Francis triunfa en América

El base malagueño califica de "bastante buena" su primera experiencia en la liga universitaria de Estados Unidos "Uno de mis sueños es jugar con el Unicaja", manifiesta

Francis Alonso celebra una canasta con la selección ante Letonia.
Javier García Málaga

27 de junio 2016 - 05:02

Francis Alonso está a punto de embarcarse en una nueva temporada. El base malagueño, que abandonó el Unicaja para marcharse a Estados Unidos para convalidar estudios y deporte, ha triunfado en su primera campaña con Greensboro en la NCAA, la liga universitaria. Alonso ha estado incluso entre los mejores jugadores de primer año.

El base no descansará un ápice este verano. Tras unos días en Málaga, donde no ha parado de entrenar, ya sea en solitario o con jugadores jóvenes del Unicaja y del Clínicas Rincón, ya está concentrado con la selección sub 20 para el último verano en el que dispute un torneo de selecciones, siempre y cuando no dé el salto a la absoluta. Es uno de los líderes del equipo dirigido por Orenga y busca un metal que se le resiste a la generación del 96. "Estoy con ganas de matar ese cuchicheo. Lo más cercano a conseguir medalla fue quedar quinto en el Campeonato de Europa. Todo el grupo está motivado", asegura Alonso.

El malagueño está jugando y estudiando en la Universidad de Greensboro, donde salieron grandes jugadores en Europa como el triple campeón de la Euroliga Kyle Hines o Ricky Hickman. El malagueño manifiesta que lo primero que le sorprendió fue "el espíritu y las ganas con las que las personas se identifican con la universidad. Es una cosa que aquí no te puedes encontrar".

"Una de las mejores sensaciones que he tenido fue en el partido contra North Carolina. En un pabellón donde caben 25.000 personas había 23.000 jugando ante una universidad pequeña. Hablamos de universidades, no de equipos que se dedican a esto. Este aspecto da mucha vida", expresa el base.

Alonso tiene entre ceja y ceja la próxima temporada, donde intentará dar un paso adelante más. Sin embargo, no niega verse en un futuro vestido de verde. "El que me haya ido del club no significa que no vaya a volver. Uno de mis sueños es entrenar aquí. Ojalá vuelva algún día y tenga la oportunidad de vestirme con la camiseta del Unicaja. Ahora mismo me enfoco en mejorar como jugador", suspira el base.

A pesar de estar a miles de kilómetros, ha estado siguiendo la actualidad cajista. "Ha sido un año difícil. Ha sido aceptable pero con expectativas altas. Que haya renovado Nedovic es una gran noticia para el año que viene". En esta temporada jugó un hombre salido de los Guindos, Alberto Díaz. "En cuanto recibí la noticia de me alegré un montón. Es un gran escaparate para el club".

El director de juego ha estado en contacto con sus antiguos compañeros. Uno de ellos, con el que se pasó todo el baloncesto de formación, es Domantas Sabonis, que jugará la próxima temporada en la NBA tras ser elegido por Orlando y traspasado a Oklahoma en la misma noche del draft. Sobre el lituano, ya internacional absoluto, afirma que "se veía venir. Sé el tipo de jugador que es. Ha hecho un pedazo de temporada con Gonzaga. Tenía el escenario, el March Madness, y no falló en su actuación. Le va a ir bien en la NBA. Ahora está disfrutando como un niño, es una gran oportunidad para él", dice.

El malagueño fue con mentalidad positiva, aunque consciente de que "el primer año iba a ser duro". Sin embargo, afirma que "me ha sorprendido para bien. Desde el principio me han ayudado todas las personas, los entrenadores, jugadores y aficionados, tutores que me han apoyado para situarme". "A pesar de ser el primer año he tenido mucha suerte", señala, porque "he empezado a jugar con confianza, a pesar de que cueste por el idioma. Hubo un par de bajas en el equipo y tuve que tirar del carro. Me dieron la oportunidad y las cosas han salido bastante bien. Tengo ganas de volver".

El malagueño afirma que "aunque sé que había un par de universidades más importantes interesadas en mí, voy a seguir en la misma universidad. Lo tengo seguro. Con las personas que tenía me sentía rodeado y querido, como en casa. No me arrepiento de seguir en Greensboro".

Alonso ha tenido que cambiar su fisonomía y parte de su juego para adaptarse al estilo norteamericano. Sin embargo reconoce que cada vez más se ve un juego más europeizado. "Las universidades americanas están buscando jugadores europeos. Según el tipo de formación que se usa allí, con 12 años los jugadores buenos meten 60 puntos por partido. Mejora individualmente pero no saben cómo jugar en equipo". El español asegura que "he intentado adaptarme pero al mismo tiempo dar ese toque europeo. Nuestro juego no es muy diferente al de Europa, tenemos un estilo parecido".

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