La espantada del Cajasol obligó al Unicaja a buscar con celeridad un plan alternativo para que el encuentro amistoso programado para el próximo martes en Torre del Mar (20:30) con objeto de acelerar el ritmo competitivo del equipo perviviera. Desde la entidad cajista se hicieron gestiones para encontrar un equipo ACB disponible que se desplazara hasta Málaga, pero resultaron infructuosas. El detalle del club sevillano, por cierto, no ha sentado nada bien en las altas instancias cajistas. El compromiso adquirido se convirtió en papel mojado por supuestos problemas físicos.

En esta tesitura, el Unicaja tendrá que recurrir a su filial, el Clínicas Rincón, para realizar el entrenamiento de calidad que había solicitado Aíto en estas semanas de escasa actividad competitiva en vísperas de los play off. Será el bloque entrenado por Paco Aurioles el que se enfrente al primer equipo, porque la perspectiva de encontrar otro rival de mayor nivel era nula. No hay que desdeñar, no obstante, el potencial del equipo axárquico, que completa una temporada de ensueño en su debut en la LEB Oro, la segunda categoría del baloncesto patrio. Ayer pudo celebrar la clasificación para el play off por el ascenso, aunque sea inviable promocionar a la ACB por su condición de equipo filial. La victoria del Valladolid en la pista del León constató matemáticamente que Aurioles y sus chicos podrán competir en las eliminatorias con los mejores equipos. Ahora mismo, el equipo ocupa la sexta plaza en la tabla, con 18 victorias. Si ascendiera a la quinta (el Tenerife está a una victoria y el averaje favorece a los malagueños), tendría el factor cancha a favor en los cuartos de final, eliminatoria previa a la Final Four. Los dos últimos partidos de temporada regular, no obstante, serán muy complicados, porque hay que visitar a Alicante y recibir a Melilla, ambos en lo alto de la tabla.