Tras el muro está el paraíso

En un escenario idílico se escribe otro capítulo épico de la historia del Málaga. El 0-0 abre el pronóstico y boceta un encuentro incierto. La filosofía de ambos garantiza 90 minutos intensos y sin especulaciones

Tras el muro está el paraíso
Tras el muro está el paraíso
José L. Malo Dortmund / Enviado Especial

09 de abril 2013 - 05:02

El Málaga ya fue al infierno y regresó vivo. Sucedió en Atenas, hace una década, cuando Manu marcó y señaló al cielo. Sus herederos lo tocaron cuando el Oporto dobló la rodilla en La Rosaleda. Pero el firmamento no es listón para un equipo que no conoce la palabra imposible. El mejor huracán del Borussia Dortmund en La Rosaleda se marchó a cero. Hará falta el mejor rugido de la Südtribüne, todas las musas de Dortmund y hacer vudú a los jugadores de un Málaga que, si tiene que caer eliminado, empañará la camiseta amarilla de sudor minero. Comparece intacta la obra de Pellegrini, esta fábrica de ilusiones, sacando sus codos en Alemania. Domador de dragones, con la puerta de semifinales entreabierta, esta noche vuelve a regar la esperanza un grupo que sabe poner ladrillos y agitar la varita a partes iguales. Tras el Muro amarillo está el cielo; ellos lo saben.

Las sensaciones son repetidas. Se trata de otra noche histórica, pero no es una noche más. El pellizco se sentirá en uno de los escenarios donde el fútbol se vive con los cinco sentidos. El Signal Iduna Park, que siempre será el viejo Westfalenstadion, conecta con el lado más pasional de este deporte. Por ese mar amarillo navegarán casi 2.500 malaguistas. Valientes, ruidosos, soñadores. Para pasar a semifinales o para decir adiós, no podría haber un templo más digno.

Las combinaciones triunfantes, el favoritismo local, la churrería que es el ataque del Dortmund, la capacidad del Málaga de absorber tormentas. Todo se funde en un encuentro que se presenta precioso y sin respiro. Ninguno especula, quedó claro en la ida, ninguno habrá merecido quedarse fuera tras haber completado una trayectoria intachable. 180 minutos se antojan poco para una eliminatoria tan bonita. Con suerte, podría haber 30 más, una prueba de fuego para los miocardios.

Los fastos no estarán al completo, faltará Weligton. Jesús Gámez atravesó todo el fango de la época, hoy lo vivirá como la recompensa que el fútbol le debía por tanto tránsito indigesto. Pero el brasileño es la infancia y la madurez de este sueño. El granjero de Fernandópolis es el siamés de este proyecto. Ambos se hicieron grandes y mejores de la mano. Resulta tan injusto que no juegue hoy que el fútbol debería compensarle con la presencia en semifinales.

Hoy se le echará de menos bastante. Por lo que representa y porque las piezas de recambio no parecen a punto. Sergio Sánchez, Lugano y Onyewu, ese es el abismo que se abre cuando él no está. La carrera la ganará el catalán. Más que por sus biorritmos, que dieron miedo en Anoeta, por cómo sale a cazar Lewandowski. La zaga necesita un tipo rápido, capaz de leer los movimientos de colibrí del polaco. Lugano lleva una colección de ambientes hostiles en sus bolsillos, juega con los ojos inyectados en sangre, pero no encaja en el prototipo de defensa que se precisa. La margarita, no obstante, no está del todo deshojada.

No está el jefe de cuerpo presente, pero es su mano la que lo mueve todo. Manuel Pellegrini quiere cambiar las lágrimas en Santiago de Chile por el éxtasis en Dortmund. Repetir la hazaña de Villarreal. Tendrá casi el tiempo justo para cambiar ventanilla por banquillo. Poco hay que analizar del adversario. Lo conoce, le encanta. Y puede que Blaszczykowski le dé un punto más de hambre, no está del todo claro. Al Ingeniero le encantan esos ambientes, ser el mejor ante los mejores. Sin excusas de por medio.

Todo lo demás está por escribirse. En hilos de oro, por supuesto. De manera eléctrica en el momento en que haya un gol, el factor que rompería los guiones en mil pedazos. Especialmente si es del Málaga. Lástima la ausencia de Eliseu, completaría el abanico de recursos ofensivos. Aunque puede que hoy tenga hueco en el banco. Con un contragolpe amenazante, el Dortmund no podría permitirse tanta alegría. Ellos tienen alternativas para todos los gustos. Puede que a corazón no haya ninguna casa de apuestas que se atreva a cotizar en contra del Málaga.

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