Javier Navas Baena

Después de todo

Letra pequeña

Atoro pasado resulta que nos torearon. Hasta a los británicos, cuando allí se llevan más las zorrerías. El socialista Miguel Ángel Heredia ha dado una explicación contundente del resultado de las votaciones, con la hermosa simplicidad de una teoría científica. Pero también los científicos admiten que las predicciones solo se pueden hacer después y no antes. Los estrategas de los partidos deben guiarse por el olfato y ahora que dormimos con la ventana abierta el resfriado de junio es una enfermedad endémica.

Heredia no está contento con los resultados. Pues qué querrá el hombre. Se ha librado de la zarpa de Podemos y, si bien ha perdido votos, todavía no se hunde. Señala que el miedo a que los socialistas llegaran a apaños con UP ahuyentó a los votantes más cautelosos y, sin embargo, nunca garantizó que no se apañarían. Había más de un tahúr en la mesa electoral jugando con dos barajas. Los únicos que habían mantenido una línea ideológica clara habían sido de Izquierda Unida, y hasta ellos acabaron por diluirse. Sacar a escena a Julio Anguita, el del programa, el programa y el programa, no ha servido para afianzar su coalición sino para convertir a Anguita, austero y firme como buen fanático, en espantajo.

Cassá, el de C's, está contento por los resultados de su grupo en la capital, sobre todo teniendo en cuenta cómo les fue en España. Ciudadanos, pese al bajón, se está ganando una feligresía rocosa al estilo del PP. Tiene esa vocación de partido "atrapalotodo" que ha invadido los hemiciclos modernos. Los populares previenen contra el extremismo -a saber quién habrá a su derecha- y los comunistas se funden con los socialdemócratas. Tal vez al PSOE le habría ido mejor encargando la campaña nacional a Heredia y no a un comité de ambidextros. Él tampoco adivinó qué iba a pasar pero al menos adivina lo que ha pasado.

Solo se confirma una cosa: la política habrá dejado de ser bipartidista pero el electorado no. Muchos simpatizantes del PSOE preferirán que los suyos pacten con el anticristo a un pacto con la derecha. Los votantes de la derecha son más pragmáticos; el PP abarca desde neoliberales a paleolíticos, así que no les cuesta aceptar un asociado de centro -en el centro izquierda están los anticapitalistas y don Andrés Bódalo-. Heredia y el pueblo han aprendido mucho; y la experiencia sirve para no equivocarnos en situaciones que nunca más se nos presentarán.

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