El plan de Gonzaga con Mario Saint-Supéry: "Le vamos a dar las llaves del coche"

Mario Saint-Supéry está de vuelta en Spokane, estado de Washington, en Estados Unidos para iniciar su primera campaña en la NCAA. El malagueño dejó un aviso en el Eurobasket de que su potencial ya es extrapolable a realidad al máximo nivel europeo en un contexto de una España con carestía de talento. Su descaro y exuberancia para tirar del equipo en el segundo tiempo del partido ante Grecia le presentó definitivamente ante el gran público. Fue también la ratificación de que tiene la madera para ser un jugador para 12 o 15 años de selección absoluta.

La cantidad de universidades que se interesó por el malagueño en el nuevo contexto de la NCAA, que permite hacer ofertas económicas potentísimas además de su habitual gancho de experiencia, estudios, idioma..., se contaron por decenas. Pero fue Gonzaga, una universidad con tradición en las últimas décadas de captar talento en el baloncesto europeo. Allí estuvo el actual jugador del Unicaja Killian Tillie y también el canterano cajista que ha llegado más lejos, Domantas Sabonis, que terminó de madurar dos temporadas antes de saltar a la NBA. Entre decenas.

En una entrevista en AS, el director de operaciones de Gonzaga, un español llamado Jorge Sanz que trabajó con Saint-Supéry mientras colaboraba con España sub 18 (también estaba en aquel equipo Álvaro Folgueiras), explicaba lo que veía en el jugador malagueño y la importancia que tendrá en el equipo en esta temporada y lo que se pedirá como campo de mejora para crecer. "Carácter, ambición, capacidad competitiva, descaro… son su sello de identidad y queremos que su desarrollo deportivo no inhiba estas señas propias de identidad. En el ámbito deportivo, a corto plazo el aclimatarse al estilo de trabajo día a día de nuestro programa. Detalles ofensivos, conceptos individuales y colectivos defensivos. Por eso fue tan importante que trabajara ya unas semanas con el equipo en junio y julio. Mario puede jugar tanto de manejador principal como secundario, pero el plan es que lo haga de base la mayor parte de sus minutos en pista. Metafóricamente hablando, le vamos a dar las llaves del coche y él entiende que ser el base de Gonzaga no sólo es un privilegio sino también una responsabilidad para la que está más que capacitado", explicaba Jorge Sanz de manera interesante.

El entrenador aragonés también explicaba cómo afecta ahora este trasiego de jugadores constante de jugadores entre los equipos y por qué llevaba desde junio entrenando allí el jugador malagueño. "No entro a valorar si está bien o mal, pero desde luego imposibilita la planificación a cuatro, incluso cinco, años como veníamos haciendo hace tiempo, y repercute en términos de fraternidad. De ahí la importancia de que los jugadores pasen todo o parte del verano en el campus entrenando con sus compañeros. La verdadera prioridad en esas semanas es establecer dinámicas de equipo, cultura organizativa, hábitos, etc. En muchos casos se llega a plantillas cien por cien nuevas. O con diez o doce jugadores de nueva incorporación", señala. Es el plan de Gonzaga con Saint-Supéry, que también busca una exposición en un lugar con protagonismo con el sueño de la NBA ahí cerca.