El 21 de noviembre del pasado año el Málaga caía derrotado por 2-0 en Cornellá, en un partido aciago para los entonces entrenados por Javi Gracia. Un choque decidido por Hernán Pérez, autor de los dos tantos pericos, y en el que sólo un futbolista sacó algo positivo: Javi Ontiveros. El marbellí hizo su debut oficial en Primera sustituyendo a Boka en el descanso y, en esos 45 minutos, presentó en sociedad su habitual descaro en banda.

Era un Málaga sin cuarta ni quinta velocidad, dentro de una espiral de malos resultados que preocupaba y mucho por Martiricos. En esas apareció Ontiveros, con el 39 en una espalda a la que no le preocupó echarse a más de uno encima. El talentoso jugador aportó desparpajo y velocidad en un equipo atenazado en un día que jamás olvidará.

Poco ha variado la situación de Ontiveros 10 meses después. Continúa sin tener un puesto garantizado y, a pesar de que en el club se hubiera visto bien una cesión, finalmente se quedará en Málaga. Será uno de los bastiones del Atlético Malagueño en un nuevo intento por conseguir el ascenso, al mismo tiempo que seguirá entrenando con Juande y el resto del primer equipo.

El futbolista quiere seguir apostando por la blanquiazul y por hacerse un nombre con el escudo del Málaga en el pecho. Talento le sobra y en el club no le pierden la fe. No poder asegurarle minutos privó a Ontiveros de una cesión que parecía segura y, diez meses después de su debut, persiste en su sueño.