"Hablo con Iniesta y no va a venir al Málaga"

Antonio Fernández Marchán (Guadalcacín, 1970), nuevo director deportivo del Málaga, mantiene un discurso evasivo muy del estilo de cualquiera de sus homólogos. Da gusto estar con él, pero sus respuestas casi se pueden adivinar. Sobre todo cuando se le cuestiona acerca de fichajes, los cuales circunscribe a una coletilla [ "a día de hoy"] que le delata. Sin embargo, entre líneas, también cala su mensaje: "Lo que pase en el futuro, pasará".

-¿Quién es Antonio Fernández?

-Un currante del fútbol que lleva 12 temporadas consecutivas en el fútbol profesional y que acaba de aterrizar en Málaga con toda la ilusión puesta en este proyecto y con la confianza de que se pueden hacer cosas importantes.

-¿Y con qué sueña?

-Soy soñador, por eso estoy aquí. Por eso después de ganar cosas en el Sevilla me fui a Segunda División y por eso no me asusta ningún reto. Sueño con muchas cosas. En el plano deportivo, con ver La Rosaleda llena, con la gente vibrando y llorando de emoción al ver que el Málaga ha conseguido un reto importante. Pero es un sueño que me queda lejos. A día de hoy no deja de ser solamente un sueño.

-La rodilla le impidió ser futbolista, pero el gusanillo siempre lo ha tenido.

-Sí, con 20 años, como vi que no podía continuar como futbolista, empecé a formarme de la mejor manera como técnico y empecé a entrenar.

-¿Qué experiencias tuvo?

-Entrené en Guadalcacín, que es mi pueblo, como 7 u 8 años a la cantera y luego a su primer equipo. De ahí me fui al Rota y después al fútbol profesional; dejé los banquillos y me metí en los despachos.

-Desde esa época en Guadalcacín hasta hoy ha llovido mucho.

-Pues mucho y han pasado muchas cosas. Afortunadamente para mí, el balance es bastante positivo. Primero, por haber pasado por grandes clubes como Sevilla, Xerez, Valencia y actualmente el Málaga. Y por mi paso de estas tres últimas temporadas en la Federación Española de Fútbol haciendo las veces de informador y analista de la selección nacional. He tenido la suerte y la fortuna de ser campeón de España, campeón de Europa y campeón del Mundo.

-Y en este camino, ¿de qué es de lo que está más orgulloso y qué le gustaría poder volver a vivir para afrontar de forma diferente?

-Orgulloso estoy del trabajo diario, de la dedicación y de la plenitud que trato de poner a cada una de las decisiones que tomo, más allá de que puedan salir bien, regular o mal, porque en el fútbol las decisiones que tomas a veces no dependen sólo de ti. Mal recuerdo tampoco es que tenga mucho. Quizás la etapa del Valencia fue un tanto convulsa por todas las corrientes que existían en torno al club, pero no estoy arrepentido. Al final el equipo estuvo bastante irregular en Liga, pero terminamos ganando la Copa.

-Se ha hablado mucho de los éxitos de la dirección deportiva del Sevilla en la que usted participó. ¿Cuénteme cuál fue el secreto del éxito?

-Principalmente, Monchi como director deportivo, que creo que supo rodearse de un grupo de técnicos en los que confió plenamente. Creo que fue el éxito de la coherencia, de la unidad, de la apuesta en común y el de administrar la euforia en su justa medida.

-Pero allí también se inició la andadura de una forma semejante a la que usted acaba de embarcarse en el Málaga. Explíqueme esa vivencia.

-Tengo gratos recuerdos. Siempre me acuerdo mucho de dos técnicos ya desaparecidos como Pepe Alfaro y Manolo Ruiz Sosa, de los que aprendí muchísimo porque respiraban fútbol y llevaban toda la vida en la entidad. Tengo unos recuerdos entrañables de esos primeros viajes, que iba a ver equipos de Tercera a Castilla La Mancha, y viaje para arriba, para abajo… Era una situación complicada, porque el Sevilla tenía muchas carencias de orden económico. Y fuimos creciendo poco a poco, no sólo la parte deportiva, sino todos los estamentos.

-Ahora está usted con Alfonso Serrano y Miguel Ángel Rondán (es el nuevo adjunto a la dirección deportiva) al frente de un proyecto ya iniciado, con lo que supone, pero en el que algo habrá tenido que ver para dejar su puesto en la Federación.

-La decisión no fue fácil. Cuando tienes un puesto tan importante en la Federación y vienes de ganar un Mundial, es muy difícil moverte de ahí. Sobre todo cuando acababa de renovar hasta 2012. Pero, bueno, el Málaga se puso en contacto conmigo, me insistió, vi que tenían realmente mucho interés, vi muy interesante el proyecto y decidí venirme porque soy un hombre de retos. Creo que durante los tres años que he estado en la Federación he sido el hombre más feliz del mundo, he conseguido lo máximo, que es el Mundial, trabajado con los mejores jugadores del mundo, con un equipo técnico formidable, un director deportivo extraordinario y la verdad que todo eso es magnífico. Pero, ahora, poder afrontar este reto también es importante para mí.

-¿En qué estado se ha encontrado la secretaría técnica del Málaga y la estructura del club?

