Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Deportes

Juanpi vale un triunfo (1-0)

  • Una maravilla técnica del venezolano da tres puntos en un partido en el que Ochoa paró más que Cuéllar. El Málaga duerme octavo, con 36 puntos y 10 de renta sobre el descenso.

Partido de empate o derrota convertido en victoria. Las dinámicas propia y la de los rivales, esta vez el viento arbitral a favor. Paró más Ochoa que Cuéllar, pero el futbolista de más calidad en el campo, Juan Pablo Añor, decantó con su zurda, capaz de ser en la misma jugada un guante y un látigo, un encuentro esencial para la tranquilidad. Su jugada estuvo muy por encima del nivel del partido, de zona baja. Una maravilla técnica con sello venezolano permitió al Málaga ganar 1-0, alcanzar 36 puntos y dormir octavo, con 10 puntos, en el peor de los casos siete al final de la jornada, de renta con la línea roja. Música celestial, a pocos puntos de la salvación real.

 

Fue un Málaga distante del tope mostrado en febrero. Trabajador, pero por momentos obtuso, más contemporizador, menos eléctrico. Pero con oficio. En otra coyuntura los puntos hubieran volado. Ayer cobró el equipo malagueño lo que la Liga le adeudaba, lo que no le abonó, por ejemplo, en los duelos contra Barcelona o Sevilla. Suele flagelarse el hincha cuando su equipo pierde puntos que merece. Y suele olvidarse de cuando cobra paga extra. Un fuera de juego justísimo cuando Castro encaraba a Ochoa y una mano bastante clara en área propia de Fornals ya en el descuento encendieron al Sporting, que ya estaba encendido desde jornadas atrás. No era casual la ausencia de los dos entrenadores en el césped. Pagaban protestas a los árbitros y expulsiones en la grada. Abelardo volvió a bramar.

 

La moraleja es que el equipo está en una línea descendente de juego respecto al pico máximo, pero que es capaz de competir siempre. Es una virtud que Gracia inoculó a este equipo y que se ha mantenido en el tedio y la brillantez. Sin Camacho también puede ganar, otro punto a favor. Pero el partido recuerda que no se puede desactivar, que hay que rematar la faena.

 

Otra buena noticia fue la actuación de Ochoa. A los 18 segundos, el mexicano tranquilizó a la parroquia con una buena parada a Sanabria, habilitado tras un buen pase de Jony, sobre el que había muchos ojos puestos por su futuro blanquiazul. Tiene coletazos de buen zurdo, pero pare catar su verdadera valía sólo valdrá contemplarle con continuidad. Fue la bienvenida a un partido en el que se palpaba tensión, agobio. El animoso Sporting tiene carencias y el entusiasmo no le llega para salvarse hasta ahora. Empieza a tener tics de descenso. El Málaga estaba activo en la presión, pero con el balón faltaba claridad. Recio ejercía de mariscal en el centro, pero no se conectaban varios pases seguidos, no había fluidez. Pablo tiene detalles buenos, pero hasta ahora es más productivo, luce más, cuando sale de refresco.

En un momento insulso, tras una sucesión de rechaces y malos pases, la pelota cayó en los pies de Juanpi Añor. Era el minuto 25. Le sucede a los futbolistas especiales, que desequilibran un partido cuando nadie lo espera. Ese balón que botaba y salía repelido fue domado por el venezolano. Condujo, recortó y soltó un latigazo con la zurda desde la frontal, algo escorado hacia la derecha, su posición de partida. La estirada de Cuéllar sólo sirvió para embellecer un gol de pata negra, firmado por un jugador caro. Ese recorte y ese disparo sin apenas tiempo para armar la pierna recuerda a los que hacía Isco, ahora de capa caída en Madrid. Es el aroma de los futbolistas diferentes. Que no sólo entran por los ojos estéticamente, sino que también producen puntos, desequilibran y ganan partido. Juanpi lo tiene. Visto el pasado reciente del club, cada gol de esta factura le aleja virtualmente de Málaga. Así que toca disfrutar y exprimir la zurda del caraqueño.

 

Si antes del gol era el Sporting quien tenía más riendas, tras él el Málaga controló mejor el juego. Apenas un disparo de Ndi inquietó a Ochoa. Cierto es que tampoco el Málaga atosigaba a Cuéllar. Dejó destellos preocupantes Uche, falto de ritmo. Antes del descanso, otra parada de Ochoa a Ndi. 

 

Un gol bien anulado a Charles tras disparo de Chory inauguró el segundo tiempo, pero el Málaga apenas inquietó a Cuéllar tras ello. Se aculó, quizá fueron los momentos en los que más se echó en falta a Camacho. Volvió a aparecer Ochoa, abajo para repeler un cabezazo de Sanabria. Después sacó otro remate cercano de Pablo Pérez sin domar la bola para que Castro estrellara en el poste el rechace. Las dinámicas y las tendencias. El diablillo Halilovic amagó más que dio. Un centro inocuo en el descuento fue cortado por la mano de Fornals. Su gesto fue antinatural. Poca gente hubiera protestado la pena. Pero De Burgos Bengoextea pagó parte de lo que el viento arbitral debía al Málaga.

 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios