Más fútbol que nombres

No asusta el Oporto porque sus individualidades no tienen la fama de los Falcao o Hulk, que salieron este verano de la plantilla. Sin ellos, aunque parezca mentira, el cuadro blanquiazul no se ha debilitado. Síntoma que refuerza su fortaleza como bloque. Seguramente, uno de los mejores del continente.

El cuadro de Do Dragao viene siendo una idea muy continua en la última década por encima de los nombres de sus entrenadores. Mourinho, Jesualdo Ferreira, Villas-Boas o ahora Vítor Pereira, que ha conseguido adaptarse a la perfección a la filosofía del club. De hecho, el 1-4-3-3 es ya un sello inconfundible. Con Jackson Rodríguez en punta flanqueado por su compatriota James y el luso Varela, el ataque del Oporto tiene un claro aroma colombiano. Como es costumbre en los últimos años, jugadores semidesconocidos a nivel mundial vuelven a emerger con la blanquiazul. Es el caso de los cafeteros, los dos jugadores más destacados en esta fase de grupos de la Liga de Campeones. No hay añoranza de Hulk.

Desde Helton hasta la medular apenas ha habido cambios esta temporada. Danilo es el lateral derecho indiscutible, mientras que en el izquierdo alternan Álex Sandro, un carrilero con mucha llegada, y Mangal, un central francés reconvertido. Otamendi, que fue tanteado por el Málaga hace dos temporadas, y Maicon suelen conformar la férrea línea de zagueros.

Por delante de ellos realiza un gran trabajo como fajador otro de los futbolistas que Jesualdo Ferreira se quiso traer de su Oporto: Fernando. Combina músculo y fácil salida el talento brasileño, que agradece jugar flanqueado por Joao Moutinho. Sustituto natural de Deco, el motor del Oporto campeón de Europa con Mourinho, estuvo a punto de recalar en el Tottenham hasta el último minuto del pasado mercado de verano. Está por ver si en el periodo invernal sale de la entidad. Lucho González representa un perfil más anárquico, ya que dispone de mucha libertad en ataque.

El Oporto, más allá de haberse convertido en el gran dominador de la liga portuguesa en las últimas temporadas, es de esos conjuntos acostumbrados a pelear por ganar. La experiencia es otro de los grandes avales de un equipo que no suele faltar en las rondas finales de Champions o Europa League en las últimas temporadas (suma una orejona y dos títulos de la segunda competición en la última década). Sin duda, el gen competitivo que posee le hace estar algún escalafón por encima del Málaga, que acumula más minutos a nivel individual que como colectivo.

Pese a ser segundo, a tres puntos del Benfica con un partido menos, el Oporto está invicto en Liga y solo perdió el último duelo de Champions, contra el PSG. Su único momento de debilidad fue en la Copa lusa, tras caer con el Braga.