Cousillas: "Voy a matarme en cada entrenamiento"

En Roque Pérez, localidad a poco más de 130 kilómetros de Buenos Aires, padre e hijo celebran la victoria de la selección argentina, los goles de Messi y el inmaculado pase a los octavos del Mundial. La íntima escena se repite en miles de casas, pero el domicilio de los Cousillas es especial. No sobran los hogares en los que tanto padre e hijo son profesionales del fútbol, pero menos aún que ambos sean porteros. Rubén Cousillas, celebridad en el municipio, hasta el punto que da nombre a una peña de San Lorenzo, fue afamado arquero en los 80; su vástago Agustín, de 24 años, apenas tiene un par de apariciones en la élite. Además de compartir sangre, profesión e incluso demarcación, desde hace pocos días les une otro lazo: el Málaga Club de Fútbol. Si bien Rubén fue segundo entrenador en la era Pellegrini, Agustín será uno de los nuevos fichajes de cara a la próxima temporada.

Su llegada provoca cierta inquietud debido a que viene a reforzar un puesto en el que reina Willy Caballero, cuyo futuro en Málaga no está garantizado en absoluto. Sin embargo, la intención del club es que trabaje a las órdenes de Javi Gracia y compita en el filial. Eso en principio. Lo confirma el propio jugador. Según su evolución, se estudiará su salto al primer equipo. Agustín Cousillas promete que sudará para ello. "No me siento cómodo hablando de mis cualidades, pero sí garantizo que voy a matarme en cada entrenamiento para potenciar mis virtudes y suplir las carencias que pueda tener", afirma tras atender muy amablemente la llamada de este periódico.

Cousillas termina contrato con Club Atlético Tigre en apenas unos días. Ni siquiera está entrenando con el club bonaerense, que ya está de pretemporada. Está trabajando por su cuenta y justo en el momento de la llamada su padre lo espera para el entrenamiento diario. Señala estar "ansioso" por tomar los vuelos que lo traerán a Málaga. "Está todo arreglado. Sólo falta la firma. Estoy contando los días porque esto es un sueño para mí. Estoy ansioso y con muchas ganas. Ojalá se termine dando porque esto es un gran sueño", cuenta Cousillas. Explica que, en principio, llega a Málaga a partir del 5 de julio.

El meta, de 24 años y 1,81 de estatura, ha debutado en Primera argentina y en Libertadores. Sólo ha disputado un encuentro en cada torneo, uno contra Belgrano y otro contra Palmeiras. Contra los brasileños tuvo su última actuación con Tigre, en marzo de 2013. Según cuenta, fue el encuentro que despertó el interés de Mario Husillos, que en apenas unos meses dejaría de ser director deportivo para volver a serlo medio año después. Las crónicas señalan que Cousillas fue de los mejores del choque, siendo vital para el triunfo por 1-0 del Matador (así se le conoce a Tigre). "Agustín está capacitado para lo mejor", dijo en rueda de prensa su entrenador entonces, Néstor Gorosito.

"Husillos ve ese partido y habla con mi agente de que tienen interés. Yo no sabía si se concretaría, pero me ilusionó. Al año siguiente jugué en el equipo reserva porque Tigre fichó a otro portero [el mexicano Richard Sánchez] y éramos cuatro. Fue un golpe muy duro y los últimos seis meses han sido difíciles, pero he seguido trabajando. Creo que lo hice bien. Sé que en este tiempo me han visto gente de Málaga", explica.

Cousillas asume con "responsabilidad" el reto de empezar en el Atlético Malagueño. "La idea es empezar en el segundo equipo y mostrar que estoy a la altura. Acepté con el deseo de trabajar y cumplir con el ascenso. Siempre con vistas al primer equipo", señala el portero, que está al tanto de la actualidad blanquiazul y dice conocer a Javi Gracia: "Ojalá pueda aprender muchísimo con él. Sé que quiere hacer buen fútbol".

Salvo salida de alguno, compartirá vestuario con Caballero y Kameni. Curiosamente con su compatriota ya ha trabajado. Fue cuando tuvo que dejar el Elche temporalmente por la enfermedad de su hija. "Yo estaba en juveniles y coincidimos en unos entrenamientos de la AFA. Ya entonces vi que era una persona bárbara. Luego mi padre me ha contado cosas. Es un sueño terrible trabajar con él, está entre los cinco mejores del mundo", afirma Cousillas, que no se olvida del cancerbero camerunés: "También es un honor terrible trabajar con él. Lo he visto mucho".