Renovados por Aguirre

Del Espanyol triste y alicaído de principios de temporada al optimista y comprometido de esta segunda parte de campeonato sólo ha cambiado un nombre. Pochettino dio paso a Javier Aguirre y el técnico mexicano levantó la moral de la tropa perica y borró de la memoria colectiva los temores por el descenso. Bajo su mano, con más orden que juego, el Espanyol fue encontrando los resultados que necesitaba para despegar. Con la base de años anteriores (Héctor Moreno, Verdú y Sergio García como columna vertebral) y la llegada de nombres importantes como Simao o Capdevila, era cuestión de tiempo que la maquinaria funcionase.

SIN BALÓN

Aguirre valora el orden por encima de todas las cosas. Por eso, sin balón su equipo trabaja a destajo para permitir los menores huecos posibles a su rival. En cuanto roba, utiliza a Verdú como lanzadera para imprimir velocidad y peligro. Nutre de balones a los tres de arriba. Sergio García, Simao y Stuani ensanchan el campo en busca de cualquier contra productiva. Atrás no sufren los despistes de la primera vuelta. Nada que ver con la zaga que se encontró el Málaga en Cornellá. Además, cuenta con Wakaso, todocaminos que construye y destruye con la misma intensidad.

CON BALÓN

Verdú es el director de la orquesta perica. Por él pasa todo el potencial ofensivo de un equipo que le busca permanentemente. La imaginación y la magia salen de sus botas. Intentan aprovechar la presencia de hombres importantes en las bandas, con laterales ofensivos, para buscar centros que puede aprovechar Stuani sorprendiendo desde atrás.

LO MEJOR

Sus cuatro hombres más adelantados. Verdú, Simao, Sergio García y Stuani serán la principal amenaza durante el partido.

LO PEOR

Problemas en las acciones a balón parado, uno de los fuertes del Málaga. La racha de las últimas semanas ha generado dudas.