Ganar en otro registro (92-95)
El Unicaja compensa con puntería un mal día defensivo y gana en San Sebastián, pista que no se le daba bien. El equipo malagueño se acostó líder con tres victorias, dos de ellas a domicilio.
El líder de la Liga Endesa es esta mañana el Unicaja, ha ganado sus tres partidos y marcha en buena onda al primer objetivo de la temporada, que se ha convertido, por la deriva de los últimos años, en acceder a la Copa del Rey. Buena victoria en Illumbe (92-95), donde se había perdido en las tres visitas anteriores. Casi nadie gana sobrado a domicilio, excepción azulgrana aparte, y el Unicaja lo ha conseguido en un margen de tres días en Santiago y San Sebastián. Equipos de tabla media-baja que basan su salvación en amarrar en casa.
Es curioso cómo los equipos rompen los esquemas prefijados, los clichés que todos nos empeñamos en montar. Se imaginaba, vista la composición de la plantilla, que el Unicaja tendría éxito si sabía aplicar una defensa extenuante, ser capaz de correr y anotar fácil, la amplia y atlética línea exterior y pivots veloces como Freeland o Zoric lo permitiría. Se suponía un equipo con más dificultades para anotar en estático, quizá carente de un punto de talento, sin demasiados jugadores capaces de crearse canastas de manera individual. Pues justo lo contrario aconteció ayer en Illumbe. No fue el Unicaja un bloque duro y aguerrido en defensa, permitió 92 puntos al equipo local. Cierto es que hubo olas de acierto del Lagun Aro, algunas canastas por lejanas o acrobáticas (razón Panko o Sergi Vidal), que rayaban lo sobrenatural. Pero también se contemplaron pases de pecho o despistes imperdonables, que ante equipos de mayor enjundia hubieran costado más caros. Eso sí, volvió a dominarse el rebote con autoridad (23-32).
Fue un partido jugado por lo alto en anotación. Tan mal estuvo atrás el Unicaja como bien delante, sin que la defensa del Lagun Aro fuera otro prodigio. Y eso que apenas pudo anotar el conjunto de Chus Mateo en contraataque o transición, para lo que teóricamente está diseñado el equipo. Los focos estuvieron repartidos, aunque como siempre brilla con luz propia el tremendo Joel Freeland (22 puntos y 10 rebotes), extraordinario durante todo el partido, pero cuya presencia se agigantó en los minutos finales. Seis puntos y dos rebotes (uno capital en ataque) en los dos últimos minutos hablan claro de la calidad de sus números más allá de la abrumadora cantidad que le hace candidato serio al MVP de la competición a poco que vaya bien el equipo.
En un vaivén de canastas, el Unicaja empezó mandando (0-6), pero rápidamente Panko cogió su fusil y comenzó a repartir mandobles. Desde el 14-13 lideró el Lagun Aro. En la posición de cuatro, Panko fue fiel a su cita con el Unicaja. Le motiva especialmente, quizá por algún interés pretérito no concretado. En el anterior partido en San Sebastián acabó con 35 de valoración y fue MVP. Ayer le faltó poco. 27 puntos (19 al descanso) más seis rebotes. Aglutinó el ataque e hizo daño jugando de cara, a Freeland o Garbajosa. Peric echaría una mano al final del partido, cuando el madrileño se retiró tras recibir un cabezazo involuntario de Sinanovic.
En ese alto tren de anotación, brillaba Vidal, recuperado para el baloncesto tras su frustrante bienio en Madrid, Salgado castigaba a los bases cajistas en una corriente preocupante y que ya ha ocurrido en algún partido atrás. Se pensaba solventado ese problema y el agujero no llega al nivel de McIntyre, pero se esperaba más solvencia ahí. Al descanso había igualdad (46-45).
Fue curioso constatar cómo Mateo apostó por Valters decididamente en la segunda mitad. Rowland fue titular, pero le cambió a los tres minutos. Valters ya no se sentaría. Pese a que atrás sufría una barbaridad, al técnico, que también insistió bastante con Saúl Blanco, le salió bien porque en ataque fue demoledor. Quizá veía que el partido se ganaba en ataque y el letón, motivadísimo ante Sito Alonso, con el que no congenió en Badalona, anotó en el cuarto final 11 puntos e hizo fluir al equipo (50 puntos tras el descanso). Hubo momentos decisivos. Por ejemplo, cuando el Lagun Aro se marchó por cinco puntos (73-68) y Berni anotó un triple después de que le llegara un rebote tras error suyo. Antes, una ráfaga de Freeland para un parcial de 0-7 cuando los vascos mandaban por seis (57-51).
Se entró igualado en el tramo final. Panko, de vuelta, ajustó a falta de dos minutos (86-87). Pero emergió Freeland, soberbio. Y, es verdad, hubo alguna buena defensa. No obstante, después de dos tiros libres anotados por Valters, el Lagun Aro tuvo dos triples para empatar (Baron y Neto) en la última posesión. No entraron y el Unicaja pudo celebrar su tercera victoria. No fue su partido más completo, pero sí fue certero. También vale para acreditar que este equipo puede ganar en otro registro distinto al previsto, cuando se le exige anotar más. Promedia 86 puntos en tres jornadas. Se acuesta líder, invicto tras tres jornadas y dos salidas. Pero no puede olvidar que hay varios campos en los que mejorar. Afortunadamente.
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