La selección española femenina de fútbol batió este miércoles en La Cartuja, donde jugó ante Francia la final de la Liga de Naciones, un nuevo récord de asistencia a un estadio en territorio nacional para ver a la selección, al concentrarse en sus gradas 32.657 espectadores.

La Cartuja, con un aforo que ronda los sesenta mil asientos, marcó precisamente el pasado viernes la anterior mejor marca de afluencia a un partido de la selección femenina en España, con la presencia de 21.856 aficionados, en la semifinal de este torneo que le enfrentó a Países Bajos y que acabó con victoria local por 3-0.

Aquel día, el partido se disputó en jornada laboral, en horario nocturno (21:00) y con unas previsiones meteorológicas desfavorables, pese a lo cual acudieron al estadio sevillano esos cerca de veintidós mil espectadores. Para esta cita se confiaba en que se batieran los números, al tratarse de la final del torneo y que coincidía con el hecho de que es festivo en la región por celebrarse el Día de Andalucía, que las previsiones meteorológicas eran buenas y que el partido se ha programado dos horas antes que el anterior (19:00).

La Cartuja fue el escenario que finalmente acogió el España-Países Bajos, que en principio tenía como sede el Nuevo Mirandilla, pero el pasado 7 de febrero se anunció por parte de la RFEF que las actuales campeonas del mundo jugarían en Sevilla ante las neerlandesas debido a un desacuerdo con el Cádiz para que se disputase en ese estadio, al tener que afrontar el equipo amarillo en menos de 48 horas su partido de Liga ante el Celta. La RFEF sí tenía asignado desde el principio este escenario para el segundo partido de la selección en la Final entre Cuatro de esta primera edición de la Liga de Naciones, aunque con la incógnita de si sería para disputar la final o el encuentro para el tercer y cuarto puesto.

Por otro lado, Virginia Torrecilla, quien fuera capitana de España, con la que jugó en 68 ocasiones y que el pasado enero anunció su retirada, fue la encargada de trasladar al terreno de juego de La Cartuja la copa de campeonas de la primera edición de la Liga de Naciones Femenina, trofeo que se exhibe en la previa de la final que disputarán España y Francia.

La centrocampista mallorquina, que el próximo septiembre cumplirá 30 años, fue elegida por la UEFA como embajadora de esta final, por lo que también tendrá el cometido, a la conclusión del encentro, de portar la copa a la peana antes de su entrega a las ganadoras. Además, la RFEF invitó a la final a todas las jugadoras que han participado con la selección en esta primera edición de la Liga de Naciones, con la idea de hacerlas partícipes de haber llegado a este último encuentro del torneo.