El Barcelona y el Espanyol se miden hoy en el Camp Nou en un derbi que cierra un periodo de exámenes que ha debido de pasar el equipo de Luis Enrique, después de que el fútbol y resultados de los azulgrana estuviesen en el punto de mira antes del último parón de Liga. Este último examen, tras haber superado los anteriores (Sevilla, Valencia, Ajax y Apoel), le llega al Barcelona ante un Espanyol crecido, que viene de ganar dos partidos seguidos, después de vivir también un momento de angustia en el club debido a que ni los resultados ni el fútbol convencían.

El Barcelona viene de sumar un triunfo agónico pero meritorio en Mestalla, donde los de Luis Enrique levantaron el partido tras un único gol de Segio Busquets en el tiempo de añadido.

Para el partido ante el Espanyol, no se espera que Luis Enrique realice ningún retoque en la delantera, que descansó al completo hace unos días durante el partido de la Copa frente al Huesca (0-4), y así la tripleta Messi-Suárez-Neymar se presenta como la mayor de las amenazas.

El Espanyol llega al derbi del Camp Nou en un gran momento anímico tras firmar dos victorias consecutivas -en Liga ante el Levante y en Copa del Rey ante el Alavés- y con la intención de sorprender al Barcelona en su estadio, un escenario en el que no gana desde hace seis temporadas.

No es un partido más para ninguna de las dos aficiones. El vestuario blanquiazul lo sabe y aspira por ello a firmar un gran resultado que suponga un golpe anímico determinante. La receta para lograrlo, tal como han repetido los futbolistas durante la semana, es mantener la intensidad de los derbis del curso pasado.

El entrenador, Sergio González, tiene a todos sus futbolistas disponibles salvo sorpresa de última hora, ya que comunicará la convocatoria tras la sesión de activación en Cornellà. El central mexicano Héctor Moreno, recuperado de una fractura de tibia, ya disputó 75 minutos en la Copa frente al Alavés.