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"Cuando acabe el fútbol espero que digan de mí que soy buena persona"

  • El central pretende prolongar su buen momento en Málaga: "Quiero seguir, trabajaré para que se llegue a un acuerdo". "No sé cuál es mi nivel, pero creo que puedo ir a más", afirma.

"¿Tú también vas a hacer pregunta?", le grita un sonriente Juanpi. Raúl Albentosa (Alzira, 1988) se había colado en la sala de prensa como un periodista más. Una nueva muestra del carácter desprendido y generoso del central valenciano. Albentosa insiste en ello: cuando se le acabe el fútbol, que le recuerden más como persona que como jugador. De momento, lo de futbolista también lo lleva con buena nota.

-¿Qué ha hecho con el disfraz de Obélix?

-[Sonríe] Lo he lavado y lo he guardado por si tengo que sacarlo otra vez. Pero sin Astérix no sería lo mismo [risas].

-Se disfrazaron todos durante el parón. ¿Cómo surge?

-Estábamos hablando en el bus después del partido del Betis. Como sabíamos que teníamos parón hablamos de aprovecharlo para celebrar el cumpleaños de Juan Carlos. No sabíamos si hacerlo porque faltaban muchos compañeros pero al final decidimos hacer algo diferente para poder estar todos juntos. Ya quedan pocos meses de competición y el año que viene hay jugadores que no estarán o no estaremos aquí y por lo menos que nos llevemos un buen recuerdo.

-¿Esa piña ha sido clave en la mejoría del Málaga estos meses?

-Sí, yo creo que esa unión del vestuario hace la fuerza. Por muchas individualidades que tuviéramos no es lo mismo que un grupo unido. Nos ha hecho ir hacia arriba.

-¿Ese tipo de reuniones habría sido posible en octubre o noviembre, cuando se hablaba que cada uno iba por su lado?

-No es eso, sino que cuando pierdes no te apetece hacer nada. Yo cuando pierdo no quiero hacer nada, es la familia la que tira de mí para dar una vuelta y hacer la rutina. Cuando quedamos para cenar siempre digo que si esta semana no ganamos no voy, y si se gana sí. Últimamente estamos aprovechando más el sol [risas].

-¿Cómo se encuentra?

-Muy contento. Al principio fue muy duro. El equipo poco a poco se ha ido haciendo fuerte, hemos empezado a tener suerte de cara al gol. A nivel personal estoy bien, mi idea era hacer muchos partidos. Estamos en un buen sitio. Me habría gustado estar más arriba desde el principio pero quedan ocho jornadas y hay que disfrutarlas al máximo.

-¿El nivel mostrado últimamente es su tope o el mejor Albentosa está por venir?

-Cada jugador tiene que ir superándose cada día. No sé cuál es mi nivel. Sé cuándo no lo hago bien pero cuando lo hago bien no se sí es mi máximo nivel, cada día se aprende algo. Es verdad que he llegado a un momento que física y mentalmente me encuentro fuerte. Creo que esto puede ir a más.

-¿Qué tal con Weligton?

-Es un jugador muy experimentado, tiene muchos años en Primera, muchos partidos al máximo nivel. También ha jugado en Champions y en campos muy buenos. Al principio me costó, es verdad. Tuvimos nuestros más y nuestros menos porque cada uno veía las cosas de una forma diferente pero nos hemos acoplado bien. Yo a él, él a mí y, sobre todo, me he acoplado a él en muchas facetas del sistema. He aprendido cosas de él, que es lo importante.

-Cuando dice lo de los más y los menos, ¿se refiere al campo?

-Sí, sí, eso es. Yo venía de un fútbol diferente, donde se perseguía más al hombre y no se aguantaba tanto la línea. En ese aspecto he aprendido y me ha valido. Me gusta y me siento bien. Ya no con él solamente, sino con el sistema y el resto. Camacho, Rosales, Boka, Miguel, Recio... El equipo está juntito y me gusta.

-¿Se siente un jugador impulsivo y esa faceta le ha costado más?

-No creas, lo que más me gusta del fútbol es la táctica. Creo en ello. Es lo que hace fuerte un bloque. Es verdad que con táctica y correr de un lado a otro no siempre sirve pero es el principio de muchas cosas. Lo principal. Es verdad que me gusta el choque, el cuerpo a cuerpo pero lo que menos me gusta lo trabajo más para hacerlo bien.

-¿Y es Gracia el técnico que ha conocido que más trabaja esa parte táctica?

