Educación

El coro Carlos Álvarez, un proyecto integrador

  • La ONG Incide y el barítono malagueño han reunido a una treintena de escolares de Lagunillas y Cruz Verde en un coro que va más allá de la interpretación musical para ayudarlos a crecer todos juntos en valores

El barítono Carlos Álvarez, en el primer ensayo del coro que lleva su nombre.

El barítono Carlos Álvarez, en el primer ensayo del coro que lleva su nombre.

La música es el hilo conductor del proyecto que llevaban ya ideando varios años. Un coro de niños y jóvenes de zonas de transformación social de la ciudad, concretamente Lagunillas y Cruz Verde, que les ayudase a crecer en valores y sirviese como elemento integrador. Una vez determinados los criterios y hallado hueco en la agenda del cantante internacional, el barítono Carlos Álvarez y la ONG Incide han puesto en marcha el coro que lleva su nombre.

En enero comenzaron las audiciones y en abril quedó configurada la formación con una treintena de cantantes de entre 8 y 17 años. El pasado jueves, 13 de junio, debutaron sobre un escenario. Fue una colaboración con la que interpretaron Imagine, de Jonh Lennon en la graduación de alumnos del Instituto Cánovas del Castillo. Se subieron a las tablas del Teatro Cánovas, recibieron un mensaje de su mentor que trabaja estos días en Viena y bajo las órdenes de su directora, Elena Rodríguez, comenzaron su actuación. Y con ella, se inició la aventura que proseguirá en septiembre.

“No se trata de un coro al uso, más bien es un proyecto educativo musical que pretende ser integrador”, explica su directora, agente de Innovación Social en Incide, miembro del coro Resonare Fibris y con 25 años de formación coral. Los integrantes de la formación son escolares de los colegios de la zona de acción de la asociación: los colegios Nuestra Señora de Gracia, Lex Flavia Malacitana, Maristas, Gibraljaire y Salesianos y los institutos Cánovas del Castillo y Puerta Oscura. “La semilla viene del CEIP Nuestra Señora de Gracia, donde llevábamos trabajando esto desde hace dos años, pero se quiso hacer extensivo a nuestro radio de acción”, indica Rodríguez.

Los ensayos comenzaron en el mes de mayo, por lo que aún no se ha tenido tiempo de preparar un repertorio completo, algo que sí tendrán a partir del curso que viene. “Las canciones van a tener una temática social”, indica la directora. Y apunta que “utilizamos la educación musical como un vehículo de comunicación sobre los temas que trabajamos en nuestra entidad, la igualdad, la cooperación, la solidaridad...”. Y no sólo esto. También a través de la música pretenden trabajar la inteligencia emocional y los valores éticos que tiene que tener cualquier buen ciudadano. “De ahí que sea más que un coro al uso”, reitera la directora.

Coro Carlos Álvarez de Málaga

Según la experiencia del Gracia, algunos alumnos dirruptivos fueron capaces de canalizar las conductas más negativas hacia algo positivo a través de la música. Y tener un proyecto común en el que se integren tanto hijos de familias normalizadas como de otras de zonas más vulnerables hace que caminen de la mano en la consecución de sus objetivos sin que importe mucho más. “Que puedan compartir valores, circunstancias y trabajo conjunto”, dice la directora, ese es el propósito. “Como les digo a ellos un coro es lo contrario a ser un solista, es un cuerpo en el que cada órgano sirve para algo”, señala.

Carlos Álvarez colaborará activamente 

El proyecto ha sido gestado conjuntamente con Carlos Álvarez. “Ya habíamos pensado hace tiempo en poner en marcha una cosa similar, esto se ha ido cocinando desde hace ya varios años”, relata Rodríguez y señala que el barítono, además de ser patrocinador, va a colaborar activamente con la formación. Ya los visitó el primer día de ensayo “y nos enseñó bastantes cosas”, comenta la directora. Cuando empiecen los ensayos, a partir de septiembre, pretende seguir ofreciendo formación siempre que sus compromisos se lo permitan.

“Los niños han sido elegidos por sus cualidades vocales”, afirma la directora y destaca que su primera incursión sobre las tablas salió “muy bien”. Pero, como es lógico, queda mucho por trabajar. Lo harán al menos una vez a la semana en La Puerta Roja, un aula de usos múltiples de la que dispone Incide y que está acondicionado para talleres de teatro, flamenco, cajón, guitarra y, ahora, también el coro. “Disfrutad muchísimo y sed capaces de hacer que la música haga a los que están alrededor mucho mejores”, les deseó Carlos Álvarez en su actuación del pasado jueves, la que se sueña primera de muchas.

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