En el horno de la pista 3 del Ariake Tennis Park, con alerta de temperaturas altas que podían aplazar los partidos, Alejandro Davidovich estuvo tres horas trabajando para tumbar al duro australiano John Millman, al que venció para avanzar en la tercera ronda de los Juegos Olímpicos de Tokio. Como cabeza de serie número 16, ha cumplido con lo que se le podía exigir. Porque ahora viene en la tercera ronda, tras consumar el serbio su victoria por 6-4 y 6-3 ante el alemán Struff, nada menos que Novak Djokovic, numero uno del mundo y en una misión hacia el Golden Slam tras haber ensartado Australian Open, Roland Garros y Wimbledon.

6-4, 6-7 y 6-3 ganó el malagueño en un partido de resistencia y desgaste. En el primer set, hizo el break para 2-1, pero lo perdió acto seguido. Tras mantener los dos el saque y levantar dos bolas de break en el juego previo, un durísimo juego en el aprovechó su tercera bola de break colocó a Davidovich 5-4. Aprovechó el primer punto de set para hacerse con la primera manga.

Davidovich aceleró hacia la victoria sin conceder puntos de break antes y rompiendo para colocarse 5-3 en la segunda manga. Pero no supo concretar cuando sacaba para ganar el partido. Un punto perdido con 30-30 le hizo daño. Y el duelo se fue al tie break, donde Millman fue mejor a pesar del 2-0 inicial para el malagueño.

Se marchó cinco minutos al vestuario Davidovich para ordenar ideas en el cambio de set. Es uno de los detalles en los que ha mejorado en esta temporada que le ha colocado entre los 35 mejores del mundo, la gestión mental de la adversidad, de una decepción. Salió del receso muy metido Davidovich, rompió de 30-40 el saque de Millman dos veces para colocarse 5-1. No gestionó bien el primer saque para ganar y se marcharon dos bolas de partido con el saque de Millman. No perdonó en la cuarta que tuvo, la segunda con su saque. Exhausto, Davidovich celebraba con un "Vamos" su pase a octavos de final.

Será una oportunidad, un partido histórico para Davidovich ante uno de los iconos de estos Juegos Olímpicos, quizá la máxima figura planetaria presente en Tokio. Recién igualados los 20 grand slams de Federer y Rafa Nadal y con sus 34 años está aún en plenitud.

Habitual compañero de entrenamiento en Marbella, en la pandemia ha sido frecuente que trabajaran juntos, hay sintonía entre ambos, que se encontraron también en los octavos de final del Masters 1000 de Roma, con una victoria clara del serbio por 6-2 y 6-1. Davidovich ya ha puesto hora a la cita con el serbio.