-Me he llevado una grata sorpresa, pues creo que el club está bien estructurado y al mismo tiempo cimentándose fuerte para seguir creciendo. En cuanto a secretaría ténica, creo que ha habido un trabajo hecho bastante interesante. Con Sandro tengo una relación bastante buena desde el primer día que llegué y sé que está a disposición para cualquier cosa que lo necesite, más allá de que ahora mismo esté haciendo funciones en la cantera.

-Acaba de mencionar a Sandro. ¿Cuál va a ser su función ahora?

-Como era la persona que estaba ocupando este cargo antes de mi llegada, en el momento en que se ponen en contacto conmigo lo primero que hago es preguntar por su situación. Me dicen que forma parte de la estructura de cantera. A partir de ahí, me veo liberado para entrar. Cuando llego, hablo con él y compartimos un poco las opiniones. A día de hoy lo que está haciendo es trabajo en la cantera, pero tiene un trabajo ya hecho durante estos meses de primer equipo, seguramente que tenga que tirar de lo que él haya realizado y será siempre muy útil.

-¿Cuántos colaboradores quiere para cumplir con su proyecto?

-Tendremos que ir creciendo poco a poco. Tampoco es cuestión de montar una red de ojeadores para todo el mundo en diez días. A día de hoy nuestra prioridad es sacar al Málaga de la situación en la que está y, con las dos personas que van a trabajar conmigo de momento va a ser suficiente porque en la casa hay más técnicos profesionales y muy cualificados para que nos hagan un trabajo de apoyo importante. Más adelante ya veremos lo que vamos haciendo. Iremos creciendo, pero de forma paulatina.

-¿Quién dirigirá la cantera?

-Son cosas que ahora mismo me quedan muy lejos. Ahora me preocupa mucho la situación del primer equipo. Son cosas que necesito un tiempo importante para profundizar un poco en lo que se está haciendo, cómo se está haciendo y a partir de ahí tomar decisiones. Pero en este año no va a cambiar absolutamente nada. Simplemente, voy a tratar de almacenar la mayor información posible. En cuanto el primer equipo me deje un poco más de espacio libre, iré a los entrenamientos y a los partidos de los chavales para presentarme, para ver cómo trabajan los técnicos, para ver cómo están organizados y ya tendremos tiempo de reorganizarnos si es que hace falta.

-¿Quién dirigirá la red de ojeadores?

-Pues estamos en las mismas. Ahora mismo voy a dirigir yo todo porque no se puede hacer de otra forma recién llegado y sin conocer todavía muchas cosas del club, ni de los entornos, ni nada.

-¿Cuáles son sus objetivos?

-A nivel personal, seguir creciendo como técnico. Me gusta afrontar retos importantes y complicados, donde realmente haga falta poner un poco tu mano. Mi objetivo es crecer y aportar al Málaga todo lo que pueda saber para que el Málaga también crezca al mismo tiempo y en su día se haga grande y sea un club que esté a la altura de la ciudad y de sus aficionados.

-En la ciudad se espera mucho de usted y de Pellegrini. ¿Eso pesa?

-Sí, pero si no estamos preparados, no tenemos por qué estar aquí. Es obvio que cuando llegan dos personas, fundamentalmente Pellegrini, con su bagaje, que la afición tenga muchísima ilusión y ésta lleva implícita una carga de responsabilidad tremenda que asumimos.

-Encima, ya estamos en la cuenta atrás del mercado invernal, el "plan B", como definió Abdullah Ghubn, de este proyecto al que, viendo la situación del equipo, hay que acudir.

-Bueno, a día de hoy, tanto el entrenador como yo estamos recién llegados y cualquier decisión prematura puede ser errónea. Vamos a tomarnos el tiempo que nos permite la apertura del mercado para terminar de analizar el plantel y a partir de ahí tomar decisiones.

-Se muestra esquivo cuando se le cuestiona sobre las carencias del equipo, pero al final todo trasciende.

-Es normal que cuando llega esta época, y en verano, que vosotros como profesionales del medio tenéis la obligación de informar a los aficionados y, lógicamente, trascienden muchas cosas. Mi obligación es transmitir tranquilidad, cautela y calma. Y a día de hoy, la única realidad que existe en el Málaga es que tenemos 25 jugadores profesionales, otros tres o cuatro del filial que están aportando su granito de arena y para mí son los mejores. Lo que pase en el futuro, pasará.

-Si le digo Babel, Balotelli, Emanuelson y Baptista, ¿a qué le suena?

-Pues a un grupo rociero no [risas]. Me suenan a grandes futbolistas todos y alguno de ellos muy buenos amigos. Seguro que manejas esos nombres y muchos más, pero yo evidentemente no puedo entrar ni a desmentir ni a afirmar que esos nombres estén en la agenda del Málaga a día de hoy porque si no tendría que estar cada día con cada medio desmintiendo o afirmando cosas. Me parece perfecto vuestro trabajo de investigación, pero el mío tiene que ir en otra dirección.

-¿Con cuántos de ellos o de su entorno ha hablado?

-Con ninguno. Con Julio [Baptista] hablo cada 10 o 15 días porque tenemos una magnífica relación, pero no por nada en concreto. Hablo con él lo mismo que después del Barcelona-Real Madrid hablé con Iniesta y no va a venir al Málaga.