Kuzminskas se quita las pinzas

"Sigo teniendo unas expectativas enormes con él, tiene las cualidades para ser un 'crack' auténtico", afirma Plaza sobre el alero lituano.

Mindaugas Kuzminskas lanza un triple ante el Real Madrid.
José Manuel Olías Málaga

29 de junio 2014 - 05:02

Los números de Mindaugas Kuzminskas en su primera temporada en Málaga no dicen demasiado. 5.8 puntos, 2.4 rebotes y 5.4 de valoración en 14 minutos de media. Pero ha sido una inversión que en el Unicaja estiman productiva. Kuzminskas desprende aroma de jugador diferente, especial. Con unas cualidades que escasean en un hombre de su estatura, con unos fundamentos y capacidades atléticas fueras del catálogo convencional de un alero. Esas gotas esparcidas con cierta frecuencia valen para que en el seno del Unicaja alberguen expectativas en que Kuzminskas haya realizado un año de aproximación similar al de Zoran Dragic. En 16 minutos, 4.9 y 2.7 rebotes para 5.1 de valoración. Fueron las cifras del esloveno en su debut en la Liga Endesa. Bastante similares. En su segundo año las ha doblado y se ha convertido en pieza esencial.

Las dudas estriban más en el carácter de Kuzminskas, no es el volcán que es el esloveno. Es más frío, a veces parece más gelido. Joan Plaza, valedor para su venida a Málaga tras tenerle un año a sus órdenes en Kaunas, muestra su plena confianza. "Estoy convencido de que tiene todas las herramientas para ser un jugador determinante", explica el técnico catalán: "Cuando llegué a Kaunas era casi como el Domas de ese Zalguiris. Mayor, pero en un grado de consideración no muy alto. Tenía muy buena planta y partía con un respeto determinado que fue multiplicándose por su labor y acabó siendo un tío titular y de los importantes".

"Muchos lituanos han venido a España y varios han triunfado, pero otros, quizá con más dureza mental que él, se fueron sin conseguirlo. Es por eso que era importante este primer año de aterrizaje, para que se quemara", prosigue Plaza: "Había que tratarlo con pinzas, no había que sobreexponerlo, había que darle una responsabilidad exclusiva, un trato casi personalizado. Pero se ha adaptado fenomenal, hizo migas con la familia Sabonis y, por ejemplo, ha acabado siendo íntimo amigo de Carlos Suárez, de forma natural, con el jugador que comparte posición. A mí no me ha cambiado la perspectiva que tenía. Tengo unas expectativas enormes con él, porque posee las cualidades para ser un auténtico crack".

La reflexión del técnico cajista invita a pensar que el protagonismo del alero lituano, que en breve empezará a preparar con su selección el Mundial de España, en el que previsiblemente estará, se elevará de manera ostensible en el próximo ejercicio. Con 25 años y un año de experiencia en el extranjero habrá hecho la mili. Entre sus destellos, ese día de la Copa del Rey ante el CAI en el que parecía capaz de ganar él solo el partido y en el que Plaza le quitó en el tramo final porque demandaba más defensa. Seguro que ese partido quedó grabado en la memoria de los dos por lo que significó.

Antes de empezar el play off, Kuzminskas decía que sentía que el año había sido productivo desde la experiencia personal. "Lo que me encontraré la próxima temporada no será lo mismo y espero que entonces pueda jugar más y ayudar más. Es lo que todos queremos, estar en la pista. Pero toda la experiencia la utilizaré", decía Kuzminskas, que descansa con su baloncestística familia (su hermano también es profesional y su madre fue internacional muchos años con la antigua URSS) a la espera de la concentración. En tres meses volverá a Málaga. Y ya se habrá quitado las pinzas.

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