"Después de la primera operación no podía ni dar un pase fuerte"
ignacio camacho barnola. jugador del málaga cf
Tras pasar dos veces por el quirófano en 2015 Camacho vuelve a guiar a un Málaga al alza: "No me veo aún a mi mejor nivel" El centrocampista pasa revista: lesiones, buena racha, Gracia, Eurocopa, renovación, jeque, la ciudad...


"¡Camacho, no te vayas! ¡Es lo único que te pido!", le grita un operario que trabaja en el Ciudad de Málaga. Ignacio Camacho (Zaragoza, 1990) se ríe y contesta que no, que no se va. Lleva cerca de una década dando entrevistas y todavía no se acostumbra a lo de posar ante una cámara. Contestar lo lleva mejor, aunque realmente lo suyo es el balón y ser el corazón el corazón de un Málaga que vuelve a volar alto.
-¿Ha visto Pulp Fiction?
-No, no la he visto.
-En la película hay un personaje llamado Señor Lobo cuya frase es: "Soluciono problemas". ¿No se siente una especie de Señor Lobo en el Málaga?
-[Risas] No, para nada. No creo que en estos cinco años haya tenido esa sensación.
-¿No tiene entonces la sensación de que hay un Málaga sin Camacho y otro con Camacho?
-Bueno, hay situaciones. El equipo ya gana en Vallecas y consigue dar la vuelta al resultado sin mí. Hemos encadenado una dinámica muy buena de resultados y victorias con un juego que igual gusta más a la gente, donde es verdad que he estado yo, pero por encima de todo brilla lo colectivo. Hay un cambio de actitud. Los delanteros vuelan ahora a la hora de presionar y ayudan muchísimo. Somos un equipo por encima de todo.
-¿Es en Vallecas donde se produce el punto de inflexión?
-Sí, bueno... Entre Vallecas, el Mirandés, la victoria ante el Atlético... En esos tres partidos el equipo cambia un poco la actitud. Quizá en Vallecas no juega el equipo tan bien como estos últimos partidos pero el equipo lucha. Ante el Mirandés en Copa tuvimos una derrota dura que no queríamos y en la victoria contra el Atlético se vio otro equipo. A partir de ahí se ha visto una dinámica muy buena.
-¿Cree que sus palabras tras el Mirandés tuvieron incidencia en el vestuario? Tras la eliminación estaba muy enfadado y fue bastante duro con el equipo.
-No era mi intención crear una semi polémica ni una rajada. Bueno, a todos nos gusta ganar. Por encima de todo lo que siempre he dicho es que hay que tener actitud. Perder se puede perder, pero en ese partido no se vio un equipo, no se vio un equipo ambicioso y creo que había que cambiar algo. No estábamos en una posición buena y creo que por eso la actitud es innegociable. Se ve que el equipo ha cambiado, se ve que en el campo todos luchamos por la misma cosa y eso es el resultado de que estamos los 90 minutos corriendo.
-¿Qué se dijeron en la famosa reunión en el vestuario?
-Bueno, ver un poco qué le pasaba al equipo y buscar soluciones, siempre teniendo en cuenta que hay un buen equipo humano y somos buena gente. Sirvió para decirnos las cosas. Que en el campo se demostrase todo lo hablado.
-¿Qué papel tiene Javi Gracia en esta mejoría?
-Ya conocemos al míster. Es una persona muy trabajadora que intenta transmitir esos valores, que a día de hoy ha vuelto a realmente confiar en su trabajo y eso ha dado esos resultados. Al principio no empezamos todo lo bien. Es verdad que hay muchos cambios, un cambio de juego. Hay jugadores diferentes y había que cambiar la forma de jugar. El trabajo da sus resultados y día a día hay que verlo.
-En su primera rueda de prensa de la temporada dijo que no tenía dudas de que alcanzaría su mejor nivel. ¿Lo ha logrado ya?
-No, no creo que me vea aún a mi mejor nivel. Físicamente tengo que estar mucho mejor, tengo que estar mucho más ligero. Tengo que acostumbrarme a jugar 90 minutos. No hice pretemporada. Es verdad que día a día me encuentro mejor. La realidad es que el ritmo se gana jugando los 90 minutos. Vamos a tratar de coger la mejor forma posible.
-Acabó 2014 como un tiro y llegó de las vacaciones fastidiado con el pubis. ¿Cómo se produce esa lesión?
