El puchero

Teresa Santos

De Lola Flores a la Pantoja

NO es la celebración del juicio, es sólo la notificación a cada uno de los imputados de la decisión de celebrarlo. Dicho así parece que hablamos de un simple trámite judicial. Ni mucho menos. El juez instructor no se conforma con que cada uno de los imputados tenga que personarse en el juzgado para conocer su resolución, quiere asegurar presuntas responsabilidades y les va a exigir fianzas millonarias. Hablamos de esa causa separada que se desgajó del caso Malaya y en la que se imputa presuntamente por blanqueo continuado de capitales a Julián Muñoz, Maite Zaldívar, Isabel Pantoja y siete personas más.

Mientras el tribunal del caso Malaya se toma el juicio con tranquilidad y no reanudará las sesiones hasta la semana próxima, la actualidad judicial vuelve a Marbella, porque allí deberá comparecer hoy Julián Muñoz, Maite Zaldívar, un hermano de ésta y otras dos personas más. En unas horas sabremos qué pasa con los 7,4 millones de euros que el juez le exige de fianza a Julián Muñoz, o con los 2,6 millones de euros que tendrá que abonar Maite Zaldívar.

Isabel Pantoja que comparecerá mañana ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella, ya ha dicho que tiene bienes con los que responder a los 3,6 millones de euros que el juez le pide en un plazo de 24 horas, y que si al final del proceso tiene que pagar lo hará igual que lo hizo Lola Flores.

Curioso cruce de ideas el que utiliza la tonadillera en las entrevistas que está concediendo para hablar a la limón de sus conciertos en Barcelona y de su comparecencia esta semana en los juzgados de Marbella. Lola Flores se libró de la cárcel a pesar de ser condenada por delito fiscal y tuvo que pagar 28 millones de pesetas en 1991 por no declarar a Hacienda entre 1982 y 1985. Lola Flores apareció ante la opinión pública como un chivo expiatorio para que otros tomaran nota y cumplieran con sus obligaciones fiscales. Lola Flores no sintió el rechazo de la opinión pública e incluso se atrevió a pedir por televisión una peseta a cada español para salir del apuro.

Corren aires distintos en estos tiempos. Se queja Isabel Pantoja de llevar cuatro años acusada y de haber sido condenada de antemano por parte de los medios de comunicación. Dice que a ella no se le aplica la presunción de inocencia, y que ahora comprende a gente que está en la cárcel, defendiéndose sólo con abogados de oficio y a quienes nadie cree cuando aseguran que son inocentes.

No nos descubre nada nuevo, pero lo que sí es cierto es que el debate social sobre la presunción de inocencia no ha surgido pensando en los presos comunes que llenan las prisiones, sino a raíz de casos judiciales que han afectado a profesionales de determinados despachos de abogados y a afamados notarios.

Hay quien pide incluso cambios legales para asegurar la presunción de inocencia, en un país en el que parece casi imposible no ser juzgado, aunque nunca se llegue a pasar por los tribunales.

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