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Menstruación sostenible: El boom entre las más jóvenes que rompe con los mitos de la regla

Rosa Navarro, sexóloga de Diversual, con unas braguitas menstruales.

Rosa Navarro, sexóloga de Diversual, con unas braguitas menstruales. / M. G.

Durante mucho tiempo la menstruación ha estado rodeada de innumerables tabúes considerándose algo sucio e incluso una enfermedad. La publicidad, las falsas creencias y el desconocimiento y la falta de información han llevado a ver el ciclo menstrual como algo de lo que no hablar y del que vivir de forma oculta e incluso clandestina. Como si la menstruación no formase parte de nuestra vida o como si la higiene íntima no fuese tan relevante como cualquier otro aspecto relacionado con la salud.

De un tiempo a esta parte, todas estas creencias y falsos mitos sobre la regla han ido evolucionando en un movimiento entre las más jóvenes conocido como menstruación sostenible y del que nos habla Rosa Navarrosexóloga de Diversual.

Mitos y falsas creencias de la menstruación

"Se ha ofrecido una visión distorsionada de lo que es la regla, en algunos casos alimentada por los medios de comunicación y la publicidad. A todos nos vienen a la cabeza los famosos anuncios de productos de higiene menstrual en los que la sangre se ha representado durante años como un fluido de color azul", explica la psicóloga y sexóloga.

"Atrás va quedando esta percepción de que menstruar es algo que haya que vivir casi de forma clandestina y con un halo de vergüenza. Ya no es tan común escuchar todos esos eufemismos y formas un tanto extrañas de llamar a la regla. Este cambio que promueve la normalización de la menstruación y la sangre menstrual ha venido sobre todo propiciado por el acceso de las nuevas generaciones a una información clara y de calidad", reflexiona Rosa Navarro

Las RRSS están plagadas de divulgadoras que practican un activismo menstrual basado en el derecho a recibir una educación menstrual desde una perspectiva multidisciplinar. Conocer cómo funcionan nuestros ciclos y en general nuestros cuerpos se ha convertido en una forma de reconciliarnos con ambos y algo básico para nuestro bienestar.

Este activismo menstrual surge de la búsqueda por conectarnos con nuestros cuerpos y procesos biológicos a través de la promoción de la educación y salud menstrual. Esta corriente también ha servido para que la pobreza menstrual se haga hueco en la agenda política y se abra un debate sobre el tratamiento de los productos de higiene menstrual como artículos de primera necesidad.

Podemos encontrar activismo menstrual también en forma de proyectos culturales que buscan generar el debate en el espacio público, visibilizando y naturalizando la sangre menstrual. Rupi Kaur, una artista canadiense, subió en 2015 a Instagram una foto en la que aparecía con los pantalones manchados de sangre menstrual. La red social censuró la foto, aunque más tarde permitió que volviera a colgarla. Otras mujeres de diferentes disciplinas y ámbitos de la escena pública han realizado otras acciones reivindicativas tratando de concienciar sobre el rechazo que aún genera la sangre menstrual.

Cómo tener y vivir una menstruación más sostenible

La menstruación sostenible es un modelo o movimiento que concibe una manera diferente de menstruar, poniendo en el centro tanto el cuidado de nuestro planeta como el de nuestra salud íntima.

Este cambio implica la incorporación de otras alternativas para gestionar nuestro sangrado. Existe vida más allá de los tradicionales métodos de higiene menstrual no reutilizables y es importante conocer todas las opciones para así poder escoger en función de las necesidades individuales.

"Una menstruación sostenible también pasa por empezar a gestionar nuestros ciclos haciéndonos dueñas de ellos y tomando conciencia de todos los factores externos que influyen en ellos. Conocer cómo es nuestro ciclo y cómo funciona además de ayudarnos a entender los cambios que se producen en cada momento es una buena herramienta para detectar posibles alteraciones y poder intervenir en el motivo de estas", expone Rosa Navarro.

Qué productos de higiene menstrual sostenibles

Dentro de los productos de higiene íntima sostenibles podemos encontrar copas menstruales, bragas menstruales, compresas de tela y esponjas naturales. Estos métodos alternativos de recogida del sangrado tienen en común el que son reutilizables. Su durabilidad varia, pero va desde los 3 años en el caso de las bragas menstruales hasta los 10 años cuando hablamos de la copa menstrual.

También han aparecido en el mercado versiones más ecológicas de los tradicionales tampones, compresas y protegeslips. Están fabricados con materiales biodegradables y no contienen aditivos ni perfumes. No son una opción tan ecológica, pero pueden ser una alternativa para momentos puntuales.

Motivos por los que una persona se decanta por estos métodos

Si tenemos en cuenta la media de años que menstruamos, el impacto del uso de métodos no reutilizables es algo a valorar seriamente. Se calcula que una mujer puede llegar a utilizar un total de 15000 tampones a lo largo de su vida. Es por ello que contribuir con el cuidado del planeta y la sostenibilidad suele ser un motivo de peso a la hora de pasarse a la higiene menstrual sostenible.

"Otro motivo está más relacionado con el bienestar físico y la propia salud íntima. Además de ser más ecológicos, los productos reutilizables están libres de tóxicos y no alteran la flora bacteriana ni el pH vaginal. Existe también menor probabilidad de infecciones, alergias y otras alteraciones dérmicas", explica la sexóloga.

La inversión económica es algo también a valorar. "Cada mujer realiza una inversión media anual de unos 60 euros entre compresas y tampones. Aunque de partida, el gasto inicial de alguno de los métodos sostenibles alternativos sea algo mayor, si comparamos en menos de un año ya la habremos amortizado", afirma la experta.

El porqué del auge de las bragas menstruales 

Al igual que la copa y las compresas de tela, "las bragas menstruales destacan por ser una alternativa más respetuosa con nuestro cuerpo y con el medio ambiente". "El aumento de la concienciación en cuanto al cuidado del planeta y de nuestra propia salud ha hecho que el uso de las bragas menstruales se haya convertido en una alternativa con mucha fuerza a la hora de elegir un producto de higiene menstrual", explica la experta.

Frente a la copa o las compresas de tela presenta también algunas ventajas. "En el caso de la copa, su colocación es tan sencilla como el uso de cualquier otra prenda de ropa interior. Esta facilidad a la hora de usarlas las convierte en una buena opción para aquellas personas que no consiguen adaptarse a la colocación de la copa o incluso en el caso de las primeras menstruaciones", recomienda la psicóloga y sexóloga.

No es extraño tampoco el uso combinado de copa y braga menstrual. Muchas mujeres eligen usarlas de forma conjunta, sobre todo en los días de flujo más abundante, consiguiendo así sentirse más seguras y protegidas.

Mitos sobre las bragas menstruales que no son ciertos

A pesar de existir cada vez más información sobre nuestra salud menstrual, las bragas menstruales son aún un método algo desconocido para muchas mujeres. "Esto puede generar escepticismo y confusión sobre su uso. Algunas de las preocupaciones principales giran en torno a si van a proteger lo suficiente o si tras recoger la sangre menstrual no se van a convertir en una especie de pañal", explica Rosa Navarro.

Nada de lo anterior es algo por lo que debamos preocuparnos en el caso de elegir las bragas menstruales como método de higiene menstrual. "Su diseño en varias capas de material está pensado para absorber el flujo sin que este traspase a la ropa ni se quede acumulado resultando incómodo", concluye.

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