La gira por China está poniendo lustre a la temporada de Alejandro Davidovich. El malagueño ha acelerado y parece un cohete en este tramo final de 2019. Tras su título en Liuzhou, segundo de la temporada en su cuarta final en el ATP Challenger, vuelve a alcanzar su mejor puesto en su incipiente carrera en el ATP Tour. A sus 20 años, es el número 82 del mundo, subiendo 11 puestos esta semana.

Hay que recordar que Davidovich empezó la temporada en el puesto 241 de la ATP, poco a poco fue escalando y con su gran resultado de semifinales en Estoril, con victorias sobre tres Top 50, subió hasta los 130 mejores. Desde mayo se movió entre el 120 y el 130, participando en torneos de calibre ATP 250, con incursión en Roland Garros, el Masters 1000 de Madrid y la fase previa de Wimbledon y US Open. Ahí no llegaron los resultados, pero sí adquirió experiencia en contextos más exigentes. Y el acelerón llegó dando un paso atrás para participar en el ATP Challenger, con el título en la Copa Sevilla, la final en Génova, este título en Liuzhou y semifinales en Manacor, Ningbó y Biella en los dos últimos meses. El balance es 23-5 desde entonces.

Se van cumpliendo las palabras que decía su entrenador, Jorge Aguirre, en este periódico allá en mayo tras la explosión de Estoril y antes de viajar a Roland Garros. "Cuando conoce los rivales, ve el nivel y se siente más importante para desarrollar su juego es más peligroso. Le hace falta sentirse peligroso en un ámbito nuevo. Le cuesta ese perfil de estar escondido, o es gallito o se diluye. Pero olfatea y acaba llegando", explicaba vaticinando los acontecimientos que se están produciendo desde agosto hacia acá, en un proceso que ha seguido en cada categoría en la que ido debutando. Aguirre trabaja desde hace una década con el de La Cala del Moral, ahora en el gran complejo del Hotel Don Carlos en Marbella.

Davidovich continúa con la gira en China esta semana, en el torneo de Shenzhen, dotado con 135.000 dólares y uno de los mejores del circuito ATP Challenger. Parte como segundo cabeza de serie y tiene la tranquilidad de que va a acabar el año entre los 100 mejores y ello le permite tener plaza fija en el Open de Australia, del 20 de enero al 2 de febrero. El viaje a Oceania es caro y no todos los tenistas pueden permitírselo, pero estar en el cuadro de un grand slam ya permite el viaje, que también incluirá algún torneo previo.

Pero puede quedar aún un premio extra para esta temporada 2019 para Davidovich. Del 5 al 9 de noviembre se juega en Milán las NextGen Finals. Se reúnen allí los ocho mejores tenistas con 21 años o menos según el ranking ATP y juegan una especie de torneo de Maestros, en indoor y sobre moqueta, con un formato peculiar (se juegan los partidos al mejor a cinco sets, el primero en ganar cuatro juegos en cada set, tie break al 3 iguales...). Es la tercera edición y el ganador de la pasada edición fue el griego Tsitsipas. En 2017, el surcoreano Hyeon Chung. La ATP está apostando fuerte por el evento.

Davidovich es ahora mismo el décimo tenista de la edad. Por ranking debería ir por las ausencias de Tsitsipas, enfocado a participar en el Masters de Londres, y el lesionado Auger-Aliassime, los dos mejores de esta edad en el ranking. Alex de Miñaur, Denis Shapovalov, Frances Tiafoe, Casper Ruud, Miomir Kecmanovic, Mikael Ymer y Ugo Humbert son los siguientes siete. Con este ascenso de la última semana, Davidovich es el octavo, pero hay una wild card que la organización concede al italiano de 18 años Jannik Sinner, que ahora está por detrás en el ranking.

No podría llegar Davidovich en puntuación aun ganando en Shenzhen, pero queda abierta la opción de que haya alguna renuncia entre los ocho primeros y ahora mismo el malagueño es el primer suplente por ranking para ir a Milán.

Otro detalle en la clasificación de la ATP recién salida este lunes es que Davidovich es ya el noveno tenista español por ranking. Le preceden Rafa Nadal (2), Roberto Bautista (10), Pablo Carreño (29), Albert Ramos (40), Fernando Verdasco (49), Feliciano López (58), Pablo Andújar (59) y Roberto Carballés (81). Son los pasos firmes del malagueño para asentarse en la élite mundial.