El capitán inmutable
málaga c. f.
El cancerbero vasco afronta la vuelta a Primera como nuevo dueño del brazalete blanquiazul


Iñaki Goitia es hombre de pocas palabras, partidario de hablar en el campo y no de las grandes frases. Un futbolista que aboga por el grupo antes que las individualidades. Y un capitán que reúne los valores esenciales para este Málaga en su regreso a Primera: trabajo, sacrificio y humildad.
Estos son los conceptos más repetidos por el nuevo dueño del brazalete blanquiazul cuando se le pregunta por todo lo que se le viene encima: "Lo que tenemos que hacer es trabajar con humildad, con ilusión y mejorar cada día para aportar lo máximo que podamos". No se marca metas el cancerbero vasco, sólo mira al presente y se concentra en el día a día para "coger el tono físico adecuado, luego ya se verá". Pero, indudablemente, en su mente está la permanencia, el gran objetivo del equipo y, por qué no, "pelear por cotas mayores si todo va bien".
El vizcaíno rehuye cualquier protagonismo que no tenga que ver con el grupo. Un grupo del que se ve como uno más y por eso recela de acaparar focos, pues lo importante para él está en el bloque, "para afrontar las adversidades que puedan surgir". De su boca sólo salen alabanzas a sus compañeros y a los recién llegados. Eso sí, es exigente con él mismo y con los demás, de los que no duda que lucharán y aportarán "su granito de arena" para el devenir del club la próxima temporada.
Aunque la operación retorno llevada a cabo por la secretaría técnica le ha hecho encontrarse con varios compañeros de antaño, el meta es uno de los más veteranos de esta plantilla a la que llegó en 2003 procedente del Amurrio. Y eso a pesar de su juventud (26 años). Sin embargo, él no se ve sentando cátedra a nadie: "Aquí hay mucha gente con mucha más experiencia que yo y que tiene que enseñarme muchas cosas a mí y al resto del equipo". Como por ejemplo, su homólogo Francesc Arnau, curtido ya en unas cuantas batallas y amigo de Goitia, que aprovecha cualquier momento con el catalán. "Tengo mucho que aprender de él y todo lo que sea mejorar es positivo", explica. Entre los dos deberá elegir Antonio Tapia el defensor del arco malaguista, un puesto que ya ocupó Goitia habitualmente el año pasado, pero sin olvidar que lo primordial es que las cosas salgan bien "juegue quien juegue".
Y refiriéndose al nombre propio del nuevo proyecto blanquiazul, Tapia, el vasco destaca del baenense su búsqueda de la perfección "en todas las facetas del juego". Una seña de identidad a la que hay que añadir "la confianza, la experiencia y el trabajo que nos aporta", sostiene Goitia, por lo que está seguro del buen hacer del técnico, que pide al meta y a los demás mucho esfuerzo para fabricar "un bloque fuerte, sólido, correoso y, sobre todo, unido".
Esas son las características que deberán definir al Málaga en su regreso a la Liga de las Estrellas, en la que Goitia tendrá la oportunidad de visitar San Mamés, campo donde le hace "especial ilusión" defender los colores blanquiazules. Aunque no duda ni un segundo en señalar que lo mejor del año estará en contemplar La Rosaleda "abarrotada contra los grandes". Es el deseo de un capitán que, junto a la afición, espera lograr "cosas bonitas".
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