Opinión

Alonso Martín Ruiz / Cultura@ Malagahoy.es

Sobre el presente y pasado de los verdiales

· Alonso Martín Ruiz es alcalde de la panda de verdiales Aires del Torcal.

QUERIDOS lectores, mi nombre es Alonso Martín Ruiz. Soy alcalde de la panda Aires del Torcal. Mi deseo es dirigirme al público en general y a mis compañeros alcaldes en particular. Mi problema, estando reciente la fiesta mayor, es que pudiera parecer que lo mío es una resaca con mal sabor, por no estar mi panda entre las triunfadoras. Pero verán que de eso no se trata.

Soy un agradecido a todo lo que huela a música andaluza, que me dio y me está dando muchas satisfacciones: las soleás de Antonio Mairena, los fandangos de Paco Toronjo, la copla, las sevillanas de Romeros de la Puebla o los coros de Julio Pardo. Pero, claro, existe para mí eso que se llamó siempre la fiesta, que por mi mundillo rural fue herencia mantenida por unas cuantas familias e ignorada incluso por los pueblos a los que municipalmente pertenecíamos. Aquello no ligaba bien con lo urbano, era propio de chaparros y retamas y lo más que se alejaba era a sus propias ermitas. Hoy conozco más de cien formas de interpretar el fandango ibérico, de las que Huelva y Málaga son mayoritarias. El campesino las hizo fiesta dándole viveza en el ritmo y vistiéndolo de instrumentos. Conocí a un luchador miembro de la peña Juan Breva, Antonio Povea, fiestero, que afirmaba con razón que por su situación geográfica dentro de la provincia el estilo montes fue el primero en tocarse por las calles del municipio de Málaga, pero estuve en desacuerdo con él cuando aseguraba que el estilo montes fue el primitivo mientras que Almogía y Comares eran derivados. Nadie puede saber quién hizo el primer pandero.

En 1980, cuando nos ilusionamos con crear una peña de verdiales en Villanueva de la Concepción, me apoyaron cuando aposté por crear un festival donde lo que quedara libre de gasto en las taquillas se dividiera por igual entre las pandas participantes, además de un concurso por estilos para defender la raíz en cante, toque y baile. También consideré oportuno inaugurar un premio inédito hasta entonces al verdialero más joven, dado que las pandas habían envejecido mucho, problema hoy resuelto gracias a las escuelas. Se creó el premio al atavío, que imponía subir al escenario con los vestidos de antaño, y el otro al trenzaíllo, baile muy antiguo recuperado con galardones a parejas, banderas, etc. Con mucha satisfacción, conseguimos treinta años después que este festival fuera considerado el más importante de la provincia. Con esfuerzo y varias colaboraciones publicamos Raíces y costumbres verdialeras, y, con respecto a la panda Aires del Torcal, que dirijo desde hace 25 años, hemos saboreado las mieles de los concursos a veces en soledad y otras compartidas.

Después de contaros algunas de mis vivencias, paso al tronco del tema. Los verdiales, históricamente, cubrieron sus gastos gracias a los aficionados mediante las llamadas rifas. Hoy los mismos gastos se cubren con las inversiones de las arcas públicas, del dinero de todos los contribuyentes. Por eso, hoy los verdiales son más del pueblo que nunca. Y por tanto es sano opinar públicamente, y esperar que me rectifiquen, que no tengo por qué ser el amo de la verdad. La fiesta está dirigida por una asociación llamada federación o junta de alcaldes de pandas, donde son éstos quienes eligen por votación su dirección, los jurados y las bases de los concursos. En este caso, queridos compañeros y amigos, somos nosotros quienes tenemos que rendir cuentas a la opinión pública:

-¿Cómo estamos aguantando uno y otro año una fiesta en días laborables con los inconvenientes tan grandes a la hora de reunir una panda y la pérdida de público? ¡Hombre, tantas cosas importantes y tradicionales estamos perdiendo, entre ellas la calidad y personalidad de la fiesta, y no hemos sido capaces de unirnos y pedir al Ayuntamiento que se celebre el domingo más próximo!

-Cuando digo pérdida de calidad y personalidad, me refiero a un problema que venimos denunciando muchos desde hace tiempo, al menos en privado. Si alguien duda, no hay más que comparar grabaciones de los años 80 con las actuales. Antiguamente, cada panda tenía su propio estilo y personalidad, sobre todo en el toque de violín y el cante. Hoy, las escuelas nos llevan hacia la copia, la clonación y el aburrimiento. Para esto no existen recetas: las escuelas deben existir, pero valorando y premiando la personalidad, que nuestra fiesta no está sujeta a partituras.

-El año pasado escuché dos concursos, el de Almogía y el de montes. Sinceramente, los jurados no estuvieron muy acertados. La novedad fue afinar en los atavíos, que comparto siempre que no suponga un acicate para dañar el prestigio de la fiesta. Para eso, mejor dejarla fuera del concurso.

-A la fiesta de verdiales se aplican unos criterios de los que los alcaldes estamos siendo cómplices y que apuntan sentidos diferentes a, por ejemplo, la calidad y personalidad de los cantes. Para muestra un botón me basta, y a las grabaciones existentes me remito: la panda que resultó ganadora en el estilo Almogía hizo uno de sus cantes en el concurso al estilo montes. De esto el jurado no se dio cuenta, y sin embargo se fijó en que un pantalón negro estaba más descolorido que otro. Esto es el colmo del desorden y un desprecio a nuestra fiesta.

-Los fiesteros deberíamos reflexionar y crear un código de respeto mutuo, para evitar el ir y venir de fiesteros de unas pandas a otras. Aunque en el trato se contemple "el que se compra y el que se vende", merece la pena hacer la cosas con un poquito más de elegancia.

-En la fiesta mayor convendría valorar primero el cante de las pandas, y luego los bailes de pareja, los trenzaíllos y los bailes de bandera. Lo grave es valorar en conjunto, dañando e ignorando el toque y el cante de la panda. Si de verdad queremos lo nuestro, no perdamos más el tiempo comentando pequeñeces: vamos a defender la pureza en cada uno de los estilos, que tenemos en nuestras manos el más grande e histórico tesoro musical.

Por Málaga, arriba la fiesta.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios