Un Unicaja gripado (73-55)

Euroliga

El equipo de Plaza baja los brazos tras un buen primer cuarto y languidece para mantener la maldición de El Pireo Granger no dio el paso adelante requerido tras la lesión de Earl Calloway.

Un Unicaja gripado (73-55)
José Manuel Olías

30 de enero 2014 - 21:30

El diabólico tríptico que el calendario había reservado para el Unicaja, con sucesivas visitas a Barcelona, Madrid y El Pireo, tres canchas con inquilinos que jugaron la pasada Final Four, se saldó con el saldo lógico. Es decir, pleno de derrotas. En el puerto ateniense persiste esa maldición de la última gran pista de Europa no conquistada por el Unicaja. Cayó sin oponer demasiada resistencia (73-55) el equipo de Joan Plaza, como privado de fuerzas, como pensando en otra cosa. La Copa está ahí y distrae, es evidente. Pero el técnico catalán se había planteado mejorar respecto a los duelos de finales de año ante el Olympiacos. No se logró.

Tomando como un todo estos 120 minutos con la superélite continental, cada partido se ha estado más lejos de la victoria y la línea de rendimiento ha sido francamente descendente. El triunfo al alcance de Barcelona se diluyó en Madrid y tampoco existió, salvo en un buen primer cuarto, en Grecia. A veces denostado, ayer se echó de menos a Calloway. En vez de dar un paso adelante en la ausencia de su compañero, Granger dio varios atrás. La respuesta de Vidal en esa posición, lógico, no potencia el optimismo y causa un punto de preocupación cara a la Copa. El Toolson taciturno regresó, Fran está corto físicamente y apenas quedaron destellos de Kuzminskas, un buen tramo de Caner-Medley y números del que últimamente siempre está, Vladimir Stimac, con ocho puntos y 14 rebotes. Después de perder en la pista del campeón de Europa en las dos últimas ediciones no hay que cortarse las venas. Pero, ciertamente, el Unicaja decepcionó ayer en la Paz y la Amistad.

Spanoulis no anotó su primera canasta hasta el minuto 27 de partido. Cabría pensar que la gran defensa de Dragic, con la ayuda de sus compañeros, permitiría estar en partido con ese foco tapado. Pero el mago de Larissa ponía con su bandeja y en su décimo lanzamiento a canasta una diferencia que avisaba ya de que aquello estaba medio liquidado (51-38). Así sería más tarde, un Unicaja sin energía y brío, poco reconocible, lejos de las señas de identidad que deben guiarle. Spanoulis se marchó con 1/12 en tiros de campo, dos puntos y -8 de valoración. Se consiguió detenerle pero a cambio se recordó que Printezis, quién lo diría, es uno de los mejores cuatros de la Euroliga. 16 puntos y seis rebotes. Y la guardia pretoriana, mitad griegos y mitad norteamericanos, está cohesionada.

No acabó el partido como empezó. Bien metido en el duelo desde el inicio, con Dragic imitando sobre Vasilis Spanoulis lo que hacía la semana anterior con Juan Carlos Navarro, el Unicaja empezó miraba a a la cara al Olympiacos con soltura, con distancias a favor de inicio (10-15, 13-17) y buenas decisiones que se irían diluyendo poco a poco por la inferioridad en el rebote. El riesgo defensivo que tomaba el Unicaja aminoraba el porcentaje del Olympiacos, pero a cambio se concedían demasiadas segundas y terceras oportunidades. Realmente, los griegos hacían un butrón en el tablero malagueño. 25 (13 en ataque) rechaces por 16 del contrario al descanso. Explicaba ello en gran parte que el Olympiacos fuera progresivamente revirtiendo la situación. Ahora era Simmons, más tarde Printezis, el propio Lojeski o Dunston quienes rebañaban a lo que el Unicaja no llegaba, que era demasiado.

Inferioridad en el rechace inusual en el equipo malagueño, durante varias jornadas el mejor equipo en rebotes de la Euroliga, pero que costaba cara. Quizá influía que Fran Vázquez esté aún renqueante de su tobillo. Llegaba ese metro o ese segundo tarde que implica ir con un poco de reparo al choque. Ello le costó dos faltas que provocaron canastas más adicional.

Entretanto, Sergi Vidal daba el relevo a Jayson Granger en la dirección de juego, con Alberto Díaz con jugador descartado. No era un buen lugar para experimentar, pero no quedaba otro remedio que darle la batuta al catalán o a un Urtasun cuya confianza está cogida con alfileres. El Unicaja resistía (37-31) al descanso, aunque entonces evidenciaba ya problemas serios a la hora de circular el balón y anotar.

La segunda parte fue la certificación de que el Unicaja de las grandes noches no estaba presente. Mucha impotencia, apenas 24 puntos anotados en 20 minutos, y la sensación de que no se compitió al tope de las posibilidades. Queda un partido para afinar antes de la Copa en Madrid. El Top 16 se toma un receso, pero volverá con el Panathinaikos en el Carpena en dos semanas.

FICHA TÉCNICA:

OLYMPIACOS: Mantzaris (3), Spanoulis (2), Perperoglu (11), Simmons (6) y Printezis (16) --quinteto inicial--; Petway (3), Dunston (12), Lojeski (7), Sloukas (2), Begic (6), Katsivelis (3) y Collins (2).

UNICAJA MÁLAGA: Granger (2), Dragic (5), Kuzminskas (8), Caner-Medley (11) y Vázquez (4) --quinteto inicial-- Hettsheimeir (4), Suárez (-), Vázquez (4), Stimac (8), Urtasun (8) y Vidal (-).

PARCIALES: 17-17, 20-14, 18-10, 18-14.

ÁRBITROS: Belosevic (SRB), Zamojski (POL) y Obradovic (BOS). Eliminado por faltas Petway en Olympiacos.

PABELLÓN: Pabellón de la Paz y la Amistad. 10.130 espectadores.

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