Una noche de agua, miedo y ríos desbordados en Málaga

La noche del sábado al domingo fue una de las más complicadas del año en la provincia de Málaga. Un intenso temporal de lluvias descargó con especial fuerza sobre el Valle del Guadalhorce, dejando acumulaciones que superaron los 100 litros por metro cuadrado en apenas unas horas y obligando a activar la alerta roja en varios municipios.

Ríos que habitualmente presentan un caudal muy bajo, como el Guadalhorce o el Fahala, se transformaron en auténticos torrentes fuera de control. El agua se desbordó, anegó calles, arrastró barro y convirtió numerosas zonas urbanas en corrientes imposibles de atravesar. Municipios como Cártama, Alhaurín el Grande, Coín o áreas cercanas a la ribera del río vivieron una noche marcada por el miedo y la incertidumbre.

Muchos vecinos pasaron horas achicando agua de sus viviendas, retirando enseres y tratando de proteger sus coches mientras el nivel seguía subiendo. Las imágenes grabadas durante la madrugada muestran calles convertidas en ríos, vehículos inmovilizados y el agua entrando en bajos y locales comerciales. Los vídeos que acompañan este relato pertenecen a @fuengirolasequeja.

El balance provisional del episodio meteorológico supera las 300 incidencias gestionadas por los servicios de emergencia, entre inundaciones, rescates, cortes de carreteras y daños materiales. A pesar de que las lluvias han supuesto un importante alivio para los embalses, que han aumentado notablemente sus reservas, el coste humano y material ha vuelto a poner de manifiesto la vulnerabilidad de las zonas cercanas a los cauces fluviales.

La cara más trágica del temporal se vivió en Alhaurín el Grande. Dos hombres desaparecieron tras verse sorprendidos por la crecida del río Fahala cuando se desplazaban en un vehículo durante la noche. Horas después, los equipos de búsqueda localizaron el cuerpo sin vida de uno de ellos a varios kilómetros del punto donde se perdió su rastro. La búsqueda del segundo desaparecido continúa, con un amplio dispositivo desplegado en la zona.

El temporal remitió con la llegada del día, pero dejó tras de sí calles cubiertas de barro, viviendas dañadas y una provincia que vuelve a mirar a sus ríos con respeto y preocupación cada vez que la lluvia cae con fuerza.