-Con esa lesión empiezo a sentir molestias en octubre o por ahí, antes de ir a la selección. Ante mi cabezonería de querer seguir jugando y que era soportable al final el dolor se trasladó al campo, se trasladó mucho más y llegó a un punto que no podía ni entrenar. Me intentaron ayudar rebajándome el trabajo físico pero hubo un momento en el que podía perjudicar al equipo y podía perjudicarme a mí. La realidad es que estuve jugando con bastante, bastante dolor.
-Paró pero antes de su primera operación volvió a jugar y ya se vio que le costó seguir el ritmo.
-Es que la pubalgia para un deportista reúne muchos factores. Y bueno, ya sabéis, decido operarme en Alemania, no termina ir del todo bien, sigo teniendo molestias en los abductores y decido operarme en Barcelona a la vuelta en junio. No terminaba de ir bien y creo que lo mejor era empezar bien el año. No tenía problema en operarme de nuevo porque sabía que sin dolor podría trabajar mucho mejor y esto era algo que no me permitía sentirme bien. Ya era mucho tiempo con dolor.
-¿La segunda operación es porque la primera no se hace bien?
-Es que son operaciones distintas. Una es a nivel abdominal y la otra es a nivel de abductores. Incluso se podrían haber hecho a la vez. Es el pensamiento de un doctor y el pensamiento de otro doctor. Y poco más.
-¿Alguna vez temió no volver a ser el Camacho que estaba siendo, no recuperar su nivel?
-He tenido más lesiones pero esta lesión el problema que tiene es que cuando no estás bien y hay una chispita que hace que tu máquina falle tratas de mentalizarte y al final lo arrastras mucho más. Qué te digo, ¿lo temes, lo temes realmente? Pues sí, sí que temes que no te vas a encontrar bien, pero muchas veces eso lo sabes tú y no el resto de la gente. Pero son cosas del fútbol, es parte de tu trabajo [sonrisa].
-¿En el campo se dejan de hacer cosas por temor a recaer?
-Hubo momentos, después de la primera operación sobre todo, en los que había cosas que no me podía permitir. No podía hacer un cambio de orientación o dar un pase fuerte. No podía hacer eso. Casi todo lo podía hacer, porque si no habría insistido. Hacía trabajo específico y con antiinflamatorios llegaba a los partidos. Hasta que hubo un momento que no llegaba a más.
-¿Quién ha estado ahí en todo este tiempo?
-Sobre todo mi mujer, que ha estado soportándome día tras día. También los fisios, Hugo Camarero que me ha soportado mucho... El apoyo del míster, los compañeros y mi familia. Sobre todo mi mujer, que me tenía que soportar todos los días al llegar a casa [sonríe]. Siempre tuve la idea clara de que durante la recuperación no quede nada de tu parte para hacer caso a las personas que te ayudan. En eso estoy muy agradecido.
-Llegó en enero de 2011. Poco antes debutó Recio. Cinco años después vuelven a ser pareja.
-Me acuerdo que éramos muy jóvenes. José y yo somos de los pocos que quedamos de esos años y por cercanía y edad hay mucho trato y cariño. En el campo me es mucho más fácil decirle las cosas a Recio que a alguien que acaba de llegar.
-¿Se considera un veterano pese a su juventud?
-Lo que creo es que llevo muchos años en Primera. En el fútbol he vivido momentos muy buenos, momentos malos, y eso me ha hecho madurar. Eso es importante en un futbolista. ¿Veterano? Tengo 25 años y, aunque no lo creas, hay jugadores mucho más jóvenes que yo [risas].
-Ha tenido una progresión constante pero, ¿cuándo cree que se produce su explosión?
-No sé, creo que eso es una cosa que lo ve más la gente de fuera que uno mismo. A mí me dicen: ¿has mejorado? No sé, uno mejora día a día. ¿He mejorado respecto a la época Champions? Porque, por ejemplo, con Manuel [Pellegrini] hice un gran año. Jugué muchos partidos. Cada año se aprende, se aprenden cosas nuevas, hay retos nuevos y así te lo tienes que plantear. Si estás en la zona de confort... Al final los futbolistas no somos conformistas. Es parte del fútbol: mejorar.
-¿No le sentaron mal aquellas palabras de Bernd Schuster, que dijo que antes de venir él al Málaga usted era suplente?
-Yo estaba muy tranquilo. Miro mis estadísticas del año de Manuel e hice 41 partidos como titular. Una barbaridad. No creo que Toulalan estuviera lesionado un año entero [sonríe]. También jugué partidos con él. Salvo partidos puntuales como la eliminatoria contra el Oporto y la ida ante el Dortmund en Champions jugué todos los partidos. En Liga lo mismo. No me sentó mal. Se creó más polémica fuera que la que había realmente.
-En el Málaga es un jugador que llega al área, ha metido goles... ¿Se considera más que un mediocentro defensivo?
-Bueno, lo que intento es hacer mi trabajo y en ciertos momentos, si hay que subir porque sube el extremo y Jose [Recio] está más atrás y veo la oportunidad de subir, lo intento. Intento ayudar en lo que puedo. Sé de mis virtudes, mis limitaciones, y eso es lo bueno, ¿no? Explotar tus virtudes y tus limitaciones tratar de esconderlas.
-¿Ir a la Eurocopa lo ve como una posibilidad?
-Lo que creo es que tengo que hacer un buen año en el club. Si todo va bien con mis compañeros, ojalá. Es un sueño. Siempre lo he dicho. La lesión me llegó en el peor momento... Pero es el fútbol.
-¿Le ha propuesto el club la renovación de su contrato?
-Con todos los cambios que hay está la cosa tranquila. Yo estoy tranquilo también. Si tiene que llegar, llegará. Es hora de centrarse en el fútbol, en el campo, y si, tiene que llegar, llegará.
-¿Y no le han comentado que van a tratar de recomprar al fondo de inversión la parte de sus derechos que se vendió?
-Bueno, es una cosa en la que yo no tuve opinión, ya lo sabéis. No tuve conocimiento de ello hasta que salió el tema de los Samus. Fue una cosa fea de los dirigentes pero bueno, fue una decisión que tomó el club sin mi consentimiento y ya está.
-¿Nota al club más tranquilo institucionalmente?
-Está tranquilo. Creo que entre unos y otros siempre lo estuvo. Vicente [Casado] por encima de todo hizo que el club mejorara económicamente. No somos quiénes para meternos. Ahora mismo estamos muy bien. El cambio no ha perjudicado. El club sigue cumpliendo los pagos con los trabajadores y esa inestabilidad que a lo mejor se ha pensado que iba a pasar no ha ocurrido. Todo va bien.
-El jeque anda más pendiente.
-Sí, tiene un hilo más directo. Eso creo que es muy importante. Es el propietario y se tiene que interesar. Es importante para nosotros y ojalá esté todo lo involucrado que queremos. Ya te digo, tiene que cuidar de su club. Es bueno hablar con el propietario, todos lo agradeceremos.
-Usted no se arranca con las redes sociales, ¿no?
-Es que es una cosa que realmente nunca me ha llamado la atención [risas]. No por nada sino que, sí, que el fútbol está muy bien, hay actos donde te tienen que conocer pero luego está la vida privada, que por eso se llama privada. Habrá al que le guste y a mí nunca me ha gustado.
-¿Y qué hace Ignacio Camacho en su vida privada?
-Soy una persona muy casera. Estoy con mi mujer que estudia Medicina en Málaga y ya te digo, convivo con mi mujer, voy al cine, vamos a cenar con amigos, compañeros, con Raúl [Albentosa]...
-¿Se siente un malagueño más?
-Llevo cinco años aquí, me voy a mi tierra, en Zaragoza, en Navidad y quiero volver ya [risas]. El clima, se vive muy bien... Se agradece este sol en enero. Hay que estar aquí para creérselo.
De una media de 0,93 puntos a otra de 2,5
Ignacio Camacho ha jugado seis partidos como titular en Liga. El saldo es positivo: tres victorias, un empate y dos derrotas. En una de estas derrotas apenas jugó media ahora porque se lesionó (1-0 en Gijón). La otra tuvo lugar en Mestalla. Se venció al Atlético, Levante y Celta y se empató contra Las Palmas. Aunque se empeñe en restarse méritos y priorizar el grupo, el Málaga es otro con Camacho en el campo. Sólo hay que ver la estadística desde que se ha consolidado en el once tras superar sus problemas físicos: de 0,93 puntos ganados por encuentro a 2,5. La recuperación de Camacho es una de las explicaciones que tiene la evolución del equipo de Javi Gracia esta temporada. Hace mejores al resto: Recio se siente más liberado y los atacantes juegan más arriba, lo que favorece la presión. Seguido por grandes de Europa hasta su pubalgia, renovó en abril de 2014 hasta 2019. Su cláusula alcanza los 20 millones de euros.
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