Lawrie gana al viento y la sequía
El escocés se hace con el Open de Andalucía tras nueve años sin ganar gracias a su regularidad en un día marcado por un aire imprevisible · Lara se queda sin Volvo Match Play y los malagueños, muy discretos
El Open de Andalucía ya tiene dueño. Es Paul Lawrie, que releva a Louis Oosthuizen como ganador de una cita que ayer dio por cerrada su décima edición. El Parador Málaga Golf presenció la victoria del más regular, el premio para el que mejor se manejó bajo un viento muy irregular, un viento cuya acción se comprueba en las altas tarjetas de la cuarta jornada. El escocés obtuvo el título tras acumular 12 golpes bajo el par para un total de 268. Lawrie recibía radiante el trofeo. "Estoy contentísimo, no tengo palabras", decía entre una nube de periodistas. Lógico. Llevaba nueve años sin ganar un torneo, demasiado tiempo para un golfista que guarda un British en su currículum y otros cinco torneos del Circuito. Se embolsa más de 166.000 euros y un billete para el Volvo Mundial Match Play que se celebra en Finca Cortesín. José Manuel Lara, el mejor español, peleó hasta el final por hacerse con el otro que había en juego, pero el último hoyo se cebó con la valentía del levantino.
Los laureles fueron para Lawrie, pero tuvo que sudar para ello. Sentenció en el hoyo 16 después de un mal comienzo de vuelta. Tres bogeys en los cinco primeros le hicieron temer por el primer puesto al que se encaramó el sábado. En el 13 estaba empatado a diez impactos bajo el par con Johan Edfors y Felipe Aguilar, segundo y tercero del Open, respectivamente. No obstante, Lawrie recuperó el tino con el putt , firmó cuatro birdies prácticamente consecutivos y apareció en el último tee sabiéndose vencedor.
Lawrie finalizó la jornada en el par del campo, pero le fue suficiente ante la caída de Mark Foster y Kenneth Ferrie, sus perseguidores antes de la clausura. Nada que ver la cuarta vuelta de Ferrie con la anterior: de hacer el récord del Parador con 60 golpes pasó a 75. El viento, racheado, cambiante, inconstante, le puso demasiados obstáculos. El primero acabó a tres impactos de la cabeza; el segundo, a seis. Sí le pusieron en aprietos Edfors y Aguilar. Sobre todo el sueco, que acusó un juego largo no muy fino. Aun así pudo empatarle a Lawrie en el último hoyo, pero no consiguió el birdie que necesitaba. El chileno, por su parte, estuvo sólido con el putt, aunque sin descollar. Ambos acabaron con 68 impactos y se quedaron a uno y dos del vencedor.
El escarnio del Open de Andalucía fue para un Lara en línea ascendente en las últimas semanas. Llegó al final con opciones, sobre todo de arrebatar a Edfors la plaza para Finca Cortesín. Tiró a bandera en el hoyo 18 desde el rough pero la bola botó demasiado al comienzo del green y se marchó fuera de límites. Penalización, triplebogey y adiós doloroso al Volvo Mundial Match Play. Pese a su buen torneo global, acabó a cinco impactos de Lawrie. Le siguieron como mejores españoles en la tabla Rafael Cabrera-Bello, Pablo Larrazábal, Álvaro Velasco y Carlos del Moral. Todos ellos bajaron del par, aunque nunca para acercarse a los puestos de honor.
Porque de la representación malagueña en el Parador hubo pocas noticias positivas. Gabriel Cañizares se quedó sin ratificar la irrupción de la segunda jornada y firmó una pobre tarjeta de 74 golpes. Pablo Martín registró peores cifras aún, 76, y terminó a unos lejanísimos 16 impactos de Lawrie, como Álvaro Salto. El gaditano Álvaro Quirós, por su parte, cerró su peor vuelta en el Open con 75 impactos. Su idilio con el Parador sigue sin dar frutos.
La cuarta jornada deparó un viento poco favorable para la práctica del golf, pero los múltiples asistentes disfrutaron del juego y de un sol brillante en el Parador. Un Parador que vivió el retorno de Lawrie.
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