Tyler Kalinoski, el MVP silencioso al que inspiró Curry: "Será una atmósfera loca, pero eso tiene que alimentarnos"
El escolta del Unicaja relata cómo son las sensaciones del equipo antes de la Final Four de la Atenas, que motiva sobremanera al equipo para seguir tocando plata
De la escuela de casa a la de Stephen Curry
Tyler Kenneth Kalinoski (Cincinnati, Ohio, 1992) es el MVP silencioso del Unicaja. No ganó nunca ese galardón en los títulos del equipo malagueño, aunque pudo hacerlo en más de uno de esos logros. Es uno de los jugadores básicos para construir ese bloque que ha elevado al club a uno de sus picos históricos, ojo derecho del staff y la dirección deportiva. Renovado hasta 2026 con una opción de club hasta 2027, Málaga es ya el lugar en el que más ha jugado después de su etapa en la universidad, en Davidson, donde tuvo el honor de entrenar con su alumno más ilustre, Stephen Curry.
Kalinoski y sus compinches no han perdido la ambición. Esta semana tiene una cita que motiva mucho en el vestuario. "Sabemos que va a ser una atmosfera muy loca. Los fans en Grecia siempre son muy calientes, siempre son locos. Así que estamos listos. Va a ser un poco diferente de lo que pasó el año pasado en Serbia, cuando no había tantos fans. Pero tenemos que estar listos porque van a tener otro jugador extra, los fans, para motivarlos. Así que tenemos que estar listos", reflexiona el que a veces es injustamente catalogado sólo como tirador con Málaga Hoy. Estuvo en Francia, Grecia, Bélgica, Turquía e Italia antes de aterrizar en España con el Breogán, donde el Unicaja ya le captó para el proyecto que cambió el curso de la historia del club. Todo, en la antesala de una Final Four que, por lo que la rodea, tiene condicionantes que aumentan el hambre de un equipo ambicioso. "Creo que este equipo ha sido muy exitoso hasta ahora, pero creo que la gran cosa con este equipo es que siempre estamos alerta y concentrados, especialmente en los grandes partidos y en los grandes torneos. La atmosfera va a ser loca, así que creo que podremos alimentarnos de ella y estar realmente alerta para competir".
Llega el Unicaja en un periodo en el que la confianza no está por las nubes, con una serie de derrotas a domicilio en la ACB. "Hablamos un poco del hecho de que tenemos que estar un poco más enfocados. Jugar en el ACB nunca es fácil. No importa qué equipo sea, arriba o abajo. Creo que para nosotros es estar un poco más enfocados al comienzo del partido y realmente trabajar en nuestros detalles, en lugar de simplemente ir y jugar. Enfocarse en nuestro plan de partido, en lo que tenemos que hacer y estar un poco más enfocados antes de que el partido comience. Y un poco más de energía que tenemos que tener en nuestras mentes antes de que el partido comience. Los partidos fuera son difíciles en ACB. Tienes que estar siempre listo para sufrir", admitía Kalinoski sobre el acercamiento a esta Final Four.
La estabilidad es una de las claves de este periodo de éxito en el Unicaja y así lo agradece Kalinoski. "Esta organización es increíble, siempre tan cercana. Me han ayudado cuando he necesitado ayuda. Los entrenadores, el staff, los jugadores. Siempre he hablado de mi experiencia en la universidad como uno de los grupos más unidos en los que estuve. Creo que este es el más cercano. Me encanta estar aquí. Estoy trabajando en mi español todos los días", asegura el escolta cajista, que se suelta cuando se le pregunta cuándo se le podrá entrevistar en la lengua de Cervantes: "Poco a poco. Pero llegaremos".
"Me encanta estar aquí. Estoy muy cómodo, muy feliz. No veo que me vaya pronto. Estoy concentrado en hacer lo que pueda para mantener en lo alto al equipo", insiste Kalinoski, que es preguntado por ese riesgo de monotonía al que a veces se refiere Ibon que puede ser un peligro. "Creo que hay que mirar y analizar a finales de cada temporada. Es un largo tiempo, 10 meses. Estás entrenando contra los mismos jugadores. Haces las mismas cosas una y otra vez. Definitivamente entiendes que en algunos momentos sientes ese desgaste, pero sucede también en otros equipos. A veces hay que pensar que no queda tanta temporada. Resetamos nuestras mentes y decimos que vamos a dejarlo todo para los últimos partidos, ahora estamos en ese tramo. Eso es un poco lo que siento. Pero este grupo de chicos nos divertimos cada día. Así que creo que eso ayuda. La química, incluso cuando tenemos esos sentimientos malos o un poco de monotonía, está ahí. Estar con este grupo de chicos y divertirnos nos ayuda mucho".
Cumplidos ya los 32 años, el baloncesto exige evolución física y técnica para seguir compitiendo al alto nivel. ¿Cómo lo trabaja Kalinoski? "Para mí parte de la rutina es seguir haciendo repeticiones de tiros, diferentes tiros y posiciones.Trabajo mucho con los tiros. No tengo manías especiales, aparte de que después de cada entrenamiento tengo que anotar cinco tiros sin fallo desde cada punto para pasar al siguiente y hacer la ronda completa sin fallo del concurso de triples. Para mí, es intentar repetir las situaciones que tengo en los partidos y simplemente hacer muchas repeticiones hasta donde me siento bien. Mientras mi mente esté bien y mi cuerpo se sienta bien, eso es a lo que me dedico. Después, también es cierto que vas cumpliendo años. En general, me siento bien. Afortunadamente, no he tenido muchas lesiones grandes en mi carrera, sólo un par de pequeñas cosas aquí y allá, pero sí empiezas a notar que el cuerpo está un poco más cargado tras cada partido. Así que solo tengo que mantenerlo. Marcos, nuestro preparador físico, y nuestros fisios nos ayudan muchísimo", especifica Kalinoski.
Tyler Kalinoski estaba predestinado a ser deportista. "La primera vez que cogí un balón de baloncesto era cuando tenía tres años. Tenía una pequeña canasta de plástico en mi jardín. Y mi papá me daba el balón y tiraba. Y me daba el balón y tiraba. Así siempre. Desde entonces he jugado, ha sido parte de mi vida desde que tenía tres años", relata el de Ohio, que explica el espectacular árbol genealógico deportivo de su familia. "Mi abuelo jugaba al hockey hielo, mi otro abuelo fue corredor de cross en la universidad. Mi padre jugaba al fútbol americano. Mi tío jugaba al fútbol en la universidad. Mis dos hermanas jugaban al voleibol. Y otro de mis tíos, que estuvo acá de visita y vio un partido, jugó al béisbol en las grandes ligas. Así que hacíamos todo. Nos gusta jugar y competir. Entonces, jugabas a todos los esportes. Jugué a todos esos menos al hockey. Un año tenía entrenamiento cada día de la semana de un deporte distinto. Un día baloncesto, otro béisbol, otro fútbol, otro fútbol americano... Ahí jugaba de quarterback, mi padre también lo era. Dylan también jugaba es bueno" ¿Y cuándo eligió el baloncesto? "Fue el año antes de que entrara en el instituto, así que alrededor de los 15 años. Me rompí el brazo y después tuve una gran oportunidad de jugar en el equipo principal. Le dije a mis padres que quería enfocarme en el baloncesto e intentar hacer esto".
"Es una historia un poco loca", explicaba Kalinoski sobre cómo empezó a jugar en la universidad ubicada en North Carolina: "No fui reclutado hasta más tarde. Davidson había dado una beca a otro jugador, pero luego no entró por motivos académicos. Así que tuvieron una plaza abierta y me vieron jugar al final de mi temporada. El entrenador vino a ver el torneo, me encantó estar ahí. La mañana que me levanté pensé que iba a irme, pero no. Es increíble cómo todo funciona". Tiene la fortuna el cajista de haber entrenado con Stephen Curry, uno de los jugadores que más ha contribuido a cambiar este deporte, con un impacto brutal en el juego. "Es increíble ver lo que ha hecho y lo que sigue haciendo. Uno de los detalles que me gusta de Steph es que nunca fue el más alto o el más físico, pero fue trabajando y trabajando y sigue trabajando y es increíble ver lo que ha hecho. Es divertido verlo. Tuve la fortuna de entrenar con él. En mi primer año en la NCAA fue el lock out de la NBA y él seguía teniendo algunas asignaturas pendientes y por ello fue allí a ir a clase. Y aprovechó para entrenar con nosotros. Eso fue genial. Es muy impresionante. Absolutamente. Es uno de esos jugadores que cuando juegas en defensa nunca puedes dejar de prestarle atención porque estará moviendose. Si tiene el balón, puede tirar. Siempre tienes que estar enfocado", relata Kalinoski con emoción sobre cómo fue aquella experiencia con el extraterrestre de los Warriors.
Explicaba también que ha relativizado el aprendizaje de otros jugadores y utiliza su tiempo de descanso para desconectar del baloncesto. "Veía muchos vídeos antes. Vi muchos en la universidad y en los primeros años en profesional. Veía imágenes de otros jugadores de mi posición en Euroliga, miraba cómo se abrían, posición de piernas... Pero ahora no veo mucho baloncesto. Lo veo puntualmente, no lo veo todas las noches. Me gusta salir del baloncesto a veces, necesito desconectar", señala el jugador cajista, que explica cómo se siente con tantos cortes, pase de bloqueos y generación de espacios para los compañeros. "En la mayoría de mi carrera, para mí, siempre intento hacer lo mejor para el equipo primero. Si alguien me da un tiro abierto, estoy 100% bien. Si consigo crear el espacio para que otro compañero lo tire, igual, 100% bien. Pero no voy a mentir. Hay momentos, cuando estoy muy cansado y empiezo a correr y no toco el balón y hay un ataque malo... (risas). Pero, como dije, después de meter un triple, en mi mente, me siento bien, también cuando generamos el espacio. Me encanta ese sentimiento. No me importa hacer todo el trabajo para ayudar a mis compañeros", apuntaba Kalinoski, que también explica esa gran presencia en el rebote, no frecuente en un jugador de su tamaño: "Desde que era pequeño, como dije, nunca fui el más fuerte ni el más alto, pero pensé que si conseguíamos un rebote nos daría otra oportunidad para ganar. Y cuanto más vas, no vas a recibir cada rebote, pero tienes una mejor probabilidad de cogerlo. Así que creo que la primera parte es hacer el esfuerzo. A veces el balón te llega. Si no haces el esfuerzo, no vas a recibir la bola. Pero si haces el esfuerzo, también muchas veces es leer, creo que tengo una buena percepción de cómo va a salir el balón del aro, un poco de intuición porque he estado haciendo esto por mucho tiempo, voy mejorando. Pero también tienes que tener cuidado con el balance defensivo. A veces me siento bien si voy, pero hay veces, cuando soy el único en la parte de arriba, soy el último y alguien tira y quiero ir, tengo que aguantarme".
"Me encanta, me encanta el clima, me siento muy cómodo con la zona, la gente es genial. Me encanta el golf y hay campos abundantes en la zona, así que es divertido salir del baloncesto a veces. De niño jugaba sólo para divertirme. Mi papá me llevó cuando era muy joven a jugar al golf, pero nunca jugué como un deporte. Mi esposa y yo nos sentimos muy cómodos aquí, nos encanta donde vivimos, nos encanta el clima, es imbatible, así que estamos muy contentos. Es bastante diferente a Ohio, allí es frío y nevado. Ahora sí, mi plan es volver a Estados Unidos después del baloncesto, cuando termine mi carrera, pero no sé, no sé dónde", reflexiona Kalinoski sobre cómo es la vida y la de su mujer, a la que conoció en Bélgica (de ahí su pasaporte), al tiempo que manda un mensaje ambicioso sobre lo que viene, empezando por esta Final Four de Atens: "Mantener la motivación de los títulos es fácil, porque, al menos para mí, en mi carrera profesional sólo había ganado una Copa en Amberes, fue en mi cuarto año como profesional. Desde entonces he intentado ganar campeonatos y no creo que ese fuego haya desaparecido. Para mí es más reto mantener el día a día, ese fuego para seguir mejorando, para empujarse al día a día, pero creo que también es un poco más fácil cuando tienes jugadores como en nuestro equipo. Cuando entrenas, si no te empujas a ti mismo, alguien más te va a empujar. Entonces empiezas a ser competitivo. Si no tienes esa competitividad entonces nunca vas a seguir mejorando porque empezarás a ser un poco complaciente. Es también el camino, tienes que seguir haciéndolo cada día, así que cuando tienes ese fuego para ganar el trofeo, estás listo porque cada día empujas, empujas, empujas. Y ahora estamos en Atenas y queremos ganar de nuevo".
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