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Tedio y lesión con mala pinta de Jordi Pablo

  • El alicantino podría sufrir una rotura de menisco con afectación de ligamentos · Igor De Souza, de penalti, decidió el encuentro

La tercera derrota en el cuarto amistoso de pretemporada quedó en anécdota. Sin duda alguna, lo peor del encuentro del Málaga anoche en el Ciudad de Valencia fue la lesión de Jordi Pablo. A expensas de que hoy se le practiquen pruebas que certifiquen su diagnóstico, la cosa tiene mala pinta. La primera exploración hablaba de un fuerte esguince en su rodilla izquierda en su diagnóstico más leve y de una posible rotura de menisco con afectación de ligamentos en la más preocupante.

La expresión del futbolista de Vinaroz al abandonar las instalaciones del Levante era muy reveladora. El extremo diestro presentaba una fuerte inflamación con vendaje que en las próximas horas irá a más y que aconsejaba prudencia de unas 24 o 48 horas para hacer una valoración con exactitud. Si se confirmara que es el menisco lo que se ha dañado, su convalecencia podría extenderse durante varios meses.

En lo estrictamente futbolístico, el Levante supo darle recompensa a los que se personaron en su estadio para asistir al encuentro de su presentación oficial para la nueva temporada. Quizás por ello se tomaron el choque más en serio. Los de Luis García salieron dispuestos a jugar sin complejos frente a un Málaga que, pese a su superior categoría y nivel, se mostró carente de capacidad ofensiva para generar ocasiones de gol y que acusó la pesadez acumulada en sus piernas.

Prácticamente durante todo el encuentro el conjunto de Juan Ramón Muñiz se vio superado tácticamente por su oponente. El Levante, especialmente en la primera mitad, demostró jugar muy conjuntado en sus líneas y ello impidió la creación de juego de los albicelestes, aunque Benachour y Xavi Torres volvieran a demostrar que pueden formar un dúo muy interesante.

Desde la primera jugada del encuentro, el Málaga se vio sorprendido por el juego vivo del cuadro granota y el dinamismo que generó el intercambio de posiciones de los hombres de ataque. En pocos minutos los jugadores de Luis García Plaza ya habían disparado a puerta tres veces con peligro y puesto en aprietos a un Arnau que destiló más seguridad que Munúa en el anterior amistoso pero que también cometió un error de blocaje en una acción que acabó invalidada.

La lesión de Jordi Pablo, que pisó mal en el campo tras un leve empujón de su par, ocurrió a los 15 minutos, aunque ya antes la mala fortuna también había tocado al Levante. Robusté hizo un mal gesto en una caída al pugnar por un remate en un córner y tuvo que ser sustituido por Héctor Rodás.

A falta de ocasiones, el principal atractivo se impuso en la lucha por quién dominaba el centro del campo. El Málaga sufrió en demasía para crear juego a pesar de que el doble pivote que Muñiz ya dispuso en Goodison Park tiraba del carro. La aguerrida pareja formada por Pallardó y Samuel tuvo gran parte de culpa en ello.

Tan sólo la intervención del guardameta Arnau a un tiro del extramotivado Juanlu y un posible penalti no señalado a favor del Levante evitaron que el Málaga acabara la primera parte con desventaja en el marcador. Las continuas incisiones por la banda izquierda del malagueño Juanlu le convirtieron en el más activo de su equipo junto con Xisco Nadal. Precisamente Juanlu se topó con la madera a la media hora en el fuerte chut que llegó a desviar previamente el guardameta malaguista.

Los jugadores del club levantino continuaron superando en ambición y motivación a los hombres de Muñiz durante la segunda mitad, un escenario en el que llegó a haber hasta 15 cambios que derivaron en el lógico bajón en la continuidad del juego.

Luis García Plaza, pensando en formar una columna vertebral de cara a la competición, trató de mantener su once inicial el mayor tiempo posible sobre el terreno de juego, pero se vio obligado a dar entrada a los futbolistas del banquillo para dar respiro a unos jugadores que estaban perdiendo la posesión del balón ante el Málaga, que agradeció la entrada de David González y Luque.

El gol llegó en la recta final del encuentro y premió a quien lo buscó con más ahínco durante el choque (el Málaga sólo materializó tres lanzamientos, todos más allá de 30 metros, y sin apuros para Manolo). Ocurrió cuando el brasileño Igor De Souza, que debutaba con los granotas, provocó un penalti de Omar que él mismo se encargó de transformar para batir a un Málaga que ya se quedó sin capacidad para reaccionar.

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