Un test de ambición
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El Unicaja afronta una decisión trascendente con la elección de entrenador que determinará el futuro del club
Al menos medio equipo se irá y habrá que afinar con jugadores resolutivos
Lo que en abril era una temporada, con matices y atenuantes, buena se desplomó en el último mes de competición para penalizar la nota. El Unicaja 2017/18 ya está de postemporada tras una eliminatoria deprimente contra el Baskonia y ante la toma de decisiones trascendentes para el futuro de la entidad. La más importante, la del entrenador. Se emplazó a que los resultados decidieran si se acometía la renovación de Plaza. Si ese es el baremo, el técnico no seguirá. Ya se conocían sobradamente virtudes y defectos del técnico catalán, bajo cuya batuta se recuperó competitividad después de un trienio horrible en el que el mejor puesto en la ACB fue el octavo, con dos ausencias y una presencia testimonial en los play off. Tres presencias en semifinales y dos eliminaciones en cuartos es su bagaje.
Es innegable que los mejores periodos del Unicaja desde que en el año 92 se produjera la fusión han coincidido con etapas prolongados de un técnico en el banquillo. Imbroda, Maljkovic, Scariolo y Plaza suman 1.114 partidos de los 1.470 que se han jugado desde entonces. La estabilidad de un entrenador competente que había dado Plaza era muy valorada por el club. Así lo reconocía en público y en privado el presidente, Eduardo García. El final de la temporada más el creciente descontento, expresado públicamente, de la afición hacen difícilmente viable esa continuidad.
Haciendo un ejercicio de retrospección, la llegada de Plaza a Málaga se produjo después de que hiciera una buena Euroliga con el Zalgiris, más el bagaje de sus trienios en Madrid y en Sevilla. Generó una ilusión, tocó la tecla adecuada con un discurso que la afición quería oir tras hablar con muchas personas del baloncesto nacional y malagueño y el equipo compitió desde el primer momento. ¿Qué entrenador podría generar esa corriente positiva? ¿Qué hay en el mercado objetivamente mejor que Joan Plaza?
He aquí un test de ambición para el Unicaja, para saber qué mensaje se quiere mandar, de conformismo o de audacia. La entidad financiera realizó el pasado verano un esfuerzo para competir en la Euroliga aumentando la partida presupuestaria en más de un 25%. Aun así, por detrás de los otros cuatro equipos de Euroliga (Madrid, Barcelona, Baskonia y Valencia, por este orden). Si con una inversión más alta, con el consabido desgaste de haber jugado una dignísima Euroliga, se ha acabado en el séptimo lugar, con Gran Canaria y Andorra también por delante, bajar la inversión a niveles de un año antes haría crecer la diferencia (Baskonia y Valencia han anunciado aumentos de inversión con la Final Four para Vitoria y la construcción de un nuevo pabellón) con el escalón superior. Con proyectos como los canarios o el andorrano con aparente solidez y solvencia.
Se producirá el regreso a la Eurocup y, realistamente, es más sencillo volver a la Euroliga por la vía de la ACB que ganando de nuevo el título continental. No tiene que ser totalmente nocivo ese regreso. Como se razona en el club, la mejor temporada de los últimos 10 años fue la única en la que no se jugó Euroliga. Pero no hay que perder de vista que el futuro de superélite está ahí, en la máxima competición continental. Hay que vender un proyecto atractivo para que no haya un desplome de abonados en el Carpena. La tendencia en las últimas temporadas había sido de aumento en el número, pero la gran oferta con el abono único de la última temporada no se sostiene con el cambio de Eurocup por Euroliga, por cantidad y calidad de partidos.
¿Generan los nombres de Luis Casimiro, Fotis Katsikaris, Ibon Navarro o Sito Alonso esa ilusión a la que se hacía alusión del inicio de la etapa Plaza? Cuesta verlo. Son algunos de los que están sobre la mesa de la cúpula directiva. Son perfiles distintos pero con un punto común, la experiencia en la ACB. Más veteranos o más jóvenes, con mejores o peores resultados en el último ejercicio. La experiencia con Repesa aún lastra para acometer un entrenador extranjero sin experiencia en España, admitiendo el altísimo nivel de los técnicos nacionales.
El técnico debe llevar a la plantilla, sería lo lógico. Se va un referente en las últimas temporadas como Nemanja Nedovic, que ha condicionado, sobre todo el último año, el juego del equipo por su capacidad de desequilibrio. Se va también McCallum, muy probablemente Augustine. Brooks tiene opciones interesantes fuera, con Salin hay que tomar una determinación con la opción del club y con Dani Díez y Waczynski se ha tratado la ampliación de contrato, sin consumantes. Alberto Díaz, Shermadini, Carlos Suárez, Milosavljevic, Viny Okouo y Soluade tienen contrato. El paso lógico con los dos últimos sería una cesión si no hay apuesta decidida por ellos en un rol importante. Hay que fichar, pues, jugadores desequilibrante, que generen puntos y eleven el nivel del es queleto de plantilla que permanecerá en el equipo. También comprometidos. Hay quien piensa que el hecho de que Joan Plaza no tuviera contrato garantizado ha influido en el mal final, ha habido bajada de brazos evidente.
Para la próxima semana hay previsto un Consejo de Administración en el que tomar decisiones. La historia del último cuarto de siglo constata que la suerte del Unicaja ha dependido de la elección realizada para el banquillo. Hay un escenario claro y campo abierto para elaborar un proyecto que seduzca tras una buena etapa. El Unicaja sigue siendo un club muy atractivo a nivel continental y el propietario es una bendición. Pero no se puede caer en el conformismo. Hay un test de ambición por delante para ver hacia dónde quiere ir el Unicaja.
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