperado en aquel momento. Esto es un oro y mucho más inesperado si cabe. Está muy arriba, es difícil mejorar las sensaciones de este oro", razonaba Cañete, que disfrutó de la experiencia por un jugador por el que siempre tuvo debilidad, Alberto Díaz: "Si me preguntas como Ángel, muy feliz por ver a Alberto brillar como es él. Lo sabemos la gente de Málaga cómo es, pero en este nivel que lo ve la gente que no es de Málaga, la gente que no es siquiera de baloncesto porque juega la selección... La dimensión que coge Alberto para la gente nos llena de alegría. Si encima lo estoy compartiendo con él, es para llorar de felicidad. La decisión de cortarlo fue muy difícil, siempre lo es. Se plantean muchas preguntas para ver si es el corte adecuado. En el caso de Alberto, mucho más, por todos los intangibles que te va a dar siempre. Cuando hablamos de los valores de un jugador sabemos si anota mucho o no, pero en Alberto lo fundamental son los intangibles. Y es lo que de alguna manera no se ve muchas veces. Se valora mucho y en el momento de hacer un corte ves lo que te quitas como potencia de equipo. Fue duro y por eso también fue tan fácil su recuperación".

"La dimensión que coge Alberto para la gente nos llena de alegría. Si encima lo estoy compartiendo con él, es para llorar de felicidad"

También Darío Brizuela, entiende Cañete, ha dado un salto. "No hay duda, Darío ha generado un rendimiento tan grande que debemos aprovecharlo. Él se ha dado cuenta de cómo aprovecharse a sí mismo. Confío plenamente en que esa puerta que se ha abierto a Darío la cruce y corra por ella", afirmaba.

Interioridades de la preparación de una gran campeonato. ¿En cuánto se prepara un partido? "El tiempo de estudio es limitado porque debes estudiar para ofrecer al equipo planteamientos y eso no es antes del partido, porque debes prepararlo antes en pista y en vídeo, lo que acorta tu tiempo de preparación. Por eso se aprovechan las noches después de partido, casi sin dormir. Cuando sabes que has pasado ronda empiezas a trabajar. El tiempo que tienen los jugadores para descansar físicamente del partido que has ganado es el que tú tienes para preparar el siguiente. En menos de 24 horas tienes que tener a tu rival totalmente estudiado porque ya es el momento de decirle a los jugadores qué propones para ganar ese partido y ensayarlo. El de Finlandia, por ejemplo, era muy difícil de preparar, es diferente, juego un baloncesto distinto. Hay patrones comunes con otros equipos, pero ellos hacían que nada fuera igual. Nadie tiene un tipo como Markkanen, un tirador como Sasu Salin... Para adaptarte en 48 horas te lo ponían complicado. Hay que adaptarse a lo que pasó, un equipo racheado que podía meterte un parcial tremendo, noquearte, pero no de manera definitiva. Ya había pasado otros días", explica con detalle Cañete, que valora la dimensión de Sergio Scariolo: "Su evolución técnica y táctica ya era altísima. Seguir dando pasitos adelante, sobre todo cuando estuvo en NBA, sin duda los sigue dando. Su gran evolución es la capacidad que tiene para gestionar grupos, que es brutal. Todo tipo de grupos, lo ha demostrado en diferentes contextos en la selección. Más allá del baloncesto, la selección son muchos grupos. El cuerpo técnico, que tiene su cuerpo médico, preparadores físicos, ayudantes, el de jugadores... Tener la capacidad de gestionar eso es lo que hace que todos vayamos a una, con una motivación común. Y Sergio es un maestro".

"La evolución técnica y táctica de Sergio ya era altísima, pero su gran evolución es la capacidad que tiene para gestionar grupos, que es brutal"

"Ha sido de altísimo nivel", cerraba el malagueño sobre cómo había sido el grado de dificultad de este Eurobásket: "Sabíamos que nos cruzábamos con el grupo de la muerte, vimos todos los partidos de ese grupo. Se lo decía a Domas y Kuzminskas antes de jugar contra ellos, que todos los partidos de su primera fase habían sido de semifinales del campeonato. Si empiezas así y tienes que seguir creciendo hay que imaginarse el nivel que había. Ha sido altísimo".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios