Un Unicaja en madurez: 29.6 años de media

Falta por oficializar la renovación de David Kravish, pero es algo que se da por descontado. El acuerdo con el interior está pactado desde tiempo atrás. De hecho, el club ya ha actualizado en su web todos los fichajes y salidas y ahí sigue el pívot de Illinois, integrando esa plantilla de 13 jugadores que, con la posible adición de algún sub 22 más aparte de Manu Trujillo alterne los dos equipos, formará el bloque que competirá la temporada 2025/26.

Es un grupo curtido y experimentado, al que se la ha metido sangre fresca con los fichajes pero que está en su madurez. La media de edad de la plantilla que se ha construido, contando lo que tendrán en el comienzo oficial de la temporada, es de 29.6 años. Es un indicador de equipo que seguramente alcanzó su cúspide de rendimiento la temporada anterior y ahora se afanará por prolongar esa curva de felicidad. No hay ningún jugador nacido en el siglo XXI, Balcerowski y Castañeda son de 2000 y son los benjamines. Djedovic (35 años) sigue marcando el tope. Entre medias, hay jugadores nacidos todos en la década de los 90. Kravish, Perry y Kalinoski (1992), Webb (1993), Alberto Díaz (1994), Sulejmanovic (1995), Tyson Pérez (1996), Barreiro y Duarte (1997) y Tillie (1998). Más el polaco y el bosnio de pasaporte, ya de 2000.

Es el mapa de edad del Unicaja, que se acerca a la media de 30 años, con la que se terminará esta temporada. Es un debate habitual entre los aficionados y que también existe dentro, cómo abordar el relevo. Hay una coyuntura en el baloncesto europeo, con estos años de agujero negro de marcha de jugadores jóvenes a Estados Unidos que volverá a equilibrarse en tres-cuatro años cuando haya flujo de retorno. También las carreras profesionales, con excepciones, se van extendiendo y uno de los atractivos para jugadores ya maduros que ofrece el Unicaja es un calendario menos extenuante que el de la Euroliga. Por ejemplo, ese trío sólido Perry-Kalinoski-Kravish podría ver de otra manera la vida con dos o tres años menos. Pero la estabilidad que tienen en Málaga camino de o cumplidos los 33 años es también un estímulo.

Con cuatro nuevos jugadores, es el mayor cambio de piezas de este ciclo glorioso que se intentará extender. Esa mezcla justa entre jugadores muy identificados ya con este club y la ciudad pero con recorrido aún más cuatro fichajes repartidos en las líneas (dos exteriores y dos interiores), cada uno con motivos para progresar, reivindicarse o estabilizarse en Málaga se espera que sea un cocktail para seguir molestando a los grandes y permanecer competitivos.