La puesta en escena de Alejandro Davidovich en un Masters 1000 estuvo acorde a la exigencia, pero no le bastó para derrotar a Richard Gasquet y medirse este martes a Roger Federer. Un sueño que, sigue así, el malagueño igual puede cumplir más tarde. Cayó por 7-5 y 7-6 (5), compitiendo los sets hasta el final, teniendo opciones serias en los dos. Combatiendo y no perdiendo la cara a un rival de tronío, que jugaba su primer partido en 2019 pero que tiene mucha calidad, intacta.

Acaba, pues, este periplo de una semana mágica, en la que Davidovich llegó a semifinales en Estoril venciendo a varios jugadores entre los mejores 50 del mundo. Le valió para ganarse la invitación para jugar en Madrid y bautizarse en la máxima élite del tenis. Ahora, la previa de Roland Garros está en el horizonte para el joven malagueño, ya cerca de los 100 mejores tenistas del mundo.

El primer set se desarrolló en cánones de igualdad, pero con roturas de saque por parte de los dos jugadores. Rompió Davidovich tras un par de reveses paralelos magistrales, pero después se desajustó el malagueño y entregó tres juegos seguidos, dos saques propios incluidos, para que Gasquet mandara 4-2. Reaccionó ahí el de La Cala, para remontar un 30-15 y obligar al fallo del tenista de Beziers, con su elegante revés a una mano algo corto.

Salvó un juego maratoniano, de 12 minutos y más de una veintena de puntos, para ponerse 4-3. Tuvo sangre fría el malagueño, porque Gasquet le presionaba bastante. Pero se mantuvo firme hasta llegar a territorio de no retorno con el 5-5. Tras ganar al francés su saque, Davidovich superó un 15-30 y un set ball para tener ventaja. Pero no supo concretar. El galo ponía en juego todo y obligaba al malagueño a tomar riesgos. En el segundo set ball adverso, Davidovich se impacientó y mandó un drive fuera y el 7-5 iba para Gasquet.

Le miraba el malagueño a la cara a su rival, le dominaba en muchos puntos, pero se notaba la jerarquía del francés, que con 21 años era el número siete del mundo y era la gran promesa (realidad, más bien) del tenis del país vecino. Rival generacional de Nadal desde niño, un positivo y algún desliz le llevaron a estar fuera de los primeros puestos un tiempo. Hoy, es un Top 40 que no pierde el toque pese a que estaba inactivo en 2019.

Con 3-2 para Gasquet, con Davidovich algo sobreexcitado y con sus demonios a flor de piel, concedió una bola de break tras dominar 30-0. Pero sacó su mejor tenis para igualar a tres. Llegaban los juegos de la verdad. Los dos ganaban con cierta solvencia sus saques hasta el 5-5. Se fabricó un 15-40 muy interesante Davidovich, pero la red le evitó el break y la presión volvió al malagueño, que la aguantó y llevó el partido al tie break. La dejada, seña de identidad del malagueño, también la empleaba con maestría Gasquet, que recuperó un 0-2 de salida y se colocó 5-3. Con 5-5, un globo de Davidovich se fue por un dedo y le dio el match ball al francés, que no desaprovechó para dejar en la cuneta a Davidovich, al que el público de Madrid acogió con cariño y despidió con ovación.