-Es uno de los que más. Garitano también lo trabajaba mucho en Éibar pero con algunas con algunas diferencias. Quizá aquí se haga más táctica de ataque-defensa y en Éibar era algo más defensivo.

-El equipo ha encajado cinco goles menos en Liga que el año pasado.

-Pues no lo sabía. Sé que no llevamos muchos goles encajados. Es lo que más me gusta, no recibir goles. Ver que lo hacemos bien táctica y defensivamente es un halago.

-¿A qué delantero le gusta enfrentarse sabiendo que al mismo tiempo le supone un reto?

-[Lo medita unos segundos] Alguno que me haya costado y que estuviera en forma... Pero me gusta hacerlo, eh, me gusta enfrentarme a los buenos... Te diría que Gameiro. Es muy listo, muy rápido. Nos puso las cosas muy difíciles en Sevilla. Es muy vivo. Nos metió goles muy rápido pero me gusta enfrentarme a ese tipo de delanteros porque vas aprendiendo. Es un buen jugador y me gusta enfrentarme a él.

-Después de jugar en Bilbao dijo en la radio que Aduriz se pasó el partido 'picándole'.

-[Sonríe] Sí, en el partido que jugó en Éibar no tuvo tantas broncas pero el que jugué con el Málaga sí. Al final está en la selección por algo, porque le toca los cojones a los defensas, entre comillas, ya sabes. Porque es bueno y está con intensidad todo el rato. Es un poco pesado pero es su tipo de fútbol. Luego cuando se acaba el partido se acaba. El otro día tuvimos más y menos con Rubén Castro y cuando acabó el partido se disculpa uno y todos contentos.

-¿Hace también ese juego?

-Yo intento no tener mala fe. Es verdad que si el rival se tira y creo que no se ha tirado se lo digo y le grito 'deja de tirarte'. A lo mejor a un jugador como Paco Alcácer, que es grande y al que conozco de Valencia, le doy con la rodilla, con el brazo, estoy detrás de él... Le pido perdón pero él siempre me lo dice, que no voy con maldad y que no pasa nada mientras sea así. El fútbol siempre es roce.

-¿Luchar por Europa pasa a ser un reto?

-Yo disfrutaría jornada a jornada. Si no, vamos a meternos otra vez presión encima y podemos empezar a hacer las cosas mal. No dejamos de pensar que si hay una mínima posibilidad querremos lucharla pero en todo el año no hemos ganado ocho jornadas seguidas y a lo mejor hace falta ganar ocho jornadas porque los otros equipos están fuertes. Vamos a intentarlo, si no séptimo pues quedar octavo.

-¿Está integrado en Málaga?

-Sí, desde el principio me sentí identificado. La gente viene al campo, anima a los jugadores pero sin continuidad parecía que no estaba cumpliendo las expectativas y encima el equipo iba mal. Ahora tengo más confianza, el entrenador mantiene más confianza conmigo y eso me ha hecho dar un pequeño salto y el equipo va bien. Es un cúmulo que te hace estar a gusto.

-¿Ese cúmulo es el que le hace querer seguir aquí?

-Claro. Cómo trabaja el entrenador, el cuerpo técnico, el equipo, el sacrificio de todos es lo que voy a ver yo. Si sufriéramos todos los partidos no estaría a gusto. Como todo está a mi gusto, y estoy feliz en el vestuario, con los médicos, utilleros, jugadores... Es evidente que quiero seguir aquí.

-En su visita a Éibar se ve claramente que disfruta con esa vida de vestuario.

-Claro porque al final no dejas de ser un humano. Eres futbolista pero no eres diferente a los demás. La gente cuando viene de fuera a trabajar o estudiar intenta hacer sus amistades y mi mujer y yo hemos intentado hacerlo igual, dentro y fuera... Menos un mes estamos 365 días aquí. Si vienes todos los días amargado y sin ganas de hacer amigos es difícil. Yo intento llevarme bien con todos. Eso te hace sentir mejor. Cuando acabe el fútbol que no digan de mí: 'era bueno pero mala persona' o 'era malo y encima mala persona'. Yo espero que digan que soy buena persona. Que al jugador lo juzguen como quieran pero que a la persona lo juzguen como creo que soy y he sido siempre.

-¿Y cómo va el tema de su continuidad?

-No hemos vuelto a hablar. Quedan ocho jornadas y quiero disfrutarlas. Tengo que estar tranquilo, sé que el club y lo técnicos están contentos conmigo. Seguiré trabajando para que haya un acuerdo cuando se tenga que llegar.

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