Dinámica de descenso

A día de hoy, la afición del Málaga se mueve entre el enfado y el desencanto; peligrosamente, la segunda de las sensaciones empieza a engullir la primera, algo que se pudo pulsar en el partido frente al Valladolid, en el que el aforo estuvo lejos de completarse, a pesar incluso de la presencia de unos 2.000 niños en las gradas por la celebración del I Día de la Infancia. 21.591 espectadores se dieron cita en Martiricos, donde, además, los pucelanos no sufrieron precisamente el miedo escénico esperado. De nuevo un sector nutrido de aficionados acabó pidiendo la cabeza de Schuster, sobre el que se focalizaron las iras, así como en Tissone cuando fue sustituido. Por parte de la directiva el mensaje es bien diferente. El técnico es, por ahora, intocable, los malos resultados no han horadado la confianza en el proyecto a cinco años que se le entregó, pese a la evidente preocupación que existe en la entidad al respecto de los últimos partidos. Así que a día de hoy todo transcurre sin cambios por las oficinas, si bien los números revelan una peligrosa tendencia, una dinámica de descenso.

Se estima en los despachos que el hecho de no ocupar una de las tres últimas posiciones y la igualdad numérica reinante en la segunda parte de la clasificación no debe llevar a decisiones traumáticas en estos momentos. Con doce jornadas por delante, la mitad de ellos en partidos con rivales directos, las calculadoras de los dirigentes ven posible la salvación en la jornada 38. Subrayan éstos que el decimoprimero (Celta) está a tan sólo cuatro puntos y que entre su ubicación y la del Málaga hay cuatro equipos superables con sólo un triunfo, que se entiende el sentimiento de inquietud entre la afición pero que existen equipos en peor situación y que, a pesar de los últimos resultados, todavía se mantiene un colchón de tres puntos de diferencia. Incluso hay voces que mantienen, y razón no les falta, que esta jornada se le ha recortado un punto a Granada, Osasuna, Celta y Almería, y que hasta se ha subido un puesto en la tabla en detrimento de los pupilos de Francisco, que cayeron derrotados en el Camp Nou.

Ciertamente, desde la jornada 3, tras empatar en campo del Sevilla, el equipo no ha vuelto a caer a puestos de descenso. Aunque no ha dejado de coquetear con ellos salvo en un par de buenas rachas de victorias seguidas (a mediados y finales de la primera vuelta). Lo preocupante es que la actual inercia sí que llevaría a Segunda División. Desde el arranque de 2014, en la jornada 18, el equipo ha caído en picado y ocupa, junto a Betis y Getafe, los puestos que llevarían al descenso. Seis puntos de 27 han sumado los blanquiazules, pobre cifra que sólo empeoran los verdiblancos (cuatro) y los madrileños (cinco). Desde que el Atlético de Madrid ganara aquí en vísperas de Reyes (0-1), los de Schuster han ido dilapidando su ventaja con respecto a muchos de sus perseguidores. Únicamente han cedido dos puntos con respecto a la zona de descenso (antes de la visita colchonera el colchón era de cinco puntos), pero hay diferencias sangrantes con algunos de sus rivales. El Levante, que al inicio de año estaba a igualado a 20 puntos, anda ahora diez por encima. Osasuna y Celta han generado ocho puntos más que los blanquiazules en este tramo de nueve jornadas; a los pamplonicas les ha valido para pasar de estar cinco puntos por debajo a tres por encima y a los gallegos para cambiar de desventaja por cuatro de ventaja. El Elche le comió siete y el Almería cuatro. Valladolid y Rayo Vallecano continúan por debajo desde la jornada 18, aun así igualmente le han recortado al Málaga dos y cuatro puntos, respectivamente. Sólo se halla ganancia comparando las situaciones con el Betis, al que se ha distanciado en un punto más, y el Getafe, que en su momento andaba con tres de ventaja sobre los de Schuster y ahora sólo está a uno.

La próxima jornada se antoja vital para tomar impulso. Aparte de jugar ante Osasuna, rival directo, hay un Betis-Getafe y cinco de los adversarios del Málaga se enfrentan a los equipos ubicados de la segunda a la sexta posición. Más aún sabiendo que a la siguiente llega el Real Madrid a La Rosaleda. De no sumar en Pamplona, el riesgo de caer en descenso sería más que real más de una vuelta después.