Si tu rival dispone de 23 rebotes ofensivos, de 23 posesiones más para anotar, poco hay que hacer en un partido. De hecho, realmente la sangría en el marcador fue poca. El Unicaja cayó por sólo ocho puntos (82-74). Aunque eso puede llegar a enfadar más aún. Porque hasta con esas concesiones tuvo opciones de no descolgarse nunca del partido hasta los últimos dos minutos. Pero la incapacidad para defender el aro propio fue un lastre demasiado pesado. Y continuo. Porque el Joventut fue machando a los malagueños desde el primer tiempo en esa faceta. La mantenida situación de "así no se puede" presidió un encuentro que volatilizó el liderato cajista, que ha durado sólo una semana. Con lo difícil que fue amasar victorias para lograrlo.

En sólo 48 horas se manchó la inmaculada trayectoria tanto en la Liga ACB como en la Euroliga. Dos días en los que las dos caras de la derrota tienen un denominador común, la mella física por las lesiones y los jugadores que han estado actuando con molestias, pero dos sabores distintos: la competitividad mostrada en Moscú y la falta de fuelle para arrostrar a un FIATC Joventut con un corazón tremendo y un montón de cañones para hacer daño desde la línea de triple.

Así empezó el duelo, con los verdinegros como martillo pilón. 5/6 canastas de tres llegaron a engarzar los de Salva Maldonado, como si fuera una táctica premeditada. Entraron de todos los colores. A tablero, con Kirksay sin levantar siquiera los pies del suelo y hasta Savané metiendo el primero de su carrera en España tras 14 años actuando en la ACB. 22 puntos encajó el Unicaja en cinco miuto. Estaba claro que no iban a entrar todos los lanzamientos. A medida que iba cesando el acierto, la lupa se posó sobre los despistes para impedir canastas fáciles bajo aro, algunas de las cuales llegaron tras las primeras sangrías en el rebote. Aunque Kuzminskas y  Thomas aparecieron por posiciones seguras para ir erosiando poco a poco la distancia local, la irrupción de Toolson comenzó a cambiara la cara. El norteamericano, entre el final del primera cuarto y el comienzo del segundo, hiló diez puntos consecutivos que colocaron al Unicaja siete abajo (30-23).

La entrada de Soluade, quién lo diría, también ayudó a equilibrar el duelo. Se ajustó un poco más la defensa, todo el acierto desde el triple se convirtió en un goteo de fallos para los locales y, sin mucho ruido, los de Plaza completaron un parcial de 2-9 que equilibró el duelo y que hizo entrar al equipo en el partido 15 minutos después del inicio. Con la inercia cambiada y Vasileaidis soltándose en la anotación (no falló un tiro), Kuzminskas dio la primera ventaja a 3:30 del descanso (36-37). El choque, trepidante para el espectador por las alternativas, entró en una fase más calmada y de intercambio de canastas, aunque el Unicaja se salió con la suya cerrando la segunda manga por 13-23.

Pero no era el día del Unicaja, que con el marcador a favor comenzó a sumar pérdidas absurdas en ataque que volvieron a dar vida al Joventut, de nuevo iluminado desde el tiro exterior. La sangría en el rebote ofensivo comenzó a ser eso, ofensiva, y no lo desperdició la Penya, abonada a la fiabilidad de Savané en la pintura y con Miralles y Ventura inspirados. Aunque el Joventut sólo llegó a poner siete puntos de diferenci,a, la sensación de impotencia fue continua. Con Fran Vázquez más que mermado, a tres minutos del final Granger, el único valor seguro, sintió unas molestias que le llevaron a rendir bajo mínimos. El ya exlíder necesita entrar en boxes.

Ficha técnica:

82 - Fiatc Joventut (30+13+22+17): Mallet (15), Vidal (5), Kirksay (14), Suárez (12), Savané (16) -equipo inicial-, Llovet (4), Miralles (6), Hannah (5), Ventura (5) y Barrera (-),

74 - Unicaja (21+23+15+15): Granger (14), Toolson (15), Kuzminskas (13), Thomas (12), Vázquez (2) -equipo inicial-, Vasileiadis (11), Green (-), Golubovic (7), Nguirane (-), Karahodzic (-) y Soluade (-).

Árbitros: Martín Bertrán, Araña y Martínez Díez. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la sexta jornada de la Liga Endesa disputado en el Palau Olímpic de Badalona ante 6.853 espectadores.