Dice adiós

Hace ocho años, el 21 de junio de 2004, el Unicaja anunciaba el fichaje de Jorge Garbajosa. Entonces no se sabía pero justamente ahí comenzó a escribirse la historia más dorada del club malagueño. Garbo había desechado mareantes ofertas de Barcelona, CSKA y Benetton de Treviso, que pretendía retenerle tras cuatro temporadas mágicas, para erigirse en el buque insignia de un proyecto ambicioso en el que él sería el pilar fundamental.

Se iniciaba entonces la historia de amor entre la afición cajista y el ala-pívot de Torrejón de Ardoz. Nunca se ha producido tal conexión entre la grada malagueña y un jugador. Garbajosa es un mito para Málaga y el Unicaja. El líder de aquella plantilla que conquistó la Copa del Rey y la Liga ACB en dos campañas para la historia. Se marchó después a Toronto a probar fortuna en la mejor liga del mundo. Allí, junto a los mejores, con su sapiencia baloncestísitica, su liderazgo y su tiro exterior completó una gran primera temporada. Memorables fueron sus defensas sobre el ahora rey de la NBA, Lebron James, cuando aún jugaba en Cleveland. Pero una grave lesión en su tobillo derecho frustró lo que podía haber sido una carrera mucho más brillante. No fue el mismo desde entonces y su paso por el Khimki ruso y el Real Madrid le deparó algún sinsabor antes de recalar de nuevo en Málaga.

Don Jorge Garbajosa Chaparro lo deja a los 34 años y después de 17 temporadas. No seguirá jugando al baloncesto. Y el destino ha querido que la última camiseta que haya vestido sea la del Unicaja. Ha jugado un totoal de 166 partidos con ella. En Málaga ha saboreado su última temporada y media antes de retirarse de las canchas. Tiene casa en la Costa del Sol y está enamorado de esta tierra y de su gente. El Unicaja le había propuesto pasar a formar parte del cuerpo técnico si decidía retirarse, propuesta que ha rechazado para enrolarse en el staff de la Federación Española. En Los Guindos se le sigue, no obstante, teniendo en mente para el futuro. De momento desarrollará "labores relacionadas con la selección así como de promoción de la Copa del Mundo 2014", según explicaba ayer la FEB. "La decisión de retirarte como jugador es dura, pero en mi caso la posibilidad de incorporarme a la FEB y a la selección la ha hecho muy dulce", aseguraba el jugador.

Garbajosa quiso dar las gracias "a todos los clubes, directivos, entrenadores, compañeros, rivales, árbitros, patrocinadores, medios de comunicación y aficionados" con los que ha compartido estos años. "Entre todos me han permitido sentirme un privilegiado por poder hacer lo que más me gusta: ser jugador de baloncesto", asegura. Y expresó su ilusión ante la nueva etapa que ahora debe afrontar: "Siempre he dicho que el equipo de mis colores ha sido y es España, por lo que seguir vinculado a la selección es algo maravilloso. En la FEB siempre me he sentido como en casa. El secreto de los éxitos del baloncesto español es el compromiso y el concepto de equipo, y desde mi nuevo puesto voy a aportar mi granito de arena para que siga siendo así". En su despedida tuvo también un guiño para el Unicaja. "Ha sido mi último club y es todo un orgullo para mí porque Málaga es una ciudad donde siempre me he sentido muy cómodo por el cariño de su afición y por lo bien que me han tratado", explicaba.

Se va Garbajosa, un jugador cuya figura trasciende, evidentemente, mucho más allá del ámbito cajista. En su palmarés luce la Copa de Europa conquistada con el Baskonia (1995/96), la mencionada Liga ACB con el Unicaja (2005/06), las Copas del Rey logradas con el TAU (1998/99) y el Unicaja (2004/05), y dos ligas italianas y dos Copas de Italia con el Benetton (entre 2001 y 2004). Con la selección española, con la que ha llegado a jugar 166 partidos internacionales, su botín de medallas es interminable. Campeón del mundo (Japón, 2006) y de Europa (Polonia, 2009), subcampeón olímpico (Pekín, 2008), subcampeón de Europa (España, 2007 y Suecia, 2003) y bronce europeo (Turquía, 2001). Una trayectoria ejemplar que le convierte en uno de los jugadores más importantes de la historia del baloncesto español. Sus gestas con la camiseta cajista le mantendrán siempre en la memoria del baloncesto malagueño. Aquella final de Copa en Zaragoza, aquella exhibición en Alicante que sirvió para voltear una serie que parecía perdida, aquel triple en Vitoria que valió una Liga, aquel minuto mágico ante el Joventut... Pero sobre todo quedará su humildad, su magnetismo, su liderazgo. Málaga vio al mejor Garbajosa de la historia y por ello le estará eternamente agradecido.