Antequera CF - CD Castellón: David obligó a Goliath a firmar las tablas (1-1)

El jugar bonito no vale de nada sin resultados. Porque este deporte es así. Solo importan los puntos que vayas consiguiendo en la competición para poder alcanzar el objetivo marcado a inicio del curso, pero, por suerte, están empezando a llegar contra los rivales más duros. David siempre tuvo una motivación extra contra Goliath y si no era capaz de vencerlo, pues, al menos, acababa la contienda en tablas.

El recién ascendido Antequera CF comenzó con un pulso de tú a tú contra el líder de la categoría hasta que vio que si le pinchaba, sangraba. A partir de ese momento, el cuadro entrenado por Javier Medina dejó claro que El Maulí es su casa y que no se iba a achantar por la envergadura de su rival y, como consecuencia, ha empezado a erigirse como amo y señor del encuentro. Jugando como saben. Jugando como dominaron en Segunda Federación y como su entrenador confía en asentarse en la categoría de bronce del fútbol español.

Pese a esto, no hay nada más peligroso que el orgullo de un gigante herido. Debido a esto, al regreso del túnel de vestuarios, el cuadro visitante salió con todo y apostó por un juego directo de pases largos y buscar la portería con la mayor rapidez posible en busca de fallos defensivos de los locales, que ya le han costado al menos cuatro puntos en estos primeros compases de la temporada.

Sin embargo, David no se achantó a las arremetidas rivales por mucho estatus o por mucha superioridad que hubiese sobre el papel. Aprovecharon su velocidad y activaron su 'Plan B', que era muy peligroso para el cuadro visitante. En una de estas ocasiones originadas con pases veloces y al espacio, Luismi puso aprovechar una gran asistencia de Ale Marín para batir al arquero rival y adelantar a los de Javier Medina en busca de su primera victoria de la temporada.

Como ya se había comentado antes, el orgullo herido de un gigante es muy peligroso y provocó que los de Dick Schreuder buscasen el empate de forma incesante hasta encontrarlo de la manera que fuese y fue de la forma más remota y menos esperada posible. Un rechace procedente de uno de los jugadores del CD Castellón cayó en los pies de De Miguel en posible fuera de juego que chutó a bocajarro dentro del área pequeña e igualó la contienda con 1-1 en el luminoso en el minuto 80.

Desde ese momento, ambos equipos se miraron como iguales. David perdió su condición de David y Goliath también dejó de ser Goliath. A partir de ese momento, solo importaron la esperanza, las ganas y la ambición. En esas materias, el cuadro local dio una clase magistral delante de su público de no rendirse y de que no les servía un empate por muy bueno o muy alto estatus de su rival. Mandó un mensaje claro y conciso: "Esto es El Maulí y aquí se viene a sufrir". Y es que esto es algo que ya pudo comprobar hace dos semanas el Real Madrid Castilla.

Como consecuencia de esto, el CD Castellón no pudo más que defenderse como un gato hacia arriba. Estaba expuesto a las arremetidas locales con El Maulí como principal apoyo, pero el pitido del colegiado salvó como si de la campana de un combate de boxeo se tratase al conjunto entrenado por Dick Schreuder.