Powers Electronics Valencia-Unicaja · La crónica

Heroico Unicaja

  • El Unicaja arrebata el factor cancha al Power Electronics con una canasta de Dowdell en el último segundo · Sin Saúl Blanco ni Robert Archibald, se repuso a un 25-4 de parcial para vencer

Por esto nos gusta el baloncesto, por esto el Unicaja ha construido en las tres últimas décadas unos cimientos sólidos que permiten momentos mágicos como el vivido anoche en La Fonteta. Arde Valencia, los petardos corren de cuenta del equipo malagueño, iluminado en el partido de la verdad, encuentros que separan a los hombres de los niños. Ganó en la pista del Power Electronics el equipo malagueño (82-83) con una aparición celestial del denostado Zabian Dowdell, que anotó una bandeja con la mano derecha en el último segundo para ganar un encuentro que debe valer el pase a semifinales. Lo más complicado está hecho, falta rematar la faena mañana en el Carpena. No se puede escapar.

Partido sísmico, con toda la intensidad y el dramatismo del play off. Es difícil condensar todo lo que ocurrió en 40 minutos. Cinco minutos de agujero negro a caballo entre el final del tercer cuarto y principios del último arruinaron 25 minutos colosales del equipo de Aíto. Dominaba por 42-51, con Gary Neal estelar (18 puntos en ese momento), Printezis de contrapunto anotador dentro y unas sensaciones inmejorables. Encalló ahí, despertó Claver y, sin darse cuenta, encajó un parcial de 25-4 que en cualquier otro momento hubiera supuesto la rendición absoluta.

Este equipo se habría caído no hace tanto. Pero no, peleó con una fe increíble y Cook fue el adalid, el que llevó la bandera y tocó el tambor. Perdía por 12 el Unicaja a falta de ocho minutos. Pero el neoyorkino consiguió 18 puntos en el cuarto final, con triples y una catarata de canastas que cambiaron la suerte del duelo. Simeón dio ventaja al Power Electronics a falta de tres segundos. Aíto pidió tiempo y el balón lo cogió Dowdell. Más de uno se echó las manos a la cabeza. Pero el norteamericano es inconsciente, en lo bueno y en lo malo. Se fue de su par y encaró el aro con decisión, con su mano mala. Y abrió las puertas de las semifinales de par en par.

La victoria cobra más pujanza con los antecedentes. El panorama de salida era poco halagüeño. Saúl Blanco sin vestir, con el chándal del equipo. El golpe en la víspera en el gemelo que le tuvo fuera tres meses le había dejado KO. Tampoco Robert Archibald, al que un tirón en la espalda en la sesión de tiro matutina obligó a infiltrar. El pinchazo no valió porque el escocés seguía tieso como una vela, sin poder flexionar. Sin uno de los jugadores más en forma y con uno de los pilares más sólidos en defensa, sobre todo ante un equipo tan alto como el Power Electronics, la montaña a escalar subía su tamaño.

El Unicaja, otras veces tan frágil, afrontó con personalidad la tarea. Con más hambre y concentración que el equipo rival, los de Aíto plantaron sus reales en La Fonteta. Bien Cook dirigiendo y Printezis anotando. Había desequilibrio en la posición de tres, con Claver defendido por Berni o Neal. Pero se sujetaba con cierta solidez. Se necesitaba un plus de Freeland que no dio en el primer tiempo, pero Rubio apretó para dar una rotación muy digna, supliendo con coraje la falta de centímetros ante los rivales. Mandó 0-6 de salida el equipo malagueño, respondió el Power Electronics (12-12). Hacían daño en las penetraciones De Colo y Rafa Martínez, que pronto salió del duelo con tres personales. Pero el Unicaja nunca perdía el hilo del encuentro, incluso en situaciones delicadas. Un triplazo de Neal sobre la bocina del primer cuarto permitió marcharse con ventaja tras los primeros 10 minutos (18-20).

Otro arreón culminado por Neal (19-27) permitía adquirir una renta seria, rebajada con el daño de los interiores valencianos. Parcial de 9-0 de respuesta con atasco malagueño ofensivo, salvado después con una canasta de Printezis (11 puntos al descanso) y un triple del siempre imprevisible Dowdell, que permitían liderar al descanso (36-37), detalle psicológico siempre destacable. La igualdad daba para pensar en un final competido. Buena noticia para el Unicaja.

Amenazó con romper el duelo Gary Neal tras el descanso. Enhebró 10 puntos consecutivos el norteamericano, tocado por una varita en este inicio. Sucede que el socavón que propiciaba en ataque era similar al que concedía en defensa ante Víctor Claver. Consiguió una ventaja de nueve puntos el Unicaja (42-51) tras puerta atrás de Berni, pero justo ahí encalló y el talentoso alero valenciano derramó el tarro de las esencias. Fue la espoleta que condujo a un parcial demoledor. Kelati se subió al caballo y , de ahí al final, 21-2. Afinando más, 15-0 (63-53 al final del tercer cuarto).

Pero el apocalipsis fue la antesala de una resurrección. Cook cogió los galones e igualó el partido Arbitraje bueno, por cierto. Rubio, heroico, empató. El Power le dio el balón a Martínez y el Unicaja se tambaleó. Pero Dowdell encendió la luz. Maravilloso.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios