Euroliga

Debía ganar el Maccabi (66-70)

  • Un Unicaja lejos de su mejor nivel no se sobrepone al arbitraje más escandaloso que se recuerda en el Carpena. Cinco técnicas y empujón para que el campeón alivie su crisis.

La Euroliga se creó, entre otras razones, para frenar los desmanes arbitrales que con frecuencia se perpetraban. Ayer se vio uno escandaloso en el Carpena. El croata Radovic, lamentable su actitud chulesca, el griego Papapetrou y el esloveno Petek fueron los protagonistas del partido. Un Maccabi pobretón, de lo peor que se ha visto por Málaga, se impuso 66-70 a un mal Unicaja, que si hubiera estado a su nivel habitual debería haber ganado, no debe ocultar una cosa la otra. Pero se encontró una losa demasiado grande para ganar sin estar redondo. La sensación que queda es que debía ganar el Maccabi, por lo civil o lo criminal.  Y lo hizo. Es el club que más dinero ingresa por televisión en las arcas, es el poderoso Maccabi, cuyos tentáculos sobrepasan la pista. Simon Mizrahi, el eterno presidente, estaba bien colocado detrás de una canasta para vigilar. Cinco técnicas (Green, Granger, Vasileiadis y dos a Plaza) echaron una mano al gigante israelí. Después un campo atrás meridiano, unas faltas fuera de lugar, algún tiro libre regalado... Algo increíble, no contemplado en tiempo en el Carpena.

En días así cuesta creer en la limpieza del deporte y la Euroliga se mancha. No era un partido trascendente y pueda que parezca un accidente, pero el Unicaja se merece un respeto, es un equipo con 14 años consecutivos en la competición, con su dignidad. Ayer los árbitros se rieron de él y de los 7.000 que hicieron del Carpena una olla a presión, de una institución con solera. A Plaza, que también debe reflexionar porque no es normal que le piten una técnica por partido, lo expulsaron a falta de tres minutos por reclamar unos pasos claros de Tyus tras los que metía una canasta que devolvía la ventaja al Maccabi tras la primera del Unicaja (58-57) en todo el partido después de un triple de Toolson. Era la segunda. De propina le cayó otra técnica a Vasileiadis también. El partido entró, aún más, en una fase de histeria colectiva de la que salió ganador un Devin Smith inconmensurable (24 puntos) que fue un martillo en la segunda parte.

Entre el desquiciamiento general el partido se marchó para Tel Aviv, como parecía que estaba ordenad. "Llevo desde el 82 en Ciudad Jardín y esto no lo había visto nunca", decía, con educación, un aficionado que se acercó a la zona de prensa. Fue una sensación colectiva. No había sido normal.

No se debe esconder que el Unicaja no estuvo bien. Al contrario, está el equipo más espeso y tocará atravesar esta tercera derrota consecutiva con más trabajo y acierto. El Maccabi tenía sangre en el ojo de los tres sopapos recibidos en la última semana. Más enchufado, con el respaldo de una parte de la colonia hebrea en la Costa del Sol, el equipo amarillo, algo así como el Madrid y el Barcelona de Israel al mismo tiempo, tenía una necesidad imperiosa de victoria y la transmitía sobre la pista. 0-8 de salida, corriendo y anotando con cierta comodidad. Atascado, abusando del triple (1/16) ante la zona variante del Maccabi, no había fluidez ninguna en el ataque malagueño, también con inusuales porcentajes de tiro (28% al descanso con el balón en juego). Pero tiene el equipo de Plaza esa proverbial virtud de no marcharse de los partidos ni cuando está horrible. Un limpio rebote de Will Thomas en el que Ohayon chocó con él fue señalado como falta del americano. Y un rodillazo en las partes nobles de Granger en una penetración macabea fue decretado técnica al uruguayo por exageración. Fue la primera banderilla (29-35 al descanso), dentro de un tono grisáceo colectivo.

Tras el descanso, más cemento, más nervios de un Maccabi atenazado y más coraje de un Unicaja que nunca se rinde aunque esté obtuso.  En ese dislate, muchas protestas, otra técnica a Green por simular cuando cortaba por la línea de fondo y más madera. El Maccabi se fue por 13 (32-45) con la irrupción de Smith, pero el Unicaja consiguió un parcial de 14-3 para obtener la primera ventaja del partido (58-57) con Thomas  Toolson de ejecutores. Sreten Radovic, así se llamaba el principal, ejecutó al Unicaja. Quería que pareciera un accidente, pero no lo fue. Fue un atropello.

Ficha Técnica

66 - Unicaja (13+16+21+16): Markovic (0), Kuzminskas (6), Vasileiadis (9), Green (3),Golubovic (0) -cinco inicial-, Granger (5), Vázquez (4), Toolson (16), Suárez (5) y Thomas (18).

70 - Maccabi Electra Tel Aviv (21+14+19+16): Smith (24), Haynes (7), Randle (12), Chayon (3), Schortsanitis (8) -cinco inicial-, Maric (0), Tyus (8), Landesberg (0), Pargo (8), Linhart (0) y Cohen (0).

Árbitros: Radovic (CRO), Papapetrou (GRE) y Petek (SLO). Señalaron técnica a Granger por simular una falta, minuto 19, y a Joan Plaza, por protestar, minuto 22. Técnica a Pargo, por protestar, minuto 23, y a Green, por idéntico motivo, minuto 28. Expulsado Plaza, por doble técnica, minuto 36.

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del grupo B de la Euroliga disputado en el Martín Carpena de Málaga ante 7.000 espectadores.

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