Coreografía amarilla
El Málaga vivirá el espectáculo de la Südtribüne Götze, Grosskreutz y Reus fueron socios ahí antes de debutar en el Dortmund Diversidad de opiniones en la primera toma de contacto
La fotografía que ilustra esta información es la de un volcán apagado en el entrenamiento del Málaga. Que duerme latente hasta que desde dos horas antes del inicio de cada encuentro sus miembros pulsan un interruptor amarillo. La Südtribüne, capaz de rivalizar y superar la añeja fama de The Kopp en Anfield, es definida por los lugareños como "un estadio dentro de un estadio". No es una aglomeración de enfervorecidos, no. Parece un teatro con partitura y coreografía. El reducto que la presentó en La Rosaleda ya avisó. Cantan al unísono, aplauden al unísono. Impacta verles botar al unísono. Un espectáculo visual y sonoro digno de ver más allá de los designios del partido.
25.000 personas se apostan detrás de la portería que mira al sur. Como si Martiricos casi entero se agolpara en la grada de Gol. De pie en Liga, obligados a tener asientos en partidos UEFA, aunque nadie se sienta ahí. Más de 160.000 pulmones en la Bundesliga, 130.000 en Europa. Multitud de banderas gigantes se ondean sin parar, como velas de navegación, el resto de gradas son el eco de los gritos de guerra que desde allí marcan el ritmo de la animación. Lo viven dentro del campo tipos como Götze, Reus o Grosskreutz, quienes antes de debutar con el Borussia fueron socios más en el sector sagrado del estadio. El joven mediapunta señala allí cuando marca, los amigos con los que lo vivía en el parado no han querido moverse.
Es una grada sana, no se registran incidentes. No hay ideologías marcadas ni facciones. Un ejemplo a nivel mundial. El Muro amarillo, el primer lugar de celebración de los éxitos del Borussia Dortmund. Ya se ha extendido en Alemania ese ritual de los jugadores dándose la mano y haciendo reverencia a la grada después de un gran día. En el Signal Iduna Park es sagrado hacerlo allí, tanto como el musulmán que reza mirando a la Meca.
Demichelis y Santa Cruz aparte, que ya lo conocen a la perfección, el resto del plantel tuvo un primer contacto en el entrenamiento de ayer por la tarde. Hubo opiniones para todos los gustos. A quien le faltaba cuello para dar cabida con la vista a todo el estadio; otros, los menos, se atrevieron a asegurar que no era tan impactante como se decía. La mayoría decidió esperar a verlo lleno esta noche, con el mosaico del Borussia Dortmund ocupando toda la grada y chillando los 90 minutos. "Esto no es como el teatro, que es lo que parecen muchos estadios de grandes en España", mascullaba uno.
Se trata de la gran baza del conjunto de Klopp esta noche. No en vano, ha ganado sus cuatro encuentros europeos hasta el momento. Sucumbieron Ajax, Manchester City, Real Madrid y Shakthar Donetsk, ahí es nada. Para hacer historia con las semifinales, el Málaga tendrá que hacerlo antes ante el único invicto que queda en la competición.
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