Desde arriba no se cumple
Pasó el 31 de octubre y no se pagó la deuda a la plantilla, que valorará hoy si toma medidas
Las cosas van sobre ruedas en el aspecto deportivo para el Málaga Club de Fútbol. Todo lo contrario que en los despachos. Pasó el 31 de octubre y la entidad no ha cumplido lo acordado con la plantilla el pasado verano. El llamado Pacto de Campoamor, donde se estaba concentrado entonces cuando los impagos colmaban la paciencia de los jugadores, no se ha respetado. Se sigue adeudando a jugadores, trabajadores y proveedores unos 10 millones de euros.
Una de las razones que ofrece el club para no haber cumplido es que la UEFA no ha liberado los 8.6 millones que le corresponden al club por pasar la fase previa y haber alcanzado la fase de grupos de la Liga de Campeones. Es la única cantidad correspondiente a la participación en la mejor competición del mundo que el club puede recibir ahora. El resto se percibe a final de temporada. Pero la UEFA sigue con la transacción congelada a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos con Hacienda. El Atlético de Madrid, sin embargo, sí recibió el plácet el martes del máximo organismo europeo.
La situación, obviamente, sigue tensa. Desde la entidad se insiste en que es cuestión de días, alguna semana, que se aborde ese 70% de la deuda pendiente. Pero la impaciencia empieza a cundir entre los técnicos [Pellegrini avaló con su palabra el acuerdo] y los jugadores, además de los empleados. Los pagos ordinarios correspondientes a esta temporada se van ejecutando poco a poco. El martes, por ejemplo, la plantilla percibió la mensualidad de septiembre. Con taquillas, el Euroabono y algún ingreso extra se va consiguiendo financiación, pero no para acometer gastos grandes.
Los jugadores, que se entrenan a las 17:30 horas, tienen previsto reunirse hoy para estudiar la situación. De momento, las declaraciones públicas siguen esa línea contemporizadora, pero es posible que suban de tono. Se valorará si se elabora un comunicado, hay alguna comparecencia pública u otra medida de presión. El hartazgo es importante porque se estima que no se puede hacer nada más en el césped y que no se responde desde arriba, por más que el jeque dijera lo que dijo hace ahora una semana. Las palabras de Pellegrini, involucrado en primera persona en todo este asunto, sonaron contundentes cuando se le cuestionó tras el partido en sala de prensa: "De eso hablaremos mañana". Y en la misma línea hablaron los jugadores tras el duelo. "Nosotros hace tiempo que venimos con muchos problemas económicos y lo guardamos puertas adentro. Jugamos al fútbol, que es lo que nos gusta hacer. Hablamos en el campo como lo venimos haciendo durante muchos meses. A seguir dándole alegrías con la afición. Lo hicimos muy bien y ahora lo que tenemos es muchísimas ganas de volver a jugar", aseveró Sebastián Fernández, quizá el jugador más brillante del equipo de Pellegrini en el encuentro de ayer en Cáceres